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MALDITA CIENCIA

Las afirmaciones falsas de la cadena de WhatsApp atribuida a Robert F. Kennedy Jr. que dice que las vacunas de ARN "representan la manipulación genética" y causan "daño genético irreparable"

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Lleváis unos días preguntándonos por una cadena viral de WhatsApp que recoge una serie de afirmaciones falsas o sin evidencias científicas atribuidas a Robert F. Kennedy Jr. sobre la vacuna de ARN contra la COVID-19. Por ejemplo, que está relacionada con la manipulación y los daños genéticos y que, "a diferencia del daño causado por las vacunas anteriores, [estos] ahora serán irreparables". En definitiva, que el medicamento causaría consecuencias irreversibles en nuestra salud. Esto es falso: las vacunas de ARN no pueden alterar nuestro ADN.

Como ya contamos en Maldita Ciencia, aunque todavía no hay ninguna aprobada (y por lo tanto, tampoco en el mercado), las de ARN mensajero son un nuevo tipo de vacunas que se estudia como posible método de prevención ante la COVID-19. Estas aportarían una serie de ventajas respecto a las vacunas que se han utilizado hasta ahora y no suponen una amenaza para la salud. Os explicamos en qué consisten y por qué es imposible que modifiquen nuestro ADN y causen daños genéticos irreparables.

CADENA DESMENTIDA POR MALDITA.ES
*Mensaje de Robert F. Kennedy, Jr.*

"Para todos mis pacientes:
Me gustaría llamar su atención con urgencia sobre cuestiones importantes relacionadas con la próxima vacunación contra el Covid-19. Por primera vez en la historia de la vacunación, las llamadas vacunas de ARN de última generación intervienen directamente en el material genético del paciente y, por lo tanto, cambian el material genético individual, que representa la manipulación genética, algo que ha sido prohibido y hasta ahora considerado criminal.

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Las vacunas de ARN no intervienen en el material genético del paciente ni están relacionadas con la manipulación genética

Al contrario de lo que afirma el texto, que "las vacunas de ARN intervienen en el material genético del paciente" y que "están relacionadas con la manipulación genética", estas no podrían de ninguna forma interferir en la secuencia de ADN de nuestras células y, por lo tanto, tampoco causar "daños irreparables" en el organismo.

Mientras que las vacunas habituales introducen en el cuerpo un patógeno atenuado o una parte de este, las de ARN proporcionan las instrucciones para que sea nuestro propio cuerpo el que produzca el antígeno (en este caso una proteína) y desencadene la reacción del sistema inmune pertinente para acabar con el agente infeccioso. Se están investigando posibles vacunas de este tipo tanto para la COVID-19 como para enfermedades anteriores (la malaria o el VIH) e incluso algunos tipos de cáncer.

A diferencia del ADN que se encuentra en el núcleo de la célula, el ARN se encarga de llevar las instrucciones a la maquinaria celular que se encuentra fuera del núcleo. Por eso, tal y como explican los autores de este artículo publicado en la revista Journal of Immunology Research, "el ARN no necesita entrar en el núcleo durante el proceso y por eso no hay riesgo de que se integre en el genoma".

Los autores de este artículo, publicado en la web de la Universidad de Harvard, proporcionan una analogía para explicar la diferencia entre ambas situaciones. Para ello, comparan el ADN con un libro de recetas de una biblioteca. "En el libro se encuentran las recetas almacenadas, pero no se utilizan. Los pinches de cocina entonces hacen una copia de una receta concreta (aquí el ARN) y la llevan a la cocina (la maquinaria celular) donde el chef va añadiendo los ingredientes en el orden y cantidades que marca la receta. Así se hace la tarta (aquí, la proteína)".

"Modificar el ADN sería como añadir un ingrediente extraño en una receta que ya existe, lo cual podría suponer que el plato resultante sea distinto. Pero inyectar ARN sería como añadir de forma temporal una nueva receta en el libro de cocina sin tocar las que ya tiene el libro, y por tanto no habría cambios inesperados en las recetas previas", explica el mencionado artículo de la Universidad de Harvard.

Las vacunas convencionales también son seguras

El texto compara las consecuencias que las vacunas de ARN tendrían en nuestro organismo con el supuesto daño causado por las vacunas convencionales. Ya hemos explicado por qué las de ARN no supondrían un problema para nuestra salud, pero es que “las vacunas anteriores”, como se refiere a ellas la cadena de WhatsApp, tampoco.

Las vacunas, antes de ser comercializadas, superan rigurosos procesos de desarrollo y calidad. Como contamos en Maldita Ciencia, todos los medicamentos tienen que ser autorizados antes de poder ser utilizados por la población general. Para que esto pase, deben superar unas pruebas que garanticen su seguridad, inmunogenicidad en caso de ser una vacuna (es decir, la capacidad que tiene un antígeno de activar el sistema inmunitario y producir una respuesta inmune), y eficacia protectiva, como explica este artículo en el Journal of Postgraduate Medicine

Desde el momento que se empieza a estudiar un potencial medicamento para una enfermedad hasta el momento en el que está efectivamente disponible para los pacientes pueden pasar muchos años, unos diez o quince en condiciones normales. En el caso de algunas vacunas, el proceso ha durado una, dos y hasta casi tres décadas. Para el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) han pasado casi 40 años desde su descubrimiento y aún no tenemos ninguna vacuna. 

Si quieres saber más sobre cada una de las fases de investigación que tiene que pasar una nueva vacuna antes de ser aprobada, puedes hacerlo aquí. En Maldita Ciencia también contamos por qué, en las cantidades en las que se usan, los componentes de las vacunas son seguros, están aprobados por las autoridades competentes y tienen una función específica en la mezcla del medicamento. 

¿Se han reportado "eventos adversos graves" relacionados con esta vacuna?

Otra de las afirmaciones de la cadena de WhatsApp es que esta vacuna está "desarrollada y respaldada por Anthony Fauci y financiada por Bill Gates" (acerca de quienes también hemos desmentido varios bulos aquí y aquí) y que 3 de los 15 conejillos de indias humanos (20%) [con los que se llevaron a cabo los experimentos para el desarrollo de esta vacuna] sufrieron "eventos adversos graves".

Estos datos sí proceden de un texto de Robert F. Kennedy Jr., sobrino del expresidente de Estados Unidos John F. Kennedy, uno de los grandes impulsores del movimiento antivacunas en el país y a quien se atribuye la autoría de la cadena. El artículo se publicó en mayo en la página web de Children's Health Defense, una fundación creada por Kennedy Jr. que defiende la libertad de los padres para no vacunar a sus hijos.

El texto señalaba y acusaba a la farmacéutica Moderna de no dar a conocer "su estudio de ensayo clínico o datos brutos" negativos durante las diferentes fases de desarrollo de la vacuna contra la COVID-19. Sin embargo, tres días antes de la publicación del texto de Kennedy, la farmacéutica informaba a través de una nota de prensa de estos casos y de que "todos los eventos adversos habían sido transitorios y se resueltos por sí solos". Puedes leer más sobre este tema aquí.

Además, Kennedy JR., que no es médico, como la cadena sugiere (a pesar de que apela a "sus pacientes"), también ha apoyado otras teorías de la conspiración, como que el 5G el daña la salud y la privacidad. En Maldita Ciencia hemos desmentido diferentes rumores y bulos en relación a esta tecnología y la salud.

CADENA DESMENTIDA POR MALDITA.ES
*Mensaje de Robert F. Kennedy, Jr.*

"Para todos mis pacientes:
Me gustaría llamar su atención con urgencia sobre cuestiones importantes relacionadas con la próxima vacunación contra el Covid-19. Por primera vez en la historia de la vacunación, las llamadas vacunas de ARN de última generación intervienen directamente en el material genético del paciente y, por lo tanto, cambian el material genético individual, que representa la manipulación genética, algo que ha sido prohibido y hasta ahora considerado criminal. Esta intervención se puede comparar con la de los alimentos manipulados genéticamente, lo cual también es muy controvertido. Incluso si los medios y los políticos actualmente trivializan el problema e incluso claman sin pensar un nuevo tipo de vacuna para volver a la normalidad, esta vacunación es problemática en términos de salud, moral y ética y también en términos de daño genético que, a diferencia del daño causado por las vacunas anteriores ahora será irreversible e irreparable.
Estimados pacientes, después de una vacuna ARNm sin precedentes, ya no podrán tratar los síntomas de la vacuna de forma complementaria. Tendrán que vivir con las consecuencias, porque ya no se pueden curar simplemente eliminando toxinas del cuerpo humano, así como no puedes curar a una persona con un defecto genético como el síndrome de Down, el síndrome de Klinefelter, el síndrome de Turner, la enfermedad cardíaca genética, hemofilia, fibrosis quística, síndrome de Rett, etc.), ¡porque el defecto genético es para siempre!
Claramente, esto significa: si un síntoma de vacunación se desarrolla después de una vacunación de ARNm, ni yo ni ningún otro terapeuta pueden ayudarlo, porque el daño causado por la vacunación será genéticamente irreversible. En mi opinión, estas nuevas vacunas representan un crimen contra la humanidad que nunca se ha cometido en una forma tan grande en la historia. Como dijo el Dr. Wolfgang Wodarg, un médico experimentado: en realidad, ¡esta "vacuna prometedora" para la gran mayoría de las personas en realidad está prohibida porque es manipulación genética!".
La vacuna, desarrollada y respaldada por Anthony Fauci y financiada por Bill Gates, utilizó tecnología experimental de ARNm. Tres de los 15 conejillos de indias humanos (20%) experimentaron un "evento adverso grave".

Nota: El ARN mensajero o ARNm es el ácido ribonucleico que transfiere el código genético procedente del ADN del núcleo celular a un ribosoma en el citoplasma, es decir, el que determina el orden en que se unirán los aminoácidos de una proteína y actúa como plantilla o patrón para la síntesis de dicha proteína.

Recurso:
Robert F. Kennedy, Jr. (

Primera fecha de publicación de este artículo: 29/10/2020.

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