Parece que nunca va a llegar pero siempre lo hace, malditas y malditos. ¿El viernes? ¿El fin de semana? ¿Nuestro flamante consultorio científico? A todo ello nos referimos. Esta semana tenemos un variado de ilusiones ópticas —que hace tiempo que no ‘veíamos’ por aquí—, posturas invertidas durante la menstruación, interrupciones de ciclos de sueño y una nueva curiosidad animal sobre la reproducción de las aves.
Antes de saciar vuestras ansias de conocimiento científico, recordad que nos podéis mandar cualquier duda que se os pase por la mente (siempre y cuando tenga que ver con nuestro negociado, está claro) por Twitter, Facebook, correo electrónico ([email protected]) o a través de nuestro chatbot de WhatsApp (¡guardad el número en vuestros contactos! +34 644 22 93 19). ¡Empezamos!
¿Por qué aparecen y desaparecen los corazones en esta ilusión óptica?
La neurobióloga Conchi Lillo compartió en Twitter hace unos días una imagen en la que se aprecian multitud puntos negros sobre un fondo blanco. En ella, se pueden percibir cuatro corazones difuminados y una cruz roja central. Si la miras sin fijar bien la vista, probablemente logres ver los cuatros corazones. Ahora bien, si lo que haces es situar la mirada en la cruz central, verás cómo estos se desvanecen. La clave de esta ilusión óptica está en que tenemos una visión central y otra periférica.
“Las personas tenemos dos sistemas visuales: uno central, pequeño y que ve con nitidez y en color y otro periférico que ve con poco detalle y en blanco y negro”, explica a Maldita.es Manuel Martín-Loeches, catedrático de Psicobiología en la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y coordinador del Área de Neurociencia Cognitiva del Centro Mixto UCM-ISCIII de Evolución y Comportamiento Humanos.
El experto añade que, cuando vemos los corazones es porque nuestros ojos se mueven y los perciben con el sistema central. “En cuanto los dejamos quietos y focalizamos el sistema central en el punto de mira de la imagen (la cruz roja) los corazones están en la zona del sistema periférico y desaparecen, porque este no es capaz de ver los colores”, continúa Martín-Loeches.
La imagen es obra del psicólogo experimental Akiyoshi Kitaoka.
¿Cómo se reproducen las aves sin pene?
En el consultorio anterior os contamos que las aves, salvo excepciones (un escaso 3% de todas las especies), no tienen pene ni vagina. Y podrás preguntarte: entonces, ¿cómo se reproduce el 97% restante? La clave está en las cloacas.
Esta parte de la anatomía aviar es un orificio que cumple una cuádruple función al confluir en él los aparatos urinario, excretor y reproductor: eliminar los desechos líquidos, sólidos, permitir la reproducción sexual de las aves y refrigerarse y regular su temperatura.
El apareamiento se hace con el llamado beso cloacal en el que el macho y la hembra unen sus cloacas. Puedes verlo a cámara lenta a continuación.
¿Supone un riesgo practicar posturas invertidas, como hacer el pino, durante la menstruación?
Una postura invertida es aquella en la que la cabeza queda por debajo del corazón. La primera que quizá se nos venga a la cabeza sea el ‘pino’, aunque existen muchísimas más en ejercicios clásicos de gimnasia o en la práctica de yoga. Relacionado con esto, nos habéis preguntado esta semana si realizar posturas invertidas durante los días de menstruación conlleva algún riesgo. La respuesta rápida: no, ninguno. La respuesta larga también es que no, pero os la contamos a continuación.
Con una búsqueda en Google sobre posturas invertidas durante la menstruación, la mayoría de páginas que aparecen como resultado están especializadas en la práctica del yoga. Estas páginas afirman, sin evidencias científicas, que existe cierto riesgo en ejecutar estas posturas por una cuestión de lo que denominan ‘flujos de energía’ durante el ciclo menstrual y/o por la posibilidad de generar un flujo retrógrado, que es cuando el sangrado circula en sentido contrario, hacia las trompas de Falopio y abdomen en lugar de hacia fuera del útero.
Nada de esto es cierto, no hay literatura científica que lo avale y los profesionales de la ginecología lo desmienten rotundamente. Según explica Amèlia Acera, ginecóloga, experta en la prevención del cáncer del cuello uterino y maldita que nos ha prestado sus superpoderes, “no hay ningún tipo de problema con esta práctica de yoga y la menstruación, no se genera flujo retrógrado por hacer técnicas deportivas donde la cabeza quede por debajo del corazón”.
Vincent Carmona, ginecólogo y maldito que nos ha prestado sus superpoderes, apunta que este mito puede estar relacionado con una de las teorías del origen de la endometriosis llamada ‘menstruación retrógrada’, “el paso de la regla a través de las trompas hacia la cavidad abdominal, donde este endometrio puede implantar y desarrollar la enfermedad”. “Pensar que en las posturas invertidas durante la menstruación hay paso del flujo al abdomen y esto puede ocasionar endometriosis es, a mi juicio, una teoría muy simplista que no se correlaciona con la realidad”, sentencia.
“Las mujeres que practican yoga —o posturas invertidas en general— han de conocer su propio cuerpo y valorar si estas posturas les ocasiona algún tipo de dolor. Si no es así, no hay ninguna evidencia que prohíba hacerlas durante la menstruación”, concluye Carmona.
Por su parte, Xusa Sanz, enfermera experta en salud menstrual, comenta a Maldita.es que a este mito de las posturas invertidas contribuyen otros bulos que relacionan ciertas prácticas con un riesgo de flujo retrógrado, como “mantener relaciones sexuales con penetración con la menstruación”. “Obviamente, esto es un mito ‘como un piano’”, sentencia.
La ginecóloga y obstetra Jen Gunter explica en este artículo del New York Times y en su cuenta de Twitter que la práctica de yoga o la posición que se adoptan en estos ejercicios “no afecta a la salida del sangrado durante la menstruación” y que “no hay datos científicos que sostengan esta teoría”. Así, detalla que la sangre menstrual es expulsada del útero “mediante contracciones uterinas, que no se ven afectadas por la gravedad o por la posición de nuestro cuerpo”.
Como curiosidad final, sí que existe literatura científica sobre cómo afecta el estado de ingravidez a la menstruación de las astronautas. Varsha Jain, médica, investigadora de la Universidad de Edimburgo (Reino Unido) y denominada en ocasiones como ‘ginecóloga espacial’, explica en este artículo de The Conversation que el flujo de la regla no se ve afectado por la falta de gravedad de la Estación Espacial Internacional.
¿Es importante no interrumpir los distintos ciclos de sueño para tener un descanso reparador?
En el consultorio científico de la semana pasada respondimos a vuestra duda de cómo el alcohol hace que durmamos peor. Aprovechando esa pregunta, introducimos algo de conocimiento sobre la arquitectura del sueño y las diferentes fases del descanso, por lo que también nos habéis preguntado a través de Twitter: ¿Es importante no interrumpir los ciclos de sueño para conseguir un descanso reparador? ¿Son útiles las ‘calculadoras de sueño’? Spoiler: sí, es importante que los ciclos no se ‘corten’ para lograr descansar bien; y no, las calculadoras de sueño no están basadas en evidencia científica.
Para que estemos todos en la misma página, un ciclo de sueño ocurre cuando se completan todas las etapas de un sueño: las de sueño no-REM y la REM. El sueño no-REM se divide en cuatro etapas que corresponden a la actividad de las ondas cerebrales y se pueden observar en un electroencefalograma, que registra la actividad de dichas ondas cerebrales.
Tanto el centro de estudios y tratamiento del descanso Instituto del Sueño, como este artículo de la editorial científica Elsevier resumen las cuatro etapas del sueño no-REM. La etapa I es el tránsito entre la vigilia y el inicio del sueño, la etapa II es un periodo de sueño algo más profundo con una relajación progresiva, la etapa III es el preámbulo de lo que se considera el sueño profundo y con una relajación muscular completa y la etapa IV es el sueño profundo, momento en el que las constantes vitales están mucho más bajas que cuando se está despierto.
Una vez completadas todas las etapas del descanso no-REM se produce el sueño REM. Se caracteriza por los movimientos oculares rápidos (de ahí su nombre, rapid eye movement), relajación muscular y un registro de ondas cerebrales muy parecido al que tenemos cuando estamos despiertos. Además, es el momento en el que solemos tener sueños, según explicó a Maldita.es Celia García Malo, neuróloga del Instituto del Sueño. Cuando completamos el sueño REM, después de haber pasado por todas las anteriores, hemos completado un ciclo de sueño.
Cada ciclo de sueño suele durar unos 90 minutos de media, según la Fundación Nacional del Sueño de Estados Unidos. En un descanso normal suelen producirse de cuatro a seis ciclos completos, según esta revisión de literatura científica sobre etapas de sueño. La duración de cada uno no es exactamente la misma y suelen ser más largos cuanto más horas llevemos durmiendo.
Dicho esto, ¿qué ocurre cuando se interrumpen los ciclos de sueño? Según explica este artículo de la web especializada en ciencias del sueño Sleep.org y corrobora la Fundación Nacional del Sueño de Estados Unidos, si se interrumpe el sueño constantemente no se lograrán todos los beneficios de un descanso continuado y reparador. Como indica este artículo de la revista científica PLoS One, tan importante es la duración del sueño al completo (de seis a ocho horas en personas adultas y sanas) como que este sea ininterrumpido.
Incluso cuando el tiempo de sueño total llega al mínimo recomendable pero con interrupciones en los ciclos, la evidencia científica (como este artículo y esta revisión de literatura) señala diferentes consecuencias negativas: fallos en la consolidación de la memoria, en la regulación hormonal y metabólica, en la velocidad de procesamiento y en la fluidez verbal. También hay literatura científica que vincula las interrupciones en ciclos de sueño al riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas como alzhéimer o párkinson.
Para finalizar, puede que te hayas encontrado alguna calculadora de ciclos de sueño para saber a qué hora es recomendable irte a la cama, en un intento de clavar el momento en el que sonará el despertador con el final de un ciclo de sueño. Como ya hemos comentado, la duración de 90 minutos de cada ciclo es un promedio, no es uniforme: tiende a alargarse cuantas más horas de sueño llevemos. Además,es complicado que consigamos que coincida un despertar con el fin de un ciclo. La Fundación Australiana para la Salud del Sueño advirtió en 2018 que estas calculadoras son “una propaganda acientífica” y que los consejos que ofrecen “no están basados en evidencia científica”.
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En este artículo han colaborado con sus superpoderes los ginecólogos Amèlia Acera y Vicent Carmona.
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Primera fecha de publicación de este artículo: 25/02/2022