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MALDITA TECNOLOGÍA

Cuando un nombre se vincula a una desinformación: el caso de la mujer embarazada del ataque al hospital en Ucrania y su rastro digital

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Hay desinformaciones que tienen un impacto directo sobre ciertas personas a nivel individual porque las identifican a través de su nombre, apellidos o su imagen. Esto la puede convertir en una diana de ataques y afectar a su reputación, que puede quedar más o menos afectada en función de la difusión que lleguen a tener los contenidos falsos y de si existe un desmentido sobre ese tema. Ahora bien, ¿qué pasa cuando esa desinformación se vuelve viral y acaba publicada en varios portales web que a su vez aparecen en Google? Retirar los enlaces desinformadores del buscador no es fácil, más allá de la existencia del debate sobre qué se debe retirar y qué no. Por todo ello, el rastro digital del bulo puede permanecer durante mucho tiempo online.

Lo hemos visto con un bulo muy específico sobre el ataque de Rusia a Ucrania y sus víctimas. En los últimos días, comenzaron a difundirse de forma masiva las imágenes de una mujer embarazada con heridas en Ucrania. Los desinformadores acompañaban la imagen de declaraciones falsas, como que la mujer era en realidad una modelo y que ni siquiera estaba embarazada. También se propagó un bulo que decía que esta persona era en realidad una militar ucraniana. Son desinformaciones que hemos desmentido en Maldita.es en el contexto de esta guerra iniciada por Rusia y que estamos recopilando en un artículo 

 

A esta mujer se la identifica como una modelo e influencer ucraniana y se la asocia a dos perfiles de Instagram con miles de seguidores (en Maldita.es no tenemos verificado esto de forma independiente). El resultado de esa tromba de desinformación asociada al nombre y al perfil público de una persona conlleva que ahora, al entrar a un buscador como Google, su nombre aparezca vinculado a contenidos falsos o dudosos en un contexto sensible como una guerra.

Un rastro digital y desinformativo muy difícil de borrar

Hay distintos tipos de rastro digital: el que dejamos activamente cuando publicamos contenidos en redes sociales y otros espacios y el que se crea de forma paralela cuando usamos Internet. En este último caso, intervienen una serie de tecnologías conocidas como “rastreadores”, entre ellas las cookies, cuya función es medir nuestra actividad online y obtener datos sobre lo que hacemos cuando estamos conectados. Por ejemplo, qué páginas visitamos o dónde hacemos clic.

El problema que tiene el primer tipo de rastro digital es que no sólo se crea con las imágenes y la información que nosotros subimos a Internet, sino también con lo que suben los demás. En el caso de esta mujer ucraniana, se da el caso de que otras personas y páginas web se han hecho eco de algunas de las desinformaciones y ahora el buscador de Google está lleno de imágenes de su cara, sus heridas y su estado de embarazo.

Como hemos explicado en otras ocasiones en Maldita.es, una vez que un contenido aparece en una plataforma es muy probable que termine saltando a otros espacios. Por ejemplo, entre redes sociales. Identificar y retirar los contenidos es muy difícil porque no se puede saber de un vistazo en qué otros espacios se ha compartido el contenido y si ha llegado a canales privados de comunicación.

En el buscador de Google terminan apareciendo todos esos contenidos, independientemente de la plataforma a la que se hayan subido, ya que al final se trata de una herramienta para ordenar e indexar las diferentes páginas web que se pueden consultar. ¿Hay manera de remediar esta situación y que desaparezcan los enlaces?

Si tenemos localizada a la persona que ha subido el contenido y lo ha distribuido podemos tratar de hablar con ella para que elimine también su publicación. En el peor de los casos, podríamos tomar acciones legales contra ella por usar una imagen de nuestra persona de forma ilegítima, pero eso implica entrar en un proceso judicial que acarrea un gasto económico y que se puede alargar mucho en el tiempo. En un caso como el de Google y teniendo en cuenta que el buscador puede indexar miles y millones de páginas por contenido, la cosa se complica un poco más.

Solicitar a Google retirar el contenido no asegura que este vaya a desaparecer

En Maldita.es hemos hablado ya del derecho de supresión, más conocido por mucha gente como el derecho al olvido. Precisamente, se conoce así por su vinculación con el buscador y la eliminación de enlaces - un símil de que Internet se “olvida” de nosotros. Para ello, Google ofrece a los usuarios la posibilidad de retirar contenido de sus plataformas mediante  un formulario, incluido el buscador y su apartado de “Imágenes de Google”, y por diferentes motivos.

Hemos preguntado a Google cuál sería el procedimiento para retirar del buscador varios enlaces relacionados con un caso de desinformación como el que hemos mencionado, en el que se ha difundido desinformación sobre una refugiada ucraniana a la que se le ha asociado un nombre y perfiles en redes sociales. Desde la empresa no entran a valorar este caso a nivel individual, así que nos derivan a un formulario mediante el cual se puede denunciar un contenido por “motivos legales”.

Entre ellos, está denunciar un contenido para “retirar información personal de acuerdo con las políticas” de sus productos (de uno propio o de otros); solicitar la retirada de información personal sobre nosotros; u “otro problema legal”. 

Supuestos que ofrece Google al denunciar un contenido en su buscador.

Realmente, ninguno de los casos contempla retirar un contenido porque en él se ha asociado una desinformación a datos personales que nos identifican directamente, por lo que habría que seleccionar alguna de las opciones que se refieren a la “información personal”.

Como hemos señalado en otras ocasiones, es Google quien tiene la última palabra sobre los enlaces que se terminan retirando del buscador y los que no, de modo que no tenemos la certeza de que solicitar la retirada de ciertas páginas porque contienen bulos asociados a un nombre o a una imagen vaya a surtir efecto. Otro de los inconvenientes es que para realizar estas solicitudes, tenemos que aportar las pruebas: la URL con el contenido y/o las imágenes en cuestión, de modo que habría que introducir de uno en uno cada caso. En casos en los que se creen cientos de enlaces acerca del mismo contenido, esto puede dificultar el proceso. 

Hay otra cosa importante que destacar y es que eliminar los contenidos de Google no implica que desaparezcan de Internet. O sea, a pesar de que Google retire páginas web o imágenes de la lista de resultados, los sitios web seguirán existiendo y se podrá seguir accediendo a ellos a través de su dirección web, aunque ya no estén en el buscador. Esto significa que si no conocemos la URL, no podremos entrar a verlos.


Primera fecha de publicación de este artículo: 11/03/2022

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