“El amor es compartir una contraseña”. A Netflix se le ha vuelto en contra este tuit de 2017 en las últimas horas. Como os hemos contado en Maldita.es, parece que lo de compartir cuenta de Netflix con otras personas que no vivan en la misma casa se habría acabado y la plataforma ha anunciado que habrá que conectar cada dispositivo al menos una vez al mes a la red wifi de la casa que tiene contratado el servicio de la plataforma. Si no, bloquearán el acceso del dispositivo.
Pero el aluvión de críticas definitivo llegó cuando el 8 de febrero Netflix emitió otro comunicado sobre “nuevas formas de compartir Netflix”. Entre los mensajes, incluyen que hay “alguna confusión sobre cuándo y cómo puedes compartir Netflix” y anuncian las nuevas medidas que ya se han puesto en marcha en España, Portugal, Nueva Zelanda y Canadá. Una de estas soluciones son lo que llaman suscriptores extra: una especie de “subcuentas” para dos personas (como máximo) con las que no se conviva, con un coste adicional.
Ante esto, las reacciones en redes sociales estallaron y en Twitter empezó a ser tendencia una palabra del pasado que quizá recuerden los nostálgicos del Internet de los 2000: eMule, un programa de intercambio de archivos muy popular antes de que nacieran las plataformas como Netflix, donde se solían descargar películas, series y música. Las dos tendencias juntas se explican mejor.
Los memes tampoco tardaron en llegar, y la gente no mencionaba solo a eMule, también a BitTorrent y otras plataformas de descarga. El abogado especializado en derecho informático y propiedad intelectual David Bravo tuiteó: “Mala noticia para Netflix. Buena noticia para las páginas de Torrents”.
Esta tendencia no fue solo en Twitter, también en Google, donde hubo un aumento de las búsquedas sobre ‘eMule - programa’ y otras consultas relacionadas como ‘nextflix cancelar suscripción’ y ‘como darse de baja en netflix’.
eMule y BitTorrent son programas de intercambio de archivos que se usaban para descargar películas y series, a menudo sin respetar los derechos de autor
eMule se remonta a 2002; sí, tiene más de 20 años. Se trata de un programa para intercambio de archivos en redes P2P (peer-to-peer, red de pares en español). Como ya os contamos en Maldita.es, una red P2P es un tipo de conexión entre ordenadores que permite compartir archivos o información sin necesidad de intermediarios. Es decir, los archivos no están alojados en un servidor central, sino que los suben, alojan y comparten los propios usuarios, y todos los ordenadores funcionan a la vez como clientes y como servidores.
Es el mismo tipo de comunicación que años después empezó a usar BitTorrent (un protocolo muy común para la transferencia de archivos grandes, que usa los torrents, archivos que almacenan metadatos sobre otros archivos y carpetas que se van a compartir y distribuir) o Ares Galaxy (conocido como Ares). En Xataka hay más detalles sobre cómo funciona el protocolo de eMule y en Genbeta hacen un repaso a su historia.
Durante años, estos programas se han utilizado para la descarga y reproducción de archivos (música, series, películas), en muchos casos de manera ilícita sin respetar los derechos de autor. Sin embargo, con la llegada de las plataformas de suscripción como Netflix y de plataformas de streaming como Spotify, se redujo considerablemente el uso de descargas ilegales, como os contamos detalladamente en Maldita.es.
En el caso concreto de eMule, Xataka se hacía eco del cambio de paradigma: hubo una época dorada de descargas entre enero de 2010 y enero de 2012 (en 2011 se superaban los 6 millones de descargas mensuales), hasta que descienden hasta niveles muy bajos (en 2021, no llegaban ni a las 175.000). Con BitTorrent ocurrió la misma tendencia.
No obstante, estas redes siguen existiendo. En 2021, tras diez años desde la anterior, se actualizó una nueva versión de eMule. La web está un poco desactualizada, pero portales como ADSLZone explican que sigue funcionando. En Twitter, después del anuncio de Netflix, varios usuarios han indicado que siguen usando eMule y que la velocidad de descarga ha aumentado (es normal, han pasado diez años desde que se generalizó su uso y la conexión a Internet ha mejorado).
Descargarse archivos de estas plataformas no es legal: no es un “delito”, pero sí una “conducta ilícita”
Ya hemos mencionado que, desde que surgieron este tipo de programas, también aparecieron situaciones de dudosa legalidad asociadas a las descargas. Como hemos explicado, que no sea necesario un intermediario entre estas comunicaciones hace también que no haya un control claro sobre lo que se mueve en esas redes P2P, pero también es difícil identificar al responsable. Por ejemplo, en España es famoso el caso “Dallas Buyers Club”: decenas de usuarios en San Sebastián y Bilbao fueron demandados por, supuestamente, compartir en este tipo de redes P2P esa película, pero finalmente fueron absueltos.
En Genbeta preguntaron a distintos abogados si es legal descargar torrents de obras protegidas en España. Carlos Sánchez Almeida, de Bufete Almeida, contestó que “no es legal”. En concreto, que no se trata de un delito para un usuario que no busque lucrarse con ello, pero sí puede ser un acto ilícito civil, porque al final quien comparte está comunicando públicamente obras protegidas.
El abogado David Maeztu dijo que, efectivamente, si el archivo torrent se emplea para descargar contenido protegido por derechos de propiedad intelectual sin la autorización de los titulares, como por ejemplo una película recién estrenada, se estaría realizando una conducta ilícita. Esto no es un delito, pero sí puede estar sujeto al pago de una indemnización.
En resumen: descargar e incluso compartir (como hemos explicado arriba, los ordenadores funcionan a la vez como clientes y como servidores) este tipo de contenidos es delito solamente si se comparte con ánimo de lucro (por ejemplo, si hay anuncios en tu web), pero, aunque no sea el caso, sí puede haber un acto ilícito que origina una responsabilidad civil, con sus consecuencias.
Estas plataformas también tienen usos legales: compartir ficheros, artículos de investigación o material libre
Entonces, ¿qué sí es legal hacer con estas plataformas P2P? El uso de estos programas no se limita a la descarga ilegal de contenidos sujetos a derechos de autor: se pueden utilizar para compartir ficheros de gran tamaño, tanto entre particulares como en empresas, y para descargar archivos que no vulneren la Ley de Propiedad Intelectual, como películas gratuitas y de licencia libre. También para descargar y compartir artículos de investigación científica o vídeos de música en directo.
Además, Sergio Carrasco, abogado especializado en ciberseguridad e ingeniero de telecomunicaciones, nos explicó que las redes P2P han evolucionado a otros modelos, como las llamadas redes distribuidas IPFS (Sistema de Archivos Interplanetario, por sus siglas en inglés), que se usan para compartir y descargar archivos más complejos, como los NFT. Esta serviría para guardar ese archivo NFT original y poder compartirlo de una manera segura y descentralizada.