Durante un año electoral suelen proliferar aún más las desinformaciones que atacan a un lado y el otro de la grieta política, a las instituciones y a las garantías del sistema electoral. Muchas de las narrativas y tipos de bulos que circulan en España también lo hacen en otros países, como en Argentina, con diferentes contextos y formas de votar, pero con argumentos y formatos similares.
Bulos que alertan de supuestos fraudes electorales masivos
Un supuesto fraude electoral masivo es un bulo que circula de un lado y del otro del océano Atlántico. Cuando llegan las elecciones, tanto en España como en Argentina (así como en otros países de América Latina) suelen aparecer bulos y desinformaciones que alertan de supuestos fraudes que se cometen a través del voto, ya sea presencial o por correo. En España, a días de que se voten las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo, se han abierto varias investigaciones por la supuesta compra de estos últimos en más de una decena de localidades, algo que han aprovechado los desinformadores para difundir bulos.
Este tipo de desinformaciones aparecen en cada votación. Por ejemplo, en las elecciones a la Comunidad de Madrid del 4 de mayo de 2021, circuló que “desde el año 2016 la Guardia Civil ya no custodia los votos por correo”, motivo por el que planteaban que se podría producir fraude electoral. Pero es una medida que nunca ha estado contemplada en la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG). En España los votos por correo se depositan en las urnas correspondientes y se cuentan conjuntamente con los votos emitidos de forma presencial, además de que este tipo de votación dispone de mecanismos de seguridad.En esas elecciones, además, circularon unos vídeos que hablaban de una probabilidad del 99,9% de que hubiera habido pucherazo, a partir de unos cálculos realizados mientras se grabaron las imágenes, aunque esos vídeos no demostraban matemáticamente ningún fraude electoral.
Pero, de nuevo, España no es el único país en el que se mueve este tipo de contenidos. En las elecciones presidenciales de 2019 en Argentina Chequeado, un sitio de verificación de datos argentino, miembro de la International Fact-checking Network (IFCN), desmintió varias imágenes de telegramas electorales que circularon -que se utilizan para el conteo provisorio la noche de los comicios y no tienen validez legal- con errores o inconsistencias, como tachaduras o una suma errónea, como supuesta prueba de fraude.
Sin embargo, el único resultado válido en ese país es el que se hace en los días siguientes con las actas de escrutinio, firmadas por las autoridades de mesa y por los fiscales partidarios. Si se detectan errores en estas, se pueden abrir las urnas para hacer un conteo nuevo, por lo que lo que circulaba en redes no era prueba de fraude, como señalaron varios contenidos en redes sociales en aquel momento.
Otro caso que circuló en Argentina fue el de un contenido que indicaba que las cintas rotas de las urnas electorales que se mostraban en redes significaba que había habido fraude electoral. Pero esto no es así, porque la faja que garantiza la seguridad de la urna no es la que se señalaba en redes sino otra, que no figuraba en el recorte de las imágenes virales y no presentaba roturas como se veía en las imágenes completas.
El bulo de que personas no habilitadas para votar lo hacen, o que los fallecidos "votan"
En momento de campañas electorales también suelen circular contenidos desinformantes que aseguran que algunas personas fallecidas aparecen en el padrón electoral y, por lo tanto, que alguien puede suplantar su identidad y votar en su lugar, o que en el recuento de votos los hay de personas fallecidas. En 2021 Isabel Díaz Ayuso aseguró, sin pruebas, que en las elecciones generales de Perú habían votado “44.000 muertos”, lo cual fue desmentido por varios organismos oficiales de Perú en aquel momento.
En Argentina la narrativa de que los muertos “votan” también es muy recurrente cuando hay elecciones (1, 2). Pero, en realidad, muchas veces se trata de errores en el registro de votación que son corregidos por las autoridades o que, aunque aparezcan en el censo, no significa que lo hayan hecho.
Las personas extranjeras también suelen ser protagonistas de desinformaciones electorales. En Argentina se suelen viralizar desinformaciones que ponen el foco en que “se regalan” documentos de identidad para que los extranjeros voten, una narrativa que se repite en España: ha circulado un bulo que afirmaba que hay “1.600 empadronados de origen magrebí” en un piso en Barcelona para votar y recibir ayudas sociales.
Las desinformaciones sobre las papeletas electorales
En las elecciones a la Comunidad de Madrid de mayo de 2021 circuló un mensaje por WhatsApp que aseguraba que habían “falsificado papeletas del PP” en las que habrían incluido a un candidato que no iba realmente en las listas: Toni Cantó. Como os contamos, no había ninguna prueba de que fuese cierto y el Partido Popular negó que eso estuviese ocurriendo.
En Argentina este tipo de desinformación también se repitió. En la campaña de 2019 circuló un contenido falso que decía que se estaban repartiendo boletas apócrifas de Juntos por el Cambio, uno de los partidos políticos más importantes del país.
Tuits inventados que suplantan políticos o medios y audios manipulados con supuestas declaraciones
Los tuits falsos son formas típicas que se utilizan para desinformar -principalmente, porque son fáciles de inventar o manipular y de viralizar-, ya sean tuits que buscan hacerse pasar por candidatos, funcionarios públicos o por medios de comunicación. Antes de las elecciones del 28 de mayo, se ha difundido por ejemplo un supuesto tuit de Isabel Díaz Ayuso en el que habría inaugurado la “Nueva Escuela Infantil Duque de Feria”, pero en realidad se trata de un montaje difundido por una cuenta parodia de la representante del PP.
En Argentina este tipo de formato es un clásico para desinformar, especialmente en épocas electorales. En los meses previos a las elecciones presidenciales de 2019, por ejemplo, en ese país circuló un tuit del entonces presidente, Mauricio Macri, en el que habría tuiteado por el Día del Padre un minuto antes del apagón que dejó sin energía eléctrica a casi todo el país, parte de Uruguay y el sur de Brasil. Según el tuit, Macri habría dicho “les escribo temprano a todos los papás de los países de la región deseándoles que tengan un día lleno de luz. Feliz día del Padre!!” (sic), pero resultó ser una publicación inventada que buscó ridiculizar al entonces presidente.También en ambos países se utilizan placas que buscan suplantar la identidad de los medios de comunicación para hacer decir cosas a los políticos que no dijeron. En España, una cuenta que se llamaba EM-Electomanía, medio al que suplantaba, publicó unas supuestas declaraciones de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz-Ayuso, en plena campaña electoral: “(En) Ávila, vas por la calle y te encuentras aguas fecales o basura en los suelos. Eso en Madrid no pasa porque tenemos un gran sistema de alcantarillado", pero era un tuit falso.
En los meses previos a las elecciones también podemos encontrarnos en redes sociales con supuestos audios de candidatos que en realidad corresponden a otras personas o que están manipulados. Es el caso de unos audios manipulados que circularon de Juanma Moreno, entonces candidato del PP a presidir la Junta de Andalucía -ahora actual presidente de la Junta-, que buscaban desincentivar el voto al PP, en el que supuestamente Moreno aseguraba que iba a llegar a un “compromiso” con Vox.
De nuevo, podemos ver que el formato para desinformar cruza fronteras. En Argentina, durante la campaña electoral de 2019 las grabaciones de audios paródicos o falsamente atribuidos afectaron tanto a un lado como al otro de la grieta política (1,2).
Otras desinformaciones y bulos también suelen circular en formato de vídeos que son quitados de contexto, como el caso de un bulo según el cual habían pillado "a una mujer de izquierdas con un taco de solicitudes de voto por correo" en las elecciones del 4-M en Madrid, o vídeos manipulados digitalmente.
Qué hicieron desde Chequeado para combatir la desinformación en Argentina
En 2019, en las elecciones presidenciales que pusieron fin al mandato de Mauricio Macri (Cambiemos) y que inauguraron el de Alberto Fernández (Frente de Todos) como presidente, Chequeado impulsó Reverso, un consorcio colaborativo de más de 120 medios para enfrentar la desinformación durante la campaña electoral, co-dirigido con AFP Factual. Del proyecto participaron 87 medios que se comprometieron a difundir desmentidos a desinformaciones y 40 medios productores que fueron productores de desmentidos, para lo cual se capacitaron a 451 periodistas y se publicaron 180 verificaciones de Reverso durante los seis meses de duración del proyecto.
Dos años después, frente a las elecciones legislativas que renovaron bancas en el Congreso, Chequeado volvió a lanzar Reverso con cerca de 40 de los principales medios de todo el país. En aquel proyecto, los medios que forman parte de Reverso se comprometían a respetar los principios establecidos, publicar los contenidos de la alianza sin cambios ni ediciones, y actualizar o corregir el contenido en sus medios en caso de que el consorcio compruebe que algo que difundieron se trataba de una desinformación.
Primera fecha de publicación de este artículo: 26/05/2023