Casi todo el mundo tiene o ha tenido un móvil a lo largo de su vida. Seas del sistema operativo que seas, si eres más de mensaje que de llamada o si detestas la herramienta o la amas, habrás escuchado alguno de estos bulos, mitos y desinformaciones que recogemos en este recopilatorio.
No hay evidencias de que los móviles o el wifi produzcan cáncer
La idea de que las ondas de nuestros teléfonos móviles, el wifi o los cables de alta tensión tienen un efecto negativo en nuestra salud (principalmente, que producen cáncer) lleva décadas conviviendo con nosotros. Sin embargo, no hay evidencias científicas que permitan asegurar que, a los niveles habituales de exposición, las ondas de los móviles o el wifi causen cáncer.
Las ondas que utilizan los móviles (y también el wifi o incluso tu microondas) son parte de lo que se llama radiación electromagnética no ionizante y, al contrario que la ionizante, como los rayos X o los Gamma, no tienen efecto sobre la materia que la absorbe, más allá, en general, de calentarla. En el caso del microondas, éste es capaz de calentar la comida porque trabaja a intensidades muy elevadas. De ahí que tenga un apantallamiento especial para evitar riesgos. Por el contrario, en el móvil o la wifi, la radiación es mucho más débil, así que no conseguirá calentarnos las manos o la oreja (lo que probablemente es fruto de la transpiración natural de tu cuerpo, o la falta de esta), no posee energía suficiente y, a los niveles habituales de exposición, no podrá producir ningún efecto sobre las moléculas que componen nuestros tejidos.
No hay evidencias de que las ondas del móvil causen problemas en la sangre
No hay ninguna evidencia científica que apunte a que las radiaciones no ionizantes de móviles, antenas y dispositivos electrónicos produzcan un efecto en la sangre (y sobre la salud).
Existen numerosos estudios que han analizado los efectos sobre la salud de los móviles desde hace décadas. Así, las revisiones sistemáticas, que son investigaciones que recuperan y revisan muchos estudios científicos, no encuentran dichos efectos perjudiciales de estos terminales en la sangre, como se ha indicado, a los niveles habituales de exposición.
Una revisión publicada en el boletín de la Organización Mundial de la Salud concluye que no hay evidencias de que la exposición a campos electromagnéticos de radiofrecuencia de estaciones base de telefonía móvil provoque daños en el organismo.
El Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud publicó en 2020 un informe en el que se revisa toda la bibliografía científica en busca de posibles efectos de las emisiones radioeléctricas sobre la salud. En él, tampoco se recoge ningún estudio que indique que dichas emisiones causen problemas en la sangre.
Las afirmaciones falsas de un vídeo que dice que usar un móvil provoca el “efecto Rouleaux” por el que “los glóbulos rojos se apilan”: los supuestos estudios que cita no son serios ni científicamente válidos
Nos habéis preguntado por un vídeo en el que un señor llamado Bartomeu Payeras asegura que los móviles y ordenadores tienen efectos perjudiciales en el organismo. Payeras —que se define como microbiólogo pero que no tiene una carrera científica contrastable— menciona dos supuestos estudios que dicen que las radiaciones no ionizantes producen el “efecto Rouleaux” por el que “los glóbulos rojos se apilan”.
Ninguno de los estudios mencionados es científicamente válido y, ni mucho menos, relevante: los artículos, que no han sido publicados en revistas científicas de prestigio, están sesgados, uno de ellos tiene múltiples limitaciones en cuanto a la muestra o a la validez de los datos que presenta, no es posible saber quién está detrás del artículo y ninguna investigación rigurosa ha conseguido replicar los resultados de estos supuestos experimentos. No hay evidencias de que usar el móvil o el ordenador provoque tales efectos perjudiciales en el organismo.
No es posible hacer arder lana de acero (ni nada) con un móvil sonando
Un vídeo que empezó a circular en enero de 2020 mostraba cómo la lana de acero colocada alrededor de un móvil que sonaba comenzaba a arder. Sin embargo, esto no es posible. Alberto Nájera, profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha y vocal del Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud (CCARS), explica que la radiación que emite y recibe nuestros smartphone no tienen la potencia, intensidad o capacidad de conseguir resultados similares como el de este vídeo.
Además, el propio Nájera se ofreció a recrear y grabar la prueba él mismo para demostrar que esto es imposible. ¿Qué pudo pasar entonces en el vídeo del bulo? Podría tratarse o bien de un montaje o bien haber provocado el incendio de las fibras metálicas de otro modo. Por ejemplo, directamente con fuego o con un magnetrón/microondas debajo de la mesa. Puede incluso tratarse de una combinación de ambos casos.
No hay evidencias de que la luz del móvil en la oscuridad pueda causar “maculopatía”
Una cadena de WhatsApp que nos enviásteis advertía de serios daños para la vista a raíz de utilizar el móvil en la oscuridad. Se menciona la "maculopatía", un término indefinido que se identifica como degeneración macular irreversible, "cáncer de ojo", ojos secos, cataratas y "eventualmente la pérdida de vista". No obstante, no hay evidencias para asegurar algo así.
El problema con la luz que emiten los móviles proviene de la luz de los leds azules, necesarios para conseguir la luz blanca que percibimos de las pantallas, y de que aún no sabemos lo suficiente sobre cómo nos puede afectar a largo plazo. Algunos estudios (como este, publicado en 2012) concluían que la exposición a la luz led daña las células de la retina criadas en un laboratorio. Esto no significa que las células de laboratorio se comporten igual en una persona. Además, la luz que usaban para el estudio era equivalente a observar durante 12 horas una bombilla de 100 W a 20 centímetros de distancia, unas condiciones extremas que resultarían casi seguro en daños a la vista y que no es igual que usar un móvil en la oscuridad. Este estudio también presentaba un conflicto de intereses: una de las autoras forma parte de una empresa que se dedica a comercializar filtros para pantallas para proteger nuestros ojos de esa luz supuestamente dañina. Por este motivo es demasiado pronto para hablar de degeneración macular irreversible, y mucho más de cáncer (o cánceres) de ojo, de los que no existen evidencias asociadas al uso del móvil.
No, no es posible hacer palomitas utilizando móviles: los vídeos que se viralizan no son reales
Uno de los vídeos clásicos de internet. Varios móviles colocados en círculo y con su parte superior apuntando al centro de este para, según parece en el vídeo, hacer palomitas a partir de unos cuantos granos de maíz con la supuesta radiación y calor que emiten estos dispositivos. ¿Te suena? Pues es un bulo que lleva circulando desde hace años.
El vídeo es de 2008, año en el que la empresa de venta de utensilios de comunicación por bluetooth Cardo Systems creó un vídeo de estas características como promoción de los aparatos que comercializaba. Sin embargo, reveló que las imágenes estaban trucadas y que, en realidad, la transformación no había ocurrido: su único objetivo era divertir a sus posibles compradores con un anuncio que, según como Abraham Glezerman, CEO de Cardo Systems, alcanzó a más de 18 millones de personas en menos de 5 semanas.
La intensidad de radiofrecuencia de los móviles no es suficiente como para que los granos de maíz se hagan palomitas, algo que sí ocurre en un microondas, millones de veces más intenso. Imagina que cada móvil emite, a máxima potencia, un promedio de 0,25 W (el límite legal máximo es de 2 W) durante un minuto. Si hay 4 móviles, el total sería 1 W pero, ni aunque toda esa energía fuera absorbida al completo por el maíz, este podría llegar a alcanzar la temperatura suficiente para "cocinar" las palomitas (unos 180º C).
No, el "síndrome del cuello roto" causado por la postura al usar el móvil no es una dolencia reconocida (aunque sí está demostrado que la postura prolongada puede causar dolor de cuello)
El "síndrome del cuello roto" es un supuesto conjunto de síntomas originados por la posición estática que adoptamos al utilizar nuestro móvil. Es cierto que hay estudios concluyen que existe una relación entre el tiempo de uso del aparato y el dolor de cuello. Sin embargo, solo hemos encontrado una publicación científica que se refiera a esta molestia de cuello como síndrome, mientras que otros, de hecho, muestran resultados contradictorios.
Según explicaba a Maldita.es Marcos Paulino, portavoz de la Sociedad Española de Reumatología (SER) y reumatólogo en el Hospital General de Ciudad Real, el incluir este problema como enfermedad o síndrome "no es más que una propuesta, una observación o una deducción”, pero este problema “no es una entidad universalmente reconocida por la comunidad médica". De hecho, en la Clasificación Internacional de Enfermedades no aparece el "síndrome del cuello roto" como enfermedad reconocida.
Lo que está claro, según el portavoz de la SER, es que estar horas y horas con el móvil, forzando el cuello, la vista y, por ende, no realizando actividades más saludables, no es beneficioso para la salud, pero hasta ahora no se ha clasificado como una enfermedad de por sí.
¿Qué sabemos sobre el "cuerno que crece en el cráneo por mirar demasiado el móvil"? Este "saliente" del cráneo no es una novedad y el estudio no aclara si "crece" provocado por algo
Investigadores de la Universidad de Sunshine Coast, en Australia, han apreciado un pequeño hueso con forma de cuerno o espina en adultos jóvenes que, supuestamente, crece en la parte posterior de la cabeza por el peso hacia delante que esta ejerce al utilizar, por ejemplo, el móvil. Esta afirmación se basa en un estudio científico real, aunque con muchas limitaciones y que no tenía por objetivo conocer qué era lo que provocaba este saliente, sino observar cuántas personas lo tenían y estudiar las diferencias y/o relación de este con respecto a características como la edad y el sexo.
El autor del estudio sugiere que el origen del aumento de este hueso saliente en la actualidad podría relacionarse con la postura que adquirimos al utilizar móviles y otros aparatos tecnológicos. La nota de prensa que publicó la universidad que ha realizado el estudio ha utilizado este argumento en su titular, lo que puede llevar a error ya que no es ni la conclusión del estudio ni lo que estaban investigando.
Además, no hay evidencia científica alguna de que este “cuerno” esté provocado por la postura del móvil. Hay multitud de cosas que pueden conllevar a la hiperflexión mantenida del cuello: leer, cocinar, juegos de mesa, manualidades, etcétera.
Por qué no es recomendable usar el móvil en una gasolinera: para evitar distracciones, no por riesgo de explosiones o incendios
Además de quitar el contacto del coche para no dejar ni el motor ni las luces encendidos y no fumar o usar mecheros, entre los requerimientos en este tipo de instalaciones se encuentra el no utilizar el móvil pero, ¿por qué? Principalmente porque, si estamos pendientes del móvil, puede que tengamos algún despiste y un lugar lleno de líquido inflamable no es el más apropiado para las distracciones. Podríamos olvidar quitar el contacto, resbalar o incluso toparnos con algún coche o que uno nos atropellase. En estas situaciones debemos prestar especial atención.
Ahora bien, si hablamos de si hay riesgo de explosiones o incendios, la respuesta es no, según contestaba rotundo el químico, bioquímico y divulgador científico Daniel Torregrosa en este artículo de Naukas.
¿Se puede interferir en un marcapasos moderno a través de un móvil? No, ya que cuentan con mecanismos de seguridad muy avanzados y hay medidas de precaución básica para minimizar los riesgos
Los marcapasos permiten, además de ayudar a que el corazón siga latiendo a un ritmo correcto, monitorizar la evolución de los pacientes que lo tengan e identificar posibles problemas o alteraciones en su ritmo cardiaco. ¿Pueden los móviles interferir en estas funciones?
El doctor Óscar Cano, presidente de la Sección de Estimulación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología, explica que los marcapasos y desfibriladores actuales están provistos de mecanismos de seguridad muy avanzados que hacen que sea altamente improbable que se pueda interferir su funcionamiento en el ámbito doméstico. A estos mecanismos se le suman dos medidas de precaución básicas para minimizar este riesgo: utilizar el teléfono móvil en el oído contrario al lado en el que está implantado el marcapasos/desfibrilador para mantener una distancia de seguridad, y evitar llevar el móvil en un bolsillo cercano al lugar en el que está implantado.
No hay evidencias científicas de que suponga ningún peligro para la salud dormir con el móvil cerca. El uso irresponsable del móvil sí puede generar otros riesgos, como accidentes de tráfico o problemas para dormir
Están muy extendidos los "terribles efectos" que las radiaciones electromagnéticas del móvil ocasionarían, en teoría, de manera directa (y negativa, claro) en nuestra salud. La realidad es que no hay evidencias científicas de que suponga ningún peligro. Por muy cerca que generalmente lo tengas, incluyendo las horas de sueño; por mucho que hables por teléfono o mandes mensajes durante el resto del día, sus emisiones ni te van a causar cáncer, ni van a ser el origen de ninguna otra enfermedad.
Pero esto no quiere decir que el uso del móvil no pueda tener un impacto en nuestra salud. Ya no por las radiaciones que emite, de las que no hay evidencias de que sean dañinas para los humanos, sino por los riesgos que conlleva un uso irresponsable: desde accidentes de tráfico al usarlos mientras se conduce, a dolores de espalda y cuello por malas posturas, sequedad en los ojos y problemas para dormir si lo usamos de noche.
Sobre este último, explicamos que la luz que este emite, y su uso más allá de las horas diurnas limitando las horas de sueño, podría interferir y descoordinar nuestros ritmos circadianos, los ciclos por los que nuestro cuerpo regula sus funciones (nos hacen dormir de noche y mantenernos despiertos durante el día). Aunque utilizar el móvil durante la noche no es la única causa y la principal es la generalización de la luz eléctrica, puede empeorar la calidad de nuestro sueño.
No es cierto que haya que apagar el móvil durante una tormenta porque pueda ser peligroso
Este rumor se empezó a difundir a raíz de la publicación en 2006 de un caso de alcance por un rayo a una chica que iba hablando por teléfono en Londres. Varios medios de comunicación se hicieron eco entonces de la historia y de cómo ella quedó en silla de ruedas y no recordaba lo que había ocurrido.
Sin embargo, la publicación no es un estudio ni un artículo científico, sino una carta al editor, explicando un caso al que varios investigadores hicieron comentarios posteriores que cuestionaban o negaban la relación directa con el teléfono móvil.
Entre otras aclaraciones, también incluían una respuesta de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA), que decía que los rayos no son “atraídos” por las personas que llevan encima móviles.
Otro factor a tener en cuenta es que los rayos de las tormentas eléctricas son atraídos por los objetos de metal, pero los móviles tienen un porcentaje demasiado bajo para que tenga la “potencia” para lograr esto.
Un teléfono no tiene por qué hacer cortocircuito o estallar si se rompe su pantalla
Toda persona a la que se le haya roto alguna vez la pantalla del móvil es familiar con ese momento de terror cuando lo vemos caer contra el suelo. Si efectivamente al recogerlo vemos que la pantalla se ha rajado, el primer paso antes de realizar cualquier diagnóstico es comprobar qué parte del dispositivo está roto: si el cristal protector o la propia pantalla LCD. Lo más común es que el primer afectado sea el cristal, que actúa como barrera entre las amenazas externas y las partes más sensibles del móvil. Una vez se ha caído y las grietas han aparecido en el cristal, esto puede derivar en varios problemas, pero el del cortocircuito o la explosión son poco probables, y ahí las grietas de la pantalla no tienen mucho que ver.
Nuestro maldito Ricardo Fuente, ingeniero de telecomunicaciones y experto en electrónica y telefonía móvil, explica que una explosión “es muy poco probable aún incluso con la pantalla rota”. Y en el caso de darse, las causas de un cortocircuito serio (que pueda derivar en explosión) no se darían tanto por la pantalla como por la batería. Es más, en caso de defecto de batería, lo más probable es que esta se hinchara, en lugar de explotar.
No, no hay evidencias de que el 'flash' de las cámaras de fotos ni de móviles pueda dañar los ojos de los bebés
Los oftalmólogos a los que hemos consultado no tienen constancia de que el flash un riesgo para los ojos de los más pequeños. "No tengo noticias de daños provocados en bebés, niños, ni adultos por el flash de cámaras de fotografía. No he podido encontrar ni una sola publicación al respecto", señala a Maldita Ciencia Rubén Pulido, oftalmólogo que nos ha prestado sus superpoderes.
Rastreando en la red hemos encontrado que en 2015 varios medios recogieron un contenido según el cual supuestamente un bebé de tres meses perdía la visión de un ojo cuando un amigo de la familia olvidaba quitar el flash de la cámara de su móvil. Sin embargo, este contenido fue refutado por los compañeros del medio de verificación Snopes en este artículo, que concluyeron que no había pruebas de que esto fuera así.
Este artículo es una colaboración mensual entre Maldita Ciencia y el Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud.
Primera fecha de publicación de este artículo: 27/09/2021