Qué está pasando: Investigaciones periodísticas, un informe de Microsoft y el Gobierno de Estados Unidos han alertado de que Rusia, Irán y China están interfiriendo en las elecciones del presidenciales del 5 de noviembre. Según estas, lo están haciendo con narrativas desinformadoras contrarias a la candidata demócrata, Kamala Harris, y a su candidato a vicepresidente, Tim Walz, o “hackeando” documentos de la campaña del republicano, Donald Trump.
Por qué es importante: No es la primera vez que las autoridades estadounidenses acusan a otro Estado de intentar influir en sus procesos electorales con desinformaciones. Estas mismas amenazas extranjeras se repitieron en las presidenciales de 2020 y en los comicios de 2016, según la inteligencia de EEUU. El think-tank estadounidense Atlantic Council ha creado una base de datos en la que registra las acusaciones de injerencia extranjera para las elecciones de 2024.
Las desinformaciones: La Oficina del Director de Inteligencia Nacional (ODNI, por sus siglas en inglés) publicó a mediados de septiembre un informe en el que explica cómo Rusia, Irán y China “utilizan la inteligencia artificial generativa para impulsar sus respectivos esfuerzos de influencia en las elecciones estadounidenses”. Algo de lo que ya hemos advertido también en Maldita.es.
Rusia: webs falsas contra Kamala Harris y Tim Walz
La ODNI asegura que Rusia ha utilizado textos, imágenes, audios y vídeos de “figuras prominentes” de la política estadounidense para “impulsar la candidatura del expresidente [Trump] y denigrar a la vicepresidenta [Harris] y el Partido Demócrata con narrativas conspiranoicas”. La agencia estadounidense también indica que actores rusos han desinformado con temas migratorios.
Microsoft recoge en un informe las averiguaciones de la Oficina de Inteligencia Nacional estadounidense, e identifica desinformaciones amplificadas por Rusia. Por ejemplo, un vídeo de Harris en un mitin electoral en el que, supuestamente, habría dicho que “Trump no puede morir con dignidad”. Este contenido, detalla el Centro de Análisis de Amenazas de Microsoft, se creó con inteligencia artificial (IA) y se difundió a mediados de septiembre “en canales de Telegram y perfiles de Twitter (ahora X) en ruso”. Y llegó en inglés a Estados Unidos a finales de ese mes a través de un colaborador de la agencia estatal rusa RT. La tecnológica asegura que se trataría de un deepfake (vídeos hiperrealistas en los que se manipula la cara y voz de una persona). Microsoft indica que Rusia se ha centrado principalmente en desinformar contra el ticket Harris-Walz.
Otra de las desinformaciones que hemos verificado en Maldita.es, y que ahora se atribuye a Rusia, está relacionada con una falsa acusación contra Harris en la que aseguraban que en 2011 atropelló en San Francisco (California) a una chica de 13 años a la que dejó en silla de ruedas. En Maldita.es recogimos varias evidencias que demuestran que se trata de desinformación que imita a una supuesta cadena de televisión que no existe. Microsoft en su análisis lo vincula con ‘Storm-1516’ una red de operaciones de influencia rusa.
Esta misma red, según una investigación de la revista Wired, especializada en tecnología, también estaría detrás de la narrativa desinformadora que asegura que el candidato a vicepresidente de Kamala Harris, Tim Walz, es “pederasta y pedófilo”. Esta teoría de la conspiración ha sido amplificada por el entorno de Donald Trump y conspiranoicos de QAnon, indica Wired. En Maldita.es hemos desmentido las supuestas pruebas que apuntarían a que Walz abusó de un menor cuando era profesor. Estas contienen errores y provienen de cuentas conocidas por difundir desinformaciones.
Otro de los contenidos desinformadores que hemos verificado es un vídeo que atribuyen a un supuesto exalumno de Walz en el que le acusaría de haberlo agredido sexualmente. En Maldita.es comprobamos que el vídeo estaba manipulado y NewsGuard lo vincula también a una campaña desinformadora rusa, que GnidaProject, un instituto de investigación ruso, atribuye también a ‘Storm-1516’.
Rusia también estaría detrás de las desinformaciones relacionadas con los huracanes Helene y Milton que azotaron varios estados de Estados Unidos. Un análisis del think-tank Institute for Strategic Dialogue (ISD) concluyó que “medios apoyados por el Kremlin” difundieron desinformación para amplificar el descontento de la ciudadanía estadounidense con la Administración Biden y minar la confianza en las labores de asistencia tras el desastre. Algunas de estas narrativas las hemos desmentido en Maldita.es. Son bulos que afectaban directamente a la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA) y otros contenidos contra la respuesta del presidente Joe Biden.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ) ha alertado en varias ocasiones de cómo Rusia pretende influir en las elecciones. En un documento publicado en septiembre, relata cómo el Kremlin invierte dinero en influencers, contenido generado por IA, anuncios en redes sociales y cuentas con las que hackear a usuarios. Un ejemplo de lo que menciona el DOJ es Tenet Media, una agencia de ‘influencers’ políticos en YouTube que la Fiscalía estadounidense investiga por estar financiada por dos trabajadores de RT.
Irán: “hackeos” a la campaña de Donald Trump
Otra de las advertencias que hace el Gobierno estadounidense está relacionada con Irán. La Oficina de Inteligencia Nacional dice tener pruebas de que Irán ha utilizado inteligencia artificial para generar posts en redes sociales y escribir “artículos de noticias no auténticos” suplantando a webs de medios de comunicación en español e inglés. El objetivo, detalla la ODNI, es provocar “polarización” entre los votantes estadounidenses con temas relacionados con el conflicto en Gaza o sobre los candidatos presidenciales.
El 27 de septiembre, el Departamento de Justicia acusó a tres ciudadanos iraníes de ser “hackers de la Guardia Revolucionaria Islámica” y de haber hackeado documentos de la campaña de Donald Trump. Algunos medios, como Politico, recibieron correos electrónicos anónimos con documentos que atribuían al equipo electoral de Trump información sobre cómo había seleccionado a J.D. Vance como su candidato a vicepresidente. Por su parte, Microsoft aseguró que el “hackeo” surgió por el envío de “un correo de phishing en junio a un trabajador de alto rango de una campaña presidencial desde el email de un exasesor”.
China: campañas contrarias a candidatos republicanos
La Oficina de Inteligencia Nacional sitúa a China como el tercer país que está tratando de influir en la opinión pública estadounidense. Según este departamento, el régimen chino utiliza la IA para “amplias operaciones de influencia que moldeen las visiones globales de China y amplifiquen cuestiones políticas que dividan a Estados Unidos”, pero no específicamente en los comicios del 5 de noviembre.
Microsoft sí que señala campañas desinformadoras centradas en las elecciones. Concretamente asegura que han identificado mensajes de una persona vinculada al Ministerio de Seguridad Pública, en los que critica a candidatos republicanos de la Cámara de Representantes y del Senado. Además, el FBI anunció el 25 de octubre que investiga un “acceso no autorizado a infraestructuras comerciales de telecomunicaciones por actores vinculados a China”. Varios medios estadounidenses publicaron que hackers vinculados al Gobierno chino habrían entrado en los móviles de Trump y Vance, y que otras acciones similares habrían afectado a asesores de la campaña de Harris.
Los precedentes detectados en las elecciones de 2016 y 2020
Las autoridades estadounidenses también denunciaron injerencias en las elecciones de 2016 y 2020. Sobre los primeros comicios, un informe del Comité de Inteligencia del Senado concluyó que Rusia utilizó al exjefe de campaña de Trump, Paul Manafort, la web de WikiLeaks y a otras terceras personas para intentar influir en las elecciones y ayudar a Donald Trump. Además, demócratas y republicanos detallaron que el presidente ruso, Vladimir Putin, “ordenó el hackeo de los ordenadores y cuentas afiliadas al Partido Demócrata para filtrar información perjudicial para Hillary Clinton”, la rival de Trump.
Un estudio de la Universidad de Nebraska para el Senado analizó datos en redes sociales vinculados a las elecciones de 2016. En sus conclusiones apuntan a que “es posible que Instagram fuera un campo de batalla clave” en estas campañas. Otra de las conclusiones es que las injerencias extranjeras se centraron en publicar “mensajes fraudulentos” en Twitter sobre cómo votar y generar dudas y confusión sobre las normas de votación, campañas de apoyo a terceros candidatos que dividieran el voto e intentos por desmovilizar a los ciudadanos con lemas como “quédese en casa el día de las elecciones, su voto no importa”.
En esta misma línea, otra investigación de la Universidad de Wisconsin-Madison vincula estas injerencias con un “operativo vinculado al Kremlin”, con “estrategias y tácticas sofisticadas para campañas digitales”, lo que “demuestra una comprensión clara de las estrategias de campañas políticas y electorales”. Otro estudio de la Universidad de Texas ha estudiado las maniobras de Rusia en EEUU, cuyo funcionamiento también se detectó en “ataques contra Estonia en 2007” y “contra los sistemas políticos ucranianos desde 2014”. Un estudio de The Lancet detalló que aunque la injerencia sí existió, “solo el 1% de los usuarios” en Twitter estuvo expuesto al 70% de estas injerencias, que afectaron especialmente a los republicanos, y que no se puede determinar que provocara “cambios en las actitudes, la polarización o el comportamiento electoral”, concluyen los investigadores.
En 2020, el Consejo de Inteligencia Nacional también detectó injerencias extranjeras en las elecciones que enfrentaron a Donald Trump y Joe Biden. La primera conclusión de la ODNI es que “ningún actor extranjero intentó alterar cualquier aspecto técnico del proceso de votación”, aunque sí identificaron la difusión de desinformación para denigrar la candidatura demócrata. En 2020 también se detectaron injerencias por parte de Irán o China. En aquella ocasión, sin embargo, las injerencias de Pekín buscaban la estabilidad en la relación con EEUU, lo que hizo que se orientaran más contra la campaña de Trump.