Hay alguien ahí fuera que quiere "destruir el campo español". Es la idea que desprenden los más de 800 mensajes publicados en Telegram entre 2019 y 2024 analizados por Maldita.es, publicaciones que señalan directamente a la UE, Marruecos o la Agenda 2030 como los agentes de esa supuesta operación.
Los contenidos analizados muestran cómo realidades que afectan al sector, como las continuas regulaciones medioambientales, la transformación del campo por las renovables o la desigualdad comercial con terceros países, abonan el terreno de la desinformación. En Maldita.es no negamos los problemas del campo ni defendemos las políticas agrarias actuales, sino que identificamos las desinformaciones y cómo se buscan culpables de la situación mediante mentiras, manipulaciones o afirmaciones sin pruebas en esta red social.
Las protestas de febrero de 2024: el ‘boom’ de mensajes sobre la destrucción del campo
Desde 2019, y especialmente desde 2022, varios canales identificados por Maldita.es por difundir desinformación han propagado mensajes sobre el campo y los agricultores, pero en febrero de 2024 alcanzaron un volumen sin precedentes. De los 814 mensajes analizados, uno de cada 10 se generó en este periodo.
Uno de los contenidos más vistos en ese pico de mensajes fue un fragmento del Boletín Oficial del Estado donde el “abandono definitivo del cultivo de viñedo” y prácticas similares aparecen como condiciones para recibir determinadas ayudas. Con esta imagen se dijo que la Unión Europea o el Gobierno de España subvencionaban a los agricultores para “dejar de cultivar” y que así España se viera obligada a comprar los alimentos “al norte de África”.
Ese fragmento del BOE es real, aunque el texto que contiene no es nuevo, como contamos entonces. Se trata del real decreto-ley de ayudas para la sequía de 2023, que actualizó las exenciones del impuesto de sociedades para quienes percibiesen ayudas de la PAC por abandonar cultivos. Dichas exenciones existen desde 2004, 20 años antes de las protestas.
De hecho, el arranque subvencionado de plantaciones es una práctica que se lleva a cabo en España al menos desde los años 80 para negocios que no van a recibir beneficios o que tienen baja rentabilidad. La novedad en ese BOE de 2023 era que añadían a esa lista de exenciones de impuestos los “ecorregímenes”, unas nuevas ayudas de la Política Agraria Común (PAC) vinculadas a prácticas sostenibles.
Los mensajes de Telegram sobre este tema simbolizan las ideas que más se repiten sobre la supuesta destrucción del campo español. Aseguran que hay alguien ahí fuera que quiere perjudicar al sector primario e identifican a los principales actores que lo estarían causando: la Unión Europea y Marruecos. Dicen que las políticas medioambientales de la UE favorecen la destrucción y abandono del campo y buscan que se deje de producir para comprar alimentos a Marruecos, a quien se acusa de competir en desigualdad de condiciones en el mercado agroalimentario.
El incremento de estas narrativas en febrero de 2024, cuatro meses antes de las elecciones europeas, puede interpretarse desde dos puntos de vista, según Francisco Javier Paniagua, profesor de Periodismo de la Universidad de Málaga especializado en análisis de desinformación. “En primer lugar, existe una intencionalidad política orientada a influir en el comportamiento electoral y que claramente pretende movilizar desde un sector concreto a otros actores y crear opinión”. En segundo lugar, valora este experto, “se observa la influencia de ciertos lobbies del sector agrícola, que buscan obtener ayudas o subvenciones para mitigar el costo del combustible en un momento crítico”.
Casi la mitad de los mensajes culpan a las políticas verdes: primero fue con Países Bajos y luego con la Unión Europea
En el verano de 2022, los agricultores de Países Bajos se levantaron contra un plan del Gobierno neerlandés para reducir un 50% la contaminación por nitrógeno a través de limitaciones al sector. Esas protestas marcaron el inicio del debate en Telegram sobre la supuesta destrucción intencionada del campo, que se muestra en un primer pico de mensajes.
Aquellas publicaciones de 2022 ya incluían algunos de los elementos comunes que se ven a lo largo todo el período analizado: criticaban la, a su juicio, excesiva regulación medioambiental (el 45% de los mensajes investigados incluyen esta narrativa), que choca con el sistema productivo y que les imponen con la “excusa” de reducir el cambio climático para llevar a cabo sus planes globalistas. Aquí encontramos con otro de los actores más denostados: la Agenda 2030.
A través de algunos de estos mensajes, estos canales difundieron teorías conspirativas como la que habla de un plan oculto de las élites, a través de Bill Gates o de la Agenda 2030, a los que acusan de querer cambiar el modelo de alimentación para que se coma insectos o carne artificial o arruinarles para comprar sus tierras y así, una vez más, destruir el sector primario. Estas teorías tienen características similares a las del gran reemplazo o QAnon: siempre son supuestos complots urdidos por gobernantes en la sombra.
Aunque, como decimos, las medidas contra la contaminación por nitrógeno en Países Bajos estaban impulsadas por el Gobierno nacional, en los meses siguientes se conocieron otras, como la que buscaba cerrar hasta 3.000 instalaciones contaminantes, sobre todo explotaciones ganaderas, que estaban vinculadas con la normativa europea de preservación de la naturaleza. Uno de cada cuatro mensajes analizados (220 mensajes, el 27%) culpa a la Unión Europea o a sus políticas de los problemas que afronta el sector agrario.
La política europea referenciada con más frecuencia (52 mensajes, el 6,4%) ha sido la conocida como ‘ley de restauración de la naturaleza’, un reglamento que obliga a los Estados miembros a recuperar ecosistemas a largo plazo e incluye por ejemplo aumentar las reservas de carbono orgánico en suelos agrícolas. Los momentos de más mensajes contra la ley coinciden con sus fases de tramitación. La aprobación definitiva no llegó hasta que pasaron las elecciones europeas de junio.
Al igual que en el caso de Países Bajos, a lo largo de su tramitación se compartieron contenidos que hablaban de la ley de restauración de la naturaleza como un medio para crear una “escasez de alimentos deliberada” o para “forzar a los ciudadanos a consumir insectos y alimentos artificiales”, teorías sobre las que no aportan pruebas.
Por ejemplo, el 27 de febrero de 2024, en el contexto de las protestas agrarias, la ley se aprobó en el Parlamento Europeo. En los dos días siguientes, seis de los 12 canales de la muestra publicaron contenidos al respecto, siempre junto a mensajes que aluden a una excesiva regulación verde.
Otra política europea mencionada en esta misma línea es la Política Agraria Común (9 mensajes), ya que la última reforma 2023-2027 introdujo cambios orientados hacia la sostenibilidad agraria condicionando algunas ayudas directas a la realización de prácticas sostenibles: como los ‘ecorregímenes’ antes comentados.
También hay menciones al Pacto Verde Europeo (9 mensajes), un acuerdo alcanzado por los países miembro en 2019 cuyo objetivo es que la UE sea climáticamente neutra para 2050 y que impulsa para conseguirlo varios paquetes legislativos relacionados con los impuestos, la industria automovilística o el sector primario.
Los mensajes de Marruecos son los más vistos: desinformaciones sobre los controles y las alertas sanitarias de productos como las fresas
A comienzos de marzo de 2024, el sistema europeo de alertas sanitarias emitió dos notificaciones por presencia de hepatitis A en fresas procedentes de Marruecos. El primer lote nunca llegó a distribuirse a los mercados y la segunda alerta se retiró semanas después, pero ya habían servido de detonante para la difusión de contenidos desinformadores que afirmaban que los productos marroquíes estaban contaminados y contenían niveles de sustancias químicas por encima de lo permitido.
Con estos contenidos se trataba de reforzar la idea de que los productos marroquíes son un riesgo para la salud. Sin embargo, alertas como el de la hepatitis A son habituales y en una gran mayoría de casos no llegan a suponer un riesgo para los consumidores. Además, las alertas provocadas por productos marroquíes no son las mayoritarias. Este país africano se encuentra en el puesto 20, con 101 notificaciones, por detrás de España, en el puesto 8 y 347 notificaciones.
Pero esta campaña contra los productos marroquíes era anterior. Con las protestas agrarias europeas de febrero se viralizaron contenidos que animaban a dejar de consumir alimentos cuyo código de barras empezara por 611, algo que como comentamos en Maldita.es, hace referencia a que han sido etiquetados por una empresa marroquí, pero no necesariamente tienen que ser productos del país.
La idea general de los contenidos sobre Marruecos en nuestra base de datos es que su agricultura compite en desigualdad de condiciones con los países europeos, según dicen, porque producen y venden más barato y pasan menos controles. Les acusan de competencia desleal y de no jugar con las mismas cartas, un mensaje también defendido por las organizaciones profesionales agrarias.
Pero es falso que no tengan que pasar controles, los alimentos importados de países extracomunitarios deben cumplir las mismas condiciones sanitarias que los cultivados en la Unión Europea y todos los productos que llegan tienen que pasar controles documentales de plagas y fitosanitarios en frontera, según el Ministerio de Sanidad.
Tras la Unión Europea, el país vecino es el segundo actor más destacado, pues está presente en el 18% de los mensajes analizados (149). No obstante, los que mencionan a Marruecos tienen más difusión: concentran un tercio de todas las visualizaciones (más de 5,1 millones). Las referencias son constantes en todo el período analizado aunque repuntan en momentos concretos.
El mensaje más visto, con más de 250.000 visualizaciones, se publicó el 6 de febrero de 2024, primer día de las protestas agrarias. Aseguraba que el Gobierno español había regalado 115 millones de euros a Marruecos para incentivar sus olivares ecológicos. El mensaje se publicó en esta red social al menos una semana antes.
Esta ayuda es real, pero no la financia España, sino la UE. Precisamente el aceite de oliva llevaba siendo un asunto mediático durante muchos meses, mayormente por la subida sin precedentes de sus precios con la sequía como factor principal. Mensajes como el de la subvención a los olivos marroquíes coinciden con una narrativa más amplia que dice que España, y en ocasiones la UE, financian las infraestructuras de Marruecos.
En junio de 2024, se difundió que el Gobierno de Sánchez regalaba 250 millones de euros a Marruecos para construir desaladoras para “potenciar el sector agrícola marroquí”. Desde que Sánchez llegó al Ejecutivo en 2018, el Gobierno ha aprobado tres préstamos para construir tres desaladoras y dos potabilizadoras en el país vecino por unos 260 millones de euros, pero se trata de pŕestamos que deben ser devueltos. También hay algunas ayudas para infraestructuras hidráulicas que no requieren devolución y que no superan el millón de euros en conjunto.
Una parte de los contenidos sobre Marruecos (25 mensajes, un 16,8% de los que mencionan a Marruecos y un 3% del total) hablan de los acuerdos comerciales con la UE. En Maldita.es contamos que desde 2012 existe un tratado de comercio agrícola y pesquero entre la UE y este país que se traduce en reducción de aranceles y un plan estratégico de inversiones, entre otras cosas, en infraestructuras hidráulicas.
Los mensajes responsabilizan a las administraciones españolas, los ecologistas y las grandes de empresas de supuestamente acabar con el campo con las renovables
“Así es como el @PSOE, con la cooperación del @ppopular, están arrancando miles de hectáreas de olivo para plantar placas solares”. Con mensajes como estos, que representan un 9% de la muestra (69 publicaciones), se acusa a administraciones, grandes empresas y ecologistas de querer instalar energías renovables en terrenos agrícolas.
Y los desinformadores aprovechan estos problemas reales para difundir bulos, como el de esta imagen, que supuestamente muestra la deforestación para instalar un parque eólico en Teruel en 2022. En realidad es un parque eólico de Canadá y se publicó por primera vez en 2010. La fotografía también se ha utilizado para alimentar la misma narrativa en Estados Unidos, Grecia o Francia.
Aparte de las renovables, en los contenidos analizados hay acusaciones a las grandes empresas de querer adueñarse del campo, con el beneplácito de Gobiernos e instituciones, mediante el control del agua. “En plena sequía, el PSOE pretende volar por los aires los pantanos que edificó Franco, la reserva estratégica de agua para nuestras ciudades y agricultura!!”, dicen en los mensajes analizados. Este otro es el mensaje que apunta a las empresas con más visitas.
Alimentan así la idea de que el Gobierno está restringiendo el agua para regadío a los agricultores mientras destruye presas y vacía reservas de forma sistemática. Un discurso que se ha acentuado en épocas de sequía y que también mezcla realidad y bulos. Pero no se han derribado grandes presas de embalses en funcionamiento, sino estructuras pequeñas que no retienen el agua, y todas las barreras demolidas estaban en desuso o debían destruirse por ley al haber terminado su concesión.
‘Chemtrails’, HAARP, geoingeniería: herramientas de las supuestas “élites ocultas” para llevar a cabo la Agenda 2030
En las publicaciones analizadas destacan los "chemtrails", el proyecto HAARP y la geoingeniería como supuestas técnicas de manipulación climática que atacan al sector agrícola y perjudican la producción de cultivos. Estas narrativas, aunque recurrentes, tienden a intensificarse durante los eventos meteorológicos extremos.
“Se estrena el documental ‘La España vaciLada’ que puede servir para salvar el sector primario”, asegura una de las publicaciones. En este documental se cuestiona que la sequía que asola al campo sea real y se habla de las “estelas” o chemtrails que, supuestamente, la provocan ¿Con qué objetivo? El de arruinar a los agricultores y que grandes empresas puedan controlar el negocio del agua. Se trata, sin embargo, de una mezcla de varias narrativas desinformadoras que ya hemos desmentido en Maldita.es: la de los chemtrails, la de la “modificación artificial del clima” y la conspiración de la “sequía inducida”.
¿Quién estaría detrás de esta manipulación del clima según los desinformadores? Lo que llaman las “élites” (66 mensajes, 8,1%) o la Agenda 2030 (115 mensajes, 14,1%) son algunos de los culpables más recurrentes de esta narrativa que tendrían como objetivo final destruir el campo para obligar a los ciudadanos a alimentarse a base de insectos o para forzarles a trasladarse a las ciudades para ser controlados más fácilmente.
Un 6,3% de los mensajes (51) abordan la narrativa del consumo de insectos, difundiendo bulos sobre un supuesto plan global secreto para que comamos estos animales o carne artificial. O un supuesto informe de la ONU elaborado en 2013 para prohibir el consumo de carne y lácteos con la excusa de la sostenibilidad que en realidad está escrito por una universidad que emite recomendaciones climáticas.
Se ha culpado a Marruecos de manipular el clima para atacar el campo español con la DANA de Valencia
Teorías conspiranoicas que estuvieron presentes durante las protestas de febrero de 2024 han resurgido durante la DANA que afectó al sur de España en octubre de ese mismo año. Desde los bulos sobre la destrucción de presas hasta que Marruecos había manipulado el clima para destruir el campo español en plena temporada de naranjas. Una teoría, esta última, sin fundamento científico, ya que no existen tecnologías que puedan mover o crear tormentas. En algunos países, entre ellos España, hay programas de modificación artificial del tiempo con yoduro de plata en determinadas zonas, pero con resultados muy limitados, mientras que sistemas como el HAARP o los radares meteorológicos sirven para estudiar los fenómenos atmosféricos, no para provocarlos.
En el siguiente gráfico puedes ver cómo evoluciona la cantidad de menciones hechas en los mensajes analizados a algunos de los supuestos culpables de estas narrativas (como el Gobierno o la Agenda 2030) y a sus consecuencias (como la sequía o comer insectos). Aunque hay un pico claro durante las protestas, son un tema recurrente.
Un fenómeno que se ha dado también en otros países europeos durante sequías, inundaciones o incendios. Un informe desarrollado por Maldita.es junto con otros medios de comunicación europeos examina cómo la desinformación y el negacionismo han echado raíces en Italia, España y Grecia, donde los fenómenos meteorológicos extremos se han tergiversado mediante contenidos desinformadores para minimizar la realidad del cambio climático.
Telegram, una plataforma altavoz para los bulos
Maldita.es y la Universidad de Granada analizaron 95 canales públicos y 1,4 millones de mensajes entre 2019 y 2024. Esta investigación evidenció cómo las comunidades “alternativas”, que distribuyen regularmente contenidos desinformadores, son muy activas: comentan y reaccionan a las publicaciones, y además se retroalimentan entre ellas.
Según cuenta a Maldita.es Javier Cantón, doctor en Ciencias Sociales y uno de los investigadores del informe, Telegram cobró popularidad durante la pandemia, donde ya se veían narrativas antisistema. “Se llenó de muchos grupos que buscaban un poco de esa privacidad aún siendo grupos públicos”, señala el investigador, recordando que “aquello que suscita alguna emoción negativa tiene más vistas”.
Que la crítica a las medidas medioambientales sea la tónica general en los mensajes sobre la destrucción del campo no sorprende. El informe de la UGR y Maldita.es también refleja que uno de los 10 temas principales en estos canales son el cambio climático y la meteorología.
Francisco Javier Paniagua, profesor de periodismo en la Universidad de Málaga, valora que un elemento clave es el lenguaje, que tiende al conflicto. Comenta a Maldita.es que usan un discurso de “‘guerra’ entre las élites económicas, la Unión Europea y el Gobierno de España contra los agricultores” y que esto “puede tener efectos en la percepción pública sobre las políticas agrícolas y las instituciones”.
Cantón coincide en que este lenguaje incide en la idea del “marginado del sistema”, que dice que no tenemos ningún control sobre nuestras vidas porque lo ordenan todo desde Europa. “Al final lo que hacen es recoger ciertos discursos que estaban ahí [como el de la Agenda 2030] y aglutinarlos bajo una misma percha, y ahí ya mezclarlo todo”, explica.
Metodología
Para esta investigación hemos extraído los mensajes de 11 canales de Telegram que Maldita.es tiene identificados por difundir desinformación. Una vez seleccionados los canales, hemos extraído todos los mensajes desde el primero que se publicó en el canal que contuviesen alguna de las siguientes palabras clave: "campo", "agricultura", "destruir", "cultivo", "Marruecos", "clima", "agricultores". Son palabras que suelen aparecer en las narrativas de destruir el campo español que hemos visto antes.
Así, se han obtenido 10.616 mensajes que se han revisado manualmente para eliminar aquellos que no estuviesen relacionados con alguna narrativa de destrucción o daño al campo. Tras esta revisión, han quedado 813 mensajes. El más antiguo es del 4 de octubre de 2019 y el más reciente de 12 de noviembre de 2024.
A partir de estos mensajes ya filtrados se ha realizado el análisis resumiendo la narrativa de cada uno de los mensajes, identificando a los actores principales y el medio supuestamente utilizado para destruir el sector primario.