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Penes de aves, piojos en pelo teñido y plantas tóxicas para mascotas. Llega a Maldita Ciencia el consultorio 175º

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Malditas y malditos, tenemos que admitir que el viernes es nuestro día favorito —como también lo es el de este niño— porque compartimos conocimiento a tutiplén desde nuestro consultorio científico, ese que preparamos con tiento durante el resto de la semana. Las preguntas que nos habéis enviado para la nueva edición tienen que ver con dormir peor después de alguna que otra copa y con plantas tóxicas para ciertas mascotas, pasando por tintes y piojos y un tema, cuanto menos, inquietante: los (no) penes de las aves (explicaremos ese paréntesis, no os preocupéis).

Antes de acomodaros para empezar esta agradable lectura, recordad que nos podéis mandar cualquier duda que se os pase por la mente (siempre y cuando tenga que ver con la ciencia, está claro) por Twitter, Facebook, correo electrónico ([email protected]) o a través de nuestro chatbot de WhatsApp (¡guardad el número en vuestros contactos! +34 644 22 93 19). ¡Ahora sí que sí, empezamos!

¿Qué plantas son tóxicas para gatos y perros y cuáles es mejor no tener en casa si tienes mascota?

Es un hecho. Hay perros y gatos que se meriendan con gusto alguna que otra de las plantas con las que se topan durante el día, ya sea en casa, por parques y jardines o en el campo. Ojo que, en ocasiones, estas pueden ser tóxicas y acabar en una visita al veterinario (o incluso peor). Eso sí, aunque el listado de plantas tóxicas para los animales es amplio, también existen vegetales aptos como posibles tentempiés para nuestros animales de compañía.

“Cuando tomamos la decisión de convivir con un animal, deberíamos hacer como con los bebés: tomarnos un tiempo antes para detectar todos los posibles peligros y anularlos”, explica a Maldita.es Mar Puig, auxiliar veterinaria, educadora canina y maldita que nos ha prestado sus superpoderes.

Porque, aunque para nosotros sea un incordio que nuestros compañeros de vida saquen la tierra de las macetas, el verdadero problema de la ‘trastada’ es que “muchas de las plantas que tenemos en casa son tóxicas para los animales” y que “lo que ellos entienden por juego puede tener consecuencias nefastas”. “Los cachorros son los más susceptibles de sufrir una intoxicación, especialmente durante el periodo en el que le crecen los dientes”, aclara Puig.

¿Y cuáles son esas plantas consideradas peligrosas para nuestras mascotas? La Sociedad Estadounidense para la Prevención de la Crueldad hacia los Animales (ASPCA, por sus siglas en inglés) las recoge en un par de listados disponibles en su página web: una con el total de plantas tóxicas e inocuas para perros y otra similar para el caso de los gatos. Aunque los nombres comunes están en inglés, puedes buscar las que tengas en casa o pretendas adquirir por su nombre científico.

Entre las plantas dañinas para gatos y perros se encuentran la azalea, la hiedra, los gladiolos, el potho, los geranios, la planta del tomate, el ajo, el manzano, el orégano, el clavel y el cáñamo o la marihuana. Entre las que no les afectan, el plátano, las calateas, el cilantro, la camelia, el algarrobo, el pepino, el eneldo, la batata o boniato y la palmera de salón, entre otras.

En base a las notificaciones al Centro de Control de Envenenamiento de Animales de ASPCA, un estudio científico del año 2006 encontró que en Estados Unidos las plantas que provocan efectos sistémicos graves en perros y gatos con más frecuencia son el lirio, la azalea, la adelfa, la palmera sagú, el ricino, el kalanchoe y el azafrán silvestre o mataperros.

Los síntomas más característicos de las intoxicaciones son diarrea, vómitos, irritaciones en la piel, apatía, pérdida de apetito, babeo, deshidratación, temblores, ataxia (un trastorno motor), coma e incluso la muerte, según indica Puig. No obstante, la mayoría de ellas provocan síntomas leves o moderados de vómitos y diarrea, mientras que los efectos hepáticos, renales, del sistema nervioso central o cardiovasculares son raros. Sólo algunas plantas de jardín o domésticas pueden causar efectos sistémicos graves o la muerte al ingerir una pequeña cantidad de material vegetal.

No es fácil detectar la posible toxicidad, ya que los principios activos que provocan la reacción adversa no siempre están en toda la planta. Lo indica la auxiliar veterinaria: “En algunas sólo se trata de las hojas, el tallo, la raíz o varias de estas partes. Otras incluso son venenosas exclusivamente durante un determinado periodo del año. Además, sus efectos pueden ser inmediatos o tardíos, lo que complica todavía más asociarlo a la ingesta de la planta”.

Aunque se suele hablar de perros y gatos, también debemos vigilar qué comen otros de los animales que suelen convivir con humanos. Es el caso de los loros y cotorras; los roedores como las cobayas, hámsters y chinchillas y los lagomorfos, como conejos y liebres, según indica Puig.

Para la auxiliar veterinaria, lo más seguro es no tener plantas que sepamos que son tóxicas para ellos. Con aquellas en las que lo desconocemos, precaución hasta que consigamos toda la información. Otra opción, señala, es adquirir plantas específicas e inofensivas y ponerlas a su disposición para que puedan desplantarlas a su manera: “Para muchos perros, sobre todo, es lo que podríamos llamar una terapia para la ansiedad”.

Curiosidades animales: las aves no tienen pene (con excepciones)

Tenemos una buena noticia que anunciar: a partir de esta semana reservaremos una pregunta del consultorio para explicar alguna que otra curiosidad sobre diferentes animales (sí, sabemos que es un planazo). Nuestra primera parada es el mundo de las aves, concretamente el de las que tienen pene. Porque sí, estas, salvo alguna que otra excepción, como los anseriformes (patos, gansos, porrones y cisnes), grandes aves no voladoras (avestruz o emú) o ciertas especies de tinamúes o inambúes, no tienen pene ni vagina. De hecho, sólo un 3% de las casi 10.000 especies de aves tienen un falo capaz de penetrar, aproximadamente. Los gallos, por ejemplo, sí que tienen un pene reducido, pero sin capacidad de introducirse en una vagina.

Si hablamos del pene de los patos, probablemente no se asemeje a lo que imagines cuando escuchas o lees esta palabra. Ahora explicaremos sus particularidades, pero antes: ¿qué mejor para empezar el día que ver uno pasando del reposo a la erección y la eyaculación a cámara lenta?

Los anseriformes, el orden que incluye a los patos, tienen falos con forma de sacacorchos. Son penes muy largos, algunos de más de 40 centímetros y de mayor longitud que el propio ave, como el de este ejemplar de malvasía argentina​ (Oxyura vittata).

Un pene de pato. Fuente: Nature

Una hipótesis evolutiva que explicaría por qué las aves acuáticas tienen el pene con forma de espiral está en la coevolución de los genitales masculinos y femeninos a través del conflicto sexual. Los anseriformes machos son capaces de forzar la cópula con las hembras, lo que habría llevado a una coevolución de sus penes y  vaginas para intentar mantener el control de la fertilización.

De esta forma, la vagina de las hembras de algunas especies de aves acuáticas ha ido adquiriendo cavidades sin salida y una serie de espirales opuestas al giro del pene en forma de sacacorchos. Estas estructuras vaginales podrían bloquear y/o retrasar el avance del falo al introducirse dentro de la vagina. Por lo tanto, la forma de los órganos sexuales de los patos hembra y macho se habría ido alargando y complejizando para evitar y facilitar respectivamente la cópula sin consentimiento de la hembra.

A la izquierda, una vagina de pato. A la derecha, un pene de pato. Fuente: Proceedings of the Royal Society B.

En cambio, el pene de los ratitas, un grupo de aves no voladoras que incluye a los avestruces, emús y tinamúes, tiene forma de cono. El órgano logra la erección llenándose de linfa, un líquido transparente, no con sangre como hacen los mamíferos y reptiles.

Un pene de avestruz. Fuente: Nature

Son las aves de Padrón, unas con falo y otras no. Pero, ¿por qué? La clave está en el gen Bmp4 (proteínas morfogenética ósea 4). Aunque los embriones de todas las aves desarrollan un tubérculo genital, el precursor del pene, esas células mueren, el tubérculo se retrotrae y el órgano no se acaba de formar. Esta muerte celular del precursor embrionario del falo se debe a la activación del gen Bmp4, según sugiere un estudio de 2013 publicado en la revista científica Cell.

¿Se duerme peor si se bebe alcohol?

El alcohol es una sustancia por la que nos preguntáis mucho. En esta ocasión, os habéis interesado por una de sus propiedades que parece contradictoria: que a pesar de que el alcohol sea una droga depresora del sistema nervioso y que cause —entre otros efectos nocivos para la salud— una sensación de fatiga y cansancio, las personas que duermen después de tomarlo tienen una peor calidad de sueño. ¿Por qué sucede esto?

Como siempre, os recordamos nuestro disclaimer: ninguna cantidad de alcohol, aunque sea pequeña, es saludable. Beber alcohol está relacionado con un mayor riesgo de padecer enfermedades físicas y mentales; tener problemas de salud como sobrepeso, diabetes, hepatitis, cirrosis y con otras consecuencias negativas como la resaca, la pérdida de memoria y los dolores de cabeza. ¿Cómo se evita todo esto? No bebiendo, porque no existe una cantidad ‘segura’ y ‘moderada’ de alcohol.

El problema del alcohol a la hora de dormir es que este interfiere con lo que se llama arquitectura del sueño, las diferentes fases del descanso en humanos. En una persona sana, esta arquitectura se divide en una parte de sueño no-REM (donde se dan el tránsito de la vigilia a la somnolencia, el sueño ligero y el sueño profundo, etapas que suponen el 75% del descanso) y sueño REM (del inglés, sueño de movimientos oculares rápidos, aproximadamente el 25%). 

Estas fases de sueño se van alternando a lo largo del descanso, lo que se denominan ciclos de sueño. Por lo general, son de cuatro a seis por cada vez que dormimos. Todas las fases y ciclos son necesarios para tener un buen descanso.

Así, se ha visto en investigaciones que el consumo de alcohol suprime la parte REM en varios ciclos de sueño y que el estado de sedación que genera el alcohol hace que en la persona que ha bebido se ‘aceleren’ las etapas de sueño no-REM demasiado rápido, lo que provoca que esta arquitectura de sueño se trastoque y no se consiga un descanso adecuado.

Fuente: Organización Panamericana de la Salud

La cosa no queda aquí. Más tarde, cuando el organismo ha procesado el alcohol que se ha ingerido poco antes de dormir y ya no hay rastro de este efecto sedativo, los ciclos de sueño se vuelven más irregulares y las etapas en las que se pasa de la vigilia a la somnolencia se hacen notar más. Esto hace que las personas que han bebido se despiertan más a menudo a mitad de la noche y no consiguen descansar del todo

Este último efecto del alcohol en el sueño puede desencadenar una conducta peligrosa en personas que tienen problemas de insomnio: si notan en un tramo de la noche duermen bien —en parte por sus efectos sedantes—, los pacientes podrían comenzar a tomar alcohol como ‘medicación’ para mejorar su descanso, a pesar de que la segunda parte del sueño se verá igualmente deteriorada. 

A su vez, también cabe la posibilidad de que aumentasen la cantidad de alcohol necesaria para provocar este efecto sedante. Sabra Abbott, investigadora de Neurología y Medicina del Sueño en la Universidad Northwestern (Illinois, EEUU), explica en este artículo del New York Times que ha visto “a muchos pacientes que se automedican alcohol para el insomnio, lo cual no es para nada una buena práctica”.

A todo esto se le suma que el alcohol es diurético, esto es, que favorece la eliminación de líquido del organismo a través de la orina y las heces. Por lo tanto, el alcohol generará más urgencia para ir al baño y provocará aún más interrupciones en el sueño, según explica este capítulo científico dedicado al alcohol y al cerebro en estado de sueño.

¿El pelo teñido tiene menos riesgo de pillar piojos?

A los malditos y malditas que tengan peques en edad escolar seguro que les preocupan los piojos y las liendres. Tenemos un artículo maravilloso en el que desmentimos algunos mitos y bulos comunes sobre estos parásitos: que no vuelan ni saltan, no van preferentemente al pelo sucio o limpio, que el vinagre los despega pero no erradica y qué se sabe que sí funciona contra ellos. 

Ahora nos habéis preguntado si el pelo teñido tiene menos riesgo de contraer piojos. Os podemos resumir la respuesta en que no hay evidencia científica de que el pelo teñido repela los piojos o que los mate. Por otro lado, la evidencia anecdótica señala que el amoniaco del tinte de pelo podría matar a los piojos, pero no a las liendres.

Según explica a Maldita.es Juan Antonio Llave, responsable del centro de tratamiento Piojitos Fuera en Fuenlabrada (Madrid), los piojos “van a ir igualmente al pelo teñido y al sin teñir, les da igual”. Sí que señala que el tinte que se emplea en algunas coloraciones de peluquería, que contiene amoniaco (un compuesto químico que genera un vapor irritante y corrosivo) “puede matar algunos piojos, pero no a todos y no afecta a las liendres”.

La doctora pediatra Karen Gill y la periodista de salud Corey Whelan explican en este artículo de Healthline que algunos tintes incluyen, además, agua oxigenada, que también podría  tener un efecto similar sobre estos parásitos.

Ahora bien, si nuestra intención es teñir un pelo con piojos para acabar con ellos, cuidado: además de no ser un plan efectivo, podría incluso empeorar la situación. Como explican desde el blog de ¡Help! Piojitos, unas clínicas dedicadas a la eliminación de piojos, teñir un pelo implica la manipulación manual del cabello, lo que aumenta el riesgo de que se propaguen los piojos a otros objetos y que afecten a otras personas. Por otro lado, la coloración del pelo puede hacer más difícil la localización de piojos y liendres en el cuero cabelludo.

En definitiva, que no se ha explorado científicamente si los piojos ‘prefieren’ el pelo con o sin tinte y que la evidencia de expertos que tratan el cuero cabelludo apunta a que el amoniaco del tinte podría ser parcialmente efectivo, pero no es un sustituto de los tratamientos que sí funcionan: los productos matapiojos, los repelentes y las liendreras (el peine de púas metálicas que despega piojos y liendres).

Todavía no hemos terminado...

Antes de decir adiós, os recordamos una vez más: no somos médicos, somos periodistas. Puedes contar con nosotros para todo aquello que esté en nuestra mano, ¡por supuesto! Pero si lo que necesitas es un diagnóstico concreto y o tienes dudas médicas específicas, la mejor opción será que recurras a un profesional sanitario que estudie el caso y te recomiende la solución o tratamiento más adecuado. ¡Gracias por leernos y buen fin de semana!

En este artículo ha colaborado con sus superpoderes la auxiliar veterinaria y educadora canina Mar Puig.

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