Con el 2019 a puntito de llegar a su fin, llega el momento de echar la vista atrás y compartir con vosotros las consultas más curiosas y chocantes que nos habéis hecho llegar en estos doce meses. Ninguna duda es baladí y con todas hemos aprendido algo, así que aquí las tenéis, junto a sus explicaciones científicas.
No, el número 58 no espanta a las moscas
Nos habéis preguntado si es verdad que el número 58 sirve para ahuyentar a las moscas, como han publicado algunos usuarios en Twitter tras verlo utilizar en diferentes restaurantes. Los entomólogos son claros al respecto: no existe base científica alguna. Así lo recogen las opiniones de los expertos publicadas en medios con Verne o Gizmodo.
La supuesta razón sería que el número 58 se parecería a una tela de araña. Los estudios científicos no dicen nada al respecto. Lo que sí respaldan es que estos insectos se ven atraídos por la luz ultravioleta, especialmente, si se encuentra en longitudes de onda de entre 310 y 370 nanómetros.
Una reciente investigación publicada en la revista Journal of Insect Science estudió esta atracción en las moscas domésticas y concluyó que la eficacia de la ultravioleta mejoraba si se encendía y apagaba de forma intermitente.
Por lo tanto, para espantar moscas en un establecimiento o en tu casa no sirve de nada colocar carteles con el número 58. Lo que se ha demostrado efectivo es la luz ultravioleta. Te lo explicábamos en este artículo.
Sí, existen los "ciervos zombis" (pero no hay evidencia de que hayan contagiado a humanos)
Hace unos meses circulaban por las redes los “ciervos zombis” y la duda de si la enfermedad que les había hecho ganarse ese apodo había llegado a contagiar o no a seres humanos. Tranquilos, no son muertos vivientes: el adjetivo zombi viene del comportamiento del animal infectado, que pierde peso rápida y drásticamente, babea, tropieza y carece de coordinación y de miedo hacia las personas (aunque ni son agresivos ni atacan).
Estos son algunos de los síntomas de la Chronic Wasting Disease (CWD), una enfermedad que afectaba también a renos y alces de Estados Unidos, Canadá, Finlandia, Noruega y Corea del Sur.
El origen de este trastorno son los priones, agentes infecciosos formados por un tipo de proteínas que causan algunas patologías neurodegenerativas letales (como la encefalopatía espongiforme bovina o enfermedad de las vacas locas). La CWD destruye progresivamente el sistema nervioso de estos animales: afecta al cerebro, a la espina dorsal y a otros tejidos, acabando con su vida. Se propaga mediante el contacto con los fluidos de un ejemplar infectado (heces, saliva, sangre u orina) o bien a través del entorno, comiendo o bebiendo alimentos contaminados.
En el caso de las vacas locas, los priones que causaban la enfermedad evolucionaron, consiguiendo que fuera posible contagiar a personas. Aquí surge la gran duda: ¿es posible, entonces que los “ciervos zombis” nos contagien? Según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) no hay ninguna evidencia de que esto haya ocurrido a día de hoy. Por precaución, la CDC recomienda evitar la exposición a animales contagiados. Aun así, ni siquiera hay pruebas de que los humanos que han comido carne infectada se hayan contagiado. Te lo explicábamos todo en este artículo.
No, no hay evidencias de que los collares de saúco sean beneficiosos para el dolor de garganta ni de encías
A los seguidores de Harry Potter seguramente os sonará la varita de saúco. Pues os vamos a hablar de este tipo de arbusto porque nos habéis preguntado si los collares de saúco son beneficiosos para el dolor de garganta y de encías.
No hemos encontrado estudios que respalden estos hipotéticos beneficios. Sobre las supuestas propiedades de la planta, en 2001 la revista European Cytokine Network publicó un estudio liderado por investigadores del Hospital Universitario Hadassah (Israel) realizado con derivados del producto Sambucol (que utiliza extracto de saúco negro). La investigación concluyó que el extracto de Sambucol y sus formulaciones tenían propiedades antivirales y activaban el sistema inmunológico, aunque, como reconocen los autores, faltan más investigaciones al respecto.
Respecto a sus supuestas propiedades para el dolor de garganta, Raimundo Gutiérrez Fonseca, secretario general de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC), indica a Maldita Ciencia que "se trata de una tradición rural que no tiene ninguna base clínica, científica ni nivel de evidencia sobre su utilidad para ese fin". En este artículo tienes más información.
Las ancas de rana, ¿se consideran carne o pescado? Ninguna de las dos porque son anfibios, aunque en Sanidad se encuadran en la categoría de pescados
Otra de las preguntas que nos ha llegado y que encajaría perfectamente en una partida de Trivial es esta: las ancas de rana, ¿se consideran carne o pescado? En el Registro General Sanitario de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, las ancas de rana aparecen en la categoría de Pescado, Crustáceos, Moluscos y Derivados pero eso no significa que sean pescado.
“Son anfibios, no mamíferos ni peces”, aclara a Maldita Ciencia Íñigo Martínez-Solano, investigador del departamento de Biodiversidad y Biología Evolutiva del Museo Nacional de Ciencias Naturales.
El biólogo destaca que las especies autóctonas que suelen usarse para consumo humano son la rana verde común (Pelophylax perezi) y la rana bermeja (Rana temporaria). “Esto es ilegal ya que ambas especies están protegidas por diferentes legislaciones regionales, nacionales e internacionales”, denuncia.
En Maldita Ciencia hemos preguntado al SEPRONA (Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil) si le consta alguna denuncia de que se empleen estas especies de anfibios en los restaurantes y nos informan que "no hay denuncias en este sentido". Lo explicábamos en este artículo.
No, no hay evidencias de que morderse las uñas cause apendicitis (pero sí problemas dentales)
Pequeñas pero dolorosas heridas en la parte superior lateral de los dedos, incómodos padrastros... Si tienes la habitual manía de morderte las uñas, seguro que desgraciadamente sabes de lo que estamos hablando. Además de estas visibles consecuencias, una de vuestras dudas ha sido si hacerlo, mordisquearse (o incluso llegar a ingerir) esta parte del cuerpo, puede producir apendicitis. No hemos encontrado evidencias de ningún tipo que relacionen este hábito con la inflamación del apéndice.
La apendicitis, como su nombre ya nos adelanta, es la inflamación del apéndice, un pequeño órgano situado en la unión del intestino grueso y el delgado, localizado en la parte inferior derecha del abdomen. La causa de que este tubo hueco y estrecho se inflame es que queda obstruido, normalmente, por restos de comida o heces (tragarse las pepitas de la sandía, o semillas en general, tampoco es una causa habitual de este tipo de infecciones, como ya te contamos aquí).
"Morderse las uñas no provoca apendicitis, solo se trata de una cochinada", bromea ante la pregunta de Maldita Ciencia Rafael Rodríguez, médico del Servicio de Atención Ciudadana del Área Sanitaria Norte de Córdoba. "Comerse las uñas, aparte de feo, no tiene nada que ver con una apendicitis", recalca a Maldita Ciencia Gonzalo Guerra, médico del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas (CMED). Lo explicábamos en este artículo.
Sí, los baños con lejía diluida pueden aliviar la dermatitis atópica (pero deben realizarse bajo control médico)
También nos preguntasteis por este post de Facebook que afirma que "la lejía diluida alivia los brotes de dermatitis atópica". Aunque de primeras pueda sonar algo escandaloso, esto es cierto: la lejía, en pequeña cantidad y muy diluida, puede utilizarse para aliviar y tratar el eccema infantil. Sin embargo es un tratamiento que debería supervisar siempre un experto en dermatología por el peligro potencial de la sustancia protagonista.
“Lo que se explica en el post está bien y las proporciones que da de la lejía son correctas. El único problema es que se da una recomendación general que no debería hacer nadie que no fuese dermatólogo", cuenta a Maldita Ciencia Sara Gómez Armayones, dermatóloga y responsable Alergia Cutánea del Hospital Clinic de Barcelona. “En mi opinión, es una recomendación que puede llegar a ser peligrosa”, advierte.
El autor de la información, Armando Bastida, enfermero de pediatría, lo aclara en la misma publicación: "el problema radica en la concentración de lejía, ya que debe ser menor del 0,005%, que equivale a unos 112 mililitros de lejía por una bañera grande llena de agua". Para evitar tener que llenar esta en cada baño, Bastida facilita una equivalencia: 4 mililitros de lejía por cada 5 litros de agua, cantidades mucho más sencillas de medir usando una jeringuilla. El estudio al que hace referencia Bastida, es real, así como sus resultados.
Gómez explica que hay que tener en cuenta la edad del niño, la gravedad de la enfermedad y siempre contar con la supervisión de un experto en dermatología que supervise el tratamiento. “Por ejemplo, a un niño pequeño, que no entiende que no puede chupar una esponja, no puedes meterlo en una bañera con lejía sin supervisión, porque es peligroso“, añade. Os lo explicábamos aquí.
No, no hay evidencias de que las fases de la luna afecten a nuestro cuerpo y sus fluidos
Si las fases de la luna afectan a las mareas de los océanos, ¿afectan también a otros fluidos que hay en la Tierra, por ejemplo, a los que se encuentran en el interior de nuestro cuerpo? ¿Hay algo similar a las mareas que afecte a nuestra sangre o los fluidos estomacales, por ejemplo?
La respuesta es que no, debido al volumen de líquido del que estamos hablando. Para que nos hagamos una idea: el volumen de líquido que contienen los lagos, incluso los más grandes, es cientos de veces menor que el que contienen los océanos y por esto, tal y como explica el National Oceans Service estadounidense, las mareas en los lagos son casi inapreciables, con un desplazamiento de las aguas de unos 5 centímetros en cada marea. Teniendo en cuenta que el cuerpo humano tiene un volumen de líquido miles de veces menor que estos lagos, y que además esos líquidos no tienen un espacio al que desplazarse, el impacto de la gravedad lunar no tiene efecto sobre nuestros fluidos.
Vale, no hay mareas en nuestro cuerpo, pero ¿tienen las fases o movimientos de la luna algún otro efecto sobre nuestro cuerpo? La respuesta aquí es que no hay evidencias de que sea así, a pesar de que sea una idea tradicionalmente extendida y aceptada.
Lo cierto es que si bien las fases de la luna afectan al comportamiento de muchos animales, especialmente a aquellos con hábitos nocturos, que ven variar enormemente la cantidad de luz de unas noches a otras, y que han condicionado los modos de vida de muchas culturas pasadas al ser una forma común de medir el paso del tiempo, "no hay evidencias convincentes de que la luna pueda afectar a la biología de nuestra propia especie", concluía esta revisión de la literatura científica al respecto publicada en la revista Current Biology. Puedes saber más en este artículo que publicamos.
No, si te tragas un chicle no se te pega en las tripas
Del director de "no andes descalzo, que te vas a constipar", "no te bañes al terminar de comer, que se te cortará la digestión" y "no pruebes el bizcocho todavía, que acabo de sacarlo del horno y te va a doler la tripa", llega a nuestras pantallas la nueva entrega de inofensivas mentirijillas que padres y madres cuentan a los más pequeños: "si comes chicle y te lo tragas, este se quedará pegado en los intestinos".
Pues no: no hemos encontrado evidencias al respecto y los médicos a los que hemos consultado nos han negado que esto pueda suponer un problema para niños (y no tan niños).
"Tragarse un chicle no conlleva riesgo alguno, no se pega al intestino", confirma a Maldita Ciencia Gonzalo Guerra, médico del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas (CMED). "Solamente podría ocurrir algo mecánico si el bolo estuviera compuesto por demasiados chicles, por volumen excesivo", aclara. En este artículo tienes toda la información.
No, cortar las alas a las abejas reinas para evitar que enjambren no es una práctica habitual en la actualidad (tampoco para identificarlas a simple vista)
Hace unos meses nos preguntasteis si es cierto que, por un motivo u otro, se cortan las alas a las abejas reina. Aunque actualmente no es una práctica habitual, sí que se hacía hace años: o bien se cortaba una o ambas alas por completo, para evitar que esta saliera de la colmena y enjambre; o bien se les cortaba la punta de una de ellas, para identificarla entre el resto de abejas más fácilmente.
En primavera, el momento en el que un enjambre tiene más actividad, las abejas se multiplican. Como consecuencia, la falta de espacio en la colmena y el aumento de su temperatura se hace evidente. En estos casos, y de manera excepcional, la reina de la colmena permite la cría de posibles sucesoras y abandona "su hogar" seguida de medio enjambre, formando una nueva comunidad de insectos en otro lugar. Es decir, enjambran.
"Esto ocurre si un apicultor tiene una colmena muy poblada y fuerte y la descuida (no proporcionándole el espacio suficiente, por ejemplo). Así, un enjambre que era muy potente se reduce a la mitad y su producción puede llegar a disminuir hasta en un 50 o 60% durante una temporada", explica a Maldita Ciencia Jesús Llorente, ingeniero técnico agrícola, veterinario y vicepresidente de la Fundación Amigos de las Abejas. "Antiguamente, los apicultores cortaban las alas a la reina para evitar que esta saliese de la colmena, para evitar que enjambrase. Pero esto ya no se hace, prácticamente: es una barbaridad", indica Llorente. Lo explicábamos en este artículo.
No, no hay pruebas de que robots inteligentes hayan matado a 29 científicos en Japón
Quizás lo viste. Era un tuit que conseguía más de 130.000 retuits en sólo dos días. El tuit incluye un vídeo en el que una mujer explica en inglés que en una compañía robótica en Japón cuatro robots con fines militares han matado a 29 personas en un laboratorio "esta semana". ¿Qué sabemos sobre esto?
La mujer que lo cuenta es Linda Moulton Howe, una 'periodista' ufóloga y teórica de la conspiración estadounidense. El vídeo pertenece a una presentación que Howe hizo en febrero de 2018 sobre los peligros de la inteligencia artificial en una exposición de 'Expo Conferencia Vida Consciente'. ¿Huele mal, verdad?
Howe cuenta que su supuesta fuente, un exmarine contratista de varias agencias de inteligencias estadounidenses, le llamó en agosto de 2017, le contó lo supuestamente ocurrido y le dijo que "nunca oiría de esto en las noticias" porque la compañía de robots "tiene demasiado que perder y el gobierno quiere soldados robots". Ella no grabó la llamada pero supuestamente sí anotó lo que dijo, explica en el vídeo.
No hay ninguna otra fuente que haya informado de esta masacre robótica. No hay noticias de estas 29 muertes ni de denuncias de la desaparición de casi treinta científicos. Howe no identificó la fábrica de robots ni dio ningún dato más. Por tanto, podemos decir que no hay ninguna evidencia de que nada de esto haya ocurrido realmente. Lo explicábamos en este artículo.
¿Qué te han parecido estas diez consultas? Estamos deseando resolver las nuevas dudas que tengáis sobre ciencia, salud o medio ambiente en 2020. Podéis utilizar nuestro número de WhatsApp (655 198 538), e-mail ([email protected]) y redes sociales (Twitter y Facebook).