Este artículo está en continua actualización para incluir novedades sobre la Ley de Servicios Digitales.
A partir del 25 de agosto las principales plataformas en línea como Twitter (ahora X), Instagram, TikTok, Amazon o Wikipedia y buscadores como Google o Bing tendrán que cumplir con la Ley de Servicios Digitales (DSA, por sus siglas en inglés): un conjunto de normas y medidas aprobadas por la Unión Europea (UE) que buscan regular el espacio de los servicios digitales. El texto recoge una serie de derechos para los usuarios y establece diferentes obligaciones para las empresas tecnológicas dependiendo de su tamaño y su naturaleza, como la moderación de contenidos o la transparencia de los algoritmos, así como sanciones si no cumplen con lo que establece esta ley. Desde el 17 de febrero el resto de plataformas digitales que operan en la Unión Europea también tienen que cumplir con esta normativa.
Algunas plataformas ya han establecido cambios en sus políticas para cumplir con esta normativa, mientras que otras compañías han criticado la clasificación que les impone la ley. Analizamos en qué consiste la DSA, qué regula y cómo nos afecta a nosotros como usuarios.
A un clic, ¿de qué hablamos en este tema? Pincha para ampliar
¿Cuándo entra en vigor? ¿Cuáles son las fechas clave? ¿Por qué ahora?
¿A qué compañías afecta la DSA? ¿Cómo se han posicionado ante los cambios?
¿Qué cambios están implementando las plataformas? ¿Cómo me afectará en mi día a día?
¿Qué es la DSA? ¿Cuál es su objetivo?
La Ley de Servicios Digitales (Digital Services Act) es un conjunto de normas aprobadas por la Unión Europea con el objetivo de regular los servicios digitales, como redes sociales o tiendas online, para ofrecer mayores garantías a los usuarios de la UE. El texto recoge una serie de medidas y obligaciones para las empresas tecnológicas, como herramientas para la moderación de contenidos y mayor transparencia en los algoritmos y en el tratamiento de datos personales.
La DSA entró en vigor junto a la Ley de Mercados Digitales (DMA, por sus siglas en inglés), más enfocada en materia de competencia. Ambas forman lo que se conoce como el paquete sobre servicios digitales, un cambio en el panorama regulatorio europeo que busca crear un marco común sobre las grandes tecnológicas.
Antes de la DSA y la DMA, sólo una directiva de hace 23 años (la Directiva sobre el comercio electrónico), cuando Internet era muy distinto a la realidad actual, marcaba algunas normas a seguir. Los grandes cambios en el mundo digital que se han sucedido en los últimos años, así como las nuevas amenazas, hacían necesaria la llegada de nuevas normas, según argumenta la UE.
Se espera que este paquete de medidas también tenga efectos en otros países a través del conocido como efecto Bruselas, por el que las medidas de la UE se acaban trasladando al resto del mundo debido a la relevancia del mercado europeo. Por lo tanto, esta nueva regulación supone, a efectos prácticos, un primer esfuerzo a nivel mundial por regular a las grandes tecnológicas.
¿Cuándo entra en vigor? ¿Cuáles son las fechas clave? ¿Por qué ahora?
La ley entró en vigor el 16 de noviembre de 2022, aunque su aplicación se ha realizado de forma progresiva y en diferentes fases. Entre los diferentes objetivos que marca la ley, la DSA señala que las principales plataformas digitales (aquellas que mensualmente tengan más de 45 millones de usuarios activos en Europa) tenían que cumplir con la nueva normativa de forma anticipada, en concreto a partir del 25 de agosto de 2023, mientras que el resto de compañías también tienen que seguir estas obligaciones desde el 17 de febrero de 2024.
Pero el recorrido de la ley se remonta hasta diciembre de 2020, momento en el que la Comisión Europea publicó su primera propuesta. El texto fue aprobado dos años más tarde. En esta ilustración se muestra una línea temporal con los hitos principales de la DSA y las fechas clave, también a futuro.
¿Qué quiere regular la DSA? ¿Qué medidas propone?
Con esta norma la Unión Europea se propone garantizar la protección de los derechos de los ciudadanos europeos online y “establecer unas condiciones de competencia equitativas” para este tipo de empresas. Para ello, el documento introduce una serie de obligaciones que las plataformas deben cumplir bajo riesgo de ser sancionadas (aquí puedes encontrar más detalles), y que abarca diferentes temas. Entre ellos se encuentra: la desinformación en redes sociales, la difusión de contenidos ilícitos, medidas de transparencia y regulaciones en materia de recolección de datos.
- Desinformación: entre las preocupaciones de la Unión Europea se encuentra también que ciertos servicios se puedan usar de modo que amplifiquen contenidos dañinos, lo que denomina riesgos sistémicos. Dos de estos riesgos son la difusión de contenidos que tengan efectos negativos sobre el discurso cívico y los procesos electorales o sobre la salud pública y el bienestar físico y mental de una persona. Bulos sobre la seguridad de las vacunas o desinformación sobre supuestos pucherazos son ejemplos de contenidos de este tipo.
Para combatir estos peligros, la DSA establece que las grandes plataformas deberán demostrar sus esfuerzos para evaluar y mitigar este riesgo sistémico, es decir, explicar cómo tratan de evitar que sus servicios se utilicen para difundir o amplificar estos contenidos. Por ejemplo, a través de la adopción de códigos de conducta, entre los que se encontrará el Código Europeo de Buenas Prácticas contra la Desinformación (del que Maldita.es forma parte y que hasta ahora es voluntario). También establece medidas específicas, como la prohibición de mostrar anuncios segmentados utilizando categorías especiales de datos personales, como es la orientación política de los usuarios. Entre otras obligaciones se encuentra la aplicación de mecanismos de reducción de estos riesgos sistémicos, auditorías independientes o la creación de protocolos de crisis.
- Contenidos ilícitos: la ley busca que aquello que es ilegal en el mundo real lo sea también online y presta especial atención a la moderación de contenidos ilícitos, como publicaciones que promuevan la incitación al odio, el terrorismo, la discriminación o la pornografía infantil. Aunque no se puede obligar a las plataformas a monitorizar todo lo que se publica ni son responsables de contenidos dañinos sobre los que no tienen constancia, la DSA exige a las grandes plataformas que realicen informes anuales y públicos sobre sus políticas de moderación, y establezca canales en los que los usuarios puedan denunciar este tipo de publicaciones.
- Transparencia: otra de las piedras angulares de la ley es la transparencia de las plataformas online, en concreto sobre sus algoritmos de recomendación y los procesos de decisión. Esto no sólo significa que las compañías tienen que ofrecer sus datos y algoritmos a petición de las autoridades europeas, si no que en sus términos y condiciones tiene que venir detallado el funcionamiento de estos algoritmos de cara a los usuarios, qué opciones existen para modificar este sistema, además de otras obligaciones en transparencia.
- Recolección de datos: en materia de recolección de datos, la ley obliga a las plataformas en línea a que ofrezcan sistemas de recomendación que no se basen en la elaboración de perfiles a partir de información personal. Tampoco podrán ofrecer anuncios personalizados a partir de información sensible como etnia, orientación sexual o ideología.
En caso de que los servicios digitales no cumplan con estas obligaciones, la ley establece una serie de sanciones que no podrán superar el 6% del volumen de negocios anual global de la compañía multada, y que serán más duras para plataformas online y motores de búsqueda, como explicamos aquí con más detalle.
¿A qué compañías afecta la DSA? ¿Cómo se han posicionado ante los cambios?
Para establecer las obligaciones que recoge la DSA, se ha creado un rango de obligaciones en cuatro categorías, que dependen de los servicios que prestan las empresas y del número de usuarios que tengan. Estas categorías son:
Servicios intermediarios: compañías que ofrecen infraestructuras de red para transmisión de datos, como los proveedores de internet, por ejemplo Vodafone y Movistar.
Alojamiento de datos: empresas que ofrecen servicios de nube y alojamiento web, como Dropbox y Microsoft OneDrive.
Plataformas y buscadores en línea: aplicaciones que reúnen a vendedores y consumidores, o que permiten difundir y encontrar información en la red, entre las que se encuentran Telegram y Yahoo!.
Las plataformas y motores de búsqueda en línea de muy gran tamaño: llamadas en inglés Very Large Online Platforms (VLOP) y Very Large Online Search Engines (VLOSE), son las aplicaciones que por su número de usuarios activos en la UE (más de 45 millones al mes) pueden tener mayor impacto social, como Twitter y Google. En abril fueron 19 los servicios designados en esta categoría: AliExpress, Amazon Store, Apple AppStore, Bing, Booking, Facebook, Google Maps, Google Play, Google Search, Google Shopping, Instagram, LinkedIn, Pinterest, Snapchat, TikTok, Twitter, Wikipedia, YouTube y Zalando. En diciembre se incluyeron en esta categoría a las páginas de adultos Pornhub, Stripchat y XVideos, mientras que las app de moda Shein y Temu fueron designadas en abril y mayo de 2024, lo que suma un total de 24 servicios bajo esta categoría.
Todos los servicios digitales (o intermediarios) deben cumplir con unas medidas básicas, como hacer públicos sus términos y condiciones. A medida que subimos de categoría se añaden obligaciones más exigentes. Es decir, las empresas en la categoría más alta (VLOP y VLOSE) deben cumplir con las medidas específicas para ese grupo y con todas las obligaciones acumuladas de los tres niveles por debajo.
Las categorías funcionan en forma de muñecas rusas, ya que, por ejemplo, una plataforma online no sólo transmite información, sino que también la almacena y además la difunde. Por tanto, tiene que cumplir con las obligaciones de las categorías inferiores (las básicas de servicios intermediarios y las de alojamiento de datos) y se le añaden nuevas responsabilidades al ofrecer más servicios al usuario.
La Comisión Europea es la encargada de designar qué servicios entran en cada categoría y, aunque algunas plataformas se adaptaron a esta normativa, otras compañías como Amazon o Zalando se mostraron críticas con la categoría que les impone la ley. Aquí te contamos más.
¿Qué cambios están implementando las plataformas? ¿Cómo me afectará en mi día a día?
Desde el 25 de agosto las 19 compañías designadas por la Unión Europea (22 tras la inclusión de diferentes páginas de adultos en diciembre de 2023) tienen que cumplir con la DSA en territorio europeo. Una regulación se ha ampliado al resto de plataformas digitales en la Unión Europea desde el 17 de febrero de 2024. No es que no pudieran haberlo hecho antes, pero a partir de ahora es cuando están obligadas por ley y no cumplirlo puede acarrear sanciones.
Algunas plataformas hicieron públicos los cambios que han implementado para cumplir con la legislación europea.
Si somos usuarios de TikTok, tenemoss la opción de desactivar su algoritmo de recomendación de contenidos. Esto nos permitirá ver en los apartados de “Para ti” y “Live” los contenidos más relevantes según la región en la que nos encontremos, y no a partir de los datos que la plataforma haya recabado sobre nosotros. Lo mismo se aplica para la sección de “Siguiendo” y “Amigos”, donde podremos ver las publicaciones en orden cronológico. También podremos actualizar nuestra feed de la sección “Para ti” para que el sistema de recomendación actúe como si nos acabáramos de registrar en la aplicación. Es decir, que si no estamos contentos con los vídeos que nos enseña TikTok podemos reiniciar el algoritmo y volver a entrenarlo de cero con nuestros gustos. Se ha añadido un canal para denunciar contenido ilegal, más información sobre su política de moderación, el sistema de recomendaciones y la publicidad en la plataforma, entre otros. Para menores de 17 años, la aplicación no nos mostrará anuncios personalizados por defecto. Aquí puedes consultar más detalles.
En el caso de Twitter podremos ver qué publicaciones han violado las reglas de la plataforma, qué tipo de contenidos se han retirado y el número de cuentas suspendidas por ello en los informes de transparencia que ha vuelto a publicar la plataforma. La aplicación ha vuelto a publicar esta información en vista de “los cambios en el panorama regulatorio”, según ha asegurado. Twitter también ha incluido nuevas funcionalidades, como una herramienta para denunciar contenidos ilegales en la Unión Europea, un canal para apelar en caso de que uno de nuestros contenidos haya sido señalado como ilícito e información sobre los acuerdos a los que podemos llegar con la plataforma si creemos que ha restringido indebidamente alguno de nuestros contenidos.
Si usamos Facebook o Instagram, podemos consultar el funcionamiento de sus algoritmos de recomendación y elegir si los queremos desactivar. Si nos decantamos por esta opción, los contenidos de los perfiles que sigamos nos aparecerán en un orden cronológico, y los resultados de las búsquedas se ajustarán a las palabras que hemos introducido. También tendremos acceso a nuevas herramientas para denunciar contenidos, y Meta nos dará más información en caso de que penalice alguna de nuestras publicaciones.
Cuando compremos en Amazon tendremos a nuestra disposición más información sobre los vendedores y canales para denunciar productos que sean fraudulentos, según The Wall Street Journal.
Si utilizamos aplicaciones de Google como Google Search o YouTube, podemos ver más información sobre los anunciantes en el Centro de Transparencia de Anuncios, de acuerdo con los requisitos que pide la ley. También podemos encontrar más información sobre las políticas de Google y su moderación de los contenidos ilegales. Aquí puedes encontrar más información.
En el caso de Snapchat ahora podemos desactivar el algoritmo de recomendación para ver los contenidos en orden cronológico y consultar por qué nos aparecen ciertos vídeos. La aplicación también ha incluido canales de notificación y apelación de moderación de contenidos, y dejará de mostrar publicidad personalizada a los menores de 18 años. Aquí puedes leer los detalles.
Desde el 17 de febrero de 2024 se aplican más regulaciones generales que afectan al resto de servicios que usemos. Por ejemplo, en cualquier plataforma en línea deberemos recibir mayor información sobre los anunciantes y habrá más medidas para evitar publicidad fraudulenta. Además, si nos han vendido un producto fraudulento, la plataforma nos avisará cuando tenga constancia de ello. Hay medidas que buscan acabar con malas prácticas como las reseñas falsas en plataformas como Amazon y hacer a las plataformas responsables de fraudes en la reventa de entradas online.
La ley también quiere poner coto a los patrones oscuros: estrategias basadas en la experiencia del consumidor cuyo objetivo es engañar a los usuarios para que hagan algo que en realidad no quieren hacer (la típica situación en la que vas a reservar una habitación de hotel y la página te alerta de que solo queda una y que hay otras personas viendo la misma oferta que tú). Según la ley, veremos menos mensajes que nos metan prisa a la hora de comprar.
Por ahora estas son algunas de las medidas que las principales plataformas han hecho públicas. Iremos actualizando este artículo a medida que conozcamos más información al respecto.
Primera fecha de publicación de este artículo: 24/08/2023