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Dieta flexitariana: qué es, qué beneficios tiene y cómo puede reducir el impacto medioambiental en el planeta

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En Maldita.es ya os hemos hablado de múltiples dietas: de la cetogénica a la disociada pasando por la alcalina, la vegetariana o la crudivegana. Ahora nos habéis preguntado por la dieta flexitariana. Este término hace referencia a una dieta vegetariana flexible. Es decir, una alimentación basada en alimentos de origen vegetal que incluye de manera puntual productos de origen animal como el pescado y la carne.

Una dieta flexitariana tiene como objetivo reducir la ingesta de alimentos de origen animal

La dietista-nutricionista Laura Moya explica a Maldita.es que la dieta flexitariana puede denominarse como una dieta ‘’pseudo-vegetariana’’ que tiene como objetivo “reducir la ingesta de alimentos de origen animal al máximo posible sin eliminarlos del todo”.

“Lo que se llama una dieta flexitariana no es, ni más ni menos, que el patrón de alimentación que todos deberíamos llevar. La base debería estar compuesta por alimentos de origen vegetal y variar las fuentes de proteínas dando un mayor protagonismo a las legumbres por encima de las de origen animal”, indica a Maldita.es el dietista-nutricionista Daniel Ursúa, que considera que “estamos poniendo nombres a las dietas por encima de nuestras posibilidades”.

La Academia Española de Nutrición y Dietética y el Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas, consideran que “la postura más acertada para la salud de la población española es reducir el consumo de alimentos de origen animal, principalmente limitar el consumo de carnes rojas y procesadas, y aumentar el consumo de alimentos frescos y poco procesados de origen vegetal’’. *

El consumo excesivo de carne se relaciona con el cáncer, la obesidad, la diabetes o problemas cardiovasculares

Limitar el consumo de alimentos de origen animal y optar por vegetales y legumbres puede conllevar algunos beneficios sobre la salud. Júlia Farré, directora del Centro de nutrición y psiconutrición Júlia Farré de Barcelona, explica a Maldita.es que una alimentación basada en vegetales (contenga o no alimentos animales, sea o no vegetariana) puede ayudar a prevenir algunas enfermedades.

El consumo excesivo de carne puede tener consecuencias perjudiciales en nuestra salud. En Maldita.es ya os hemos explicado que, según las evidencias científicas, la ingesta continuada de carne procesada y de carne roja está relacionada con un aumento del riesgo de cáncer. **

“La evidencia sobre la carne procesada y el cáncer es clara. Los datos muestran que ningún nivel de ingesta puede asociarse con riesgo cero. Las carnes procesadas suelen tener un alto contenido de sal, lo que también puede aumentar el riesgo de hipertensión arterial y enfermedades cardiovasculares”, explica en la página web del Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer (WCRF) Martin Wiseman, profesor de Nutrición Humana en la Universidad de Southampton (Reino Unido) y antiguo jefe de Nutrición del Departamento de Salud de Inglaterra.

Moya subraya que, en términos de salud, podemos encontrarnos dos escenarios en el planeta: aquellos lugares en los que se consume un exceso de carne en contraposición con los que no tienen acceso a ella, “dando como resultado dietas poco saludables en ambos casos en muchas ocasiones”. 

El consumo excesivo de carne se relaciona, según la experta, con enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes o los problemas cardiovasculares. También con el cáncer o la deficiencia de vitaminas, minerales y fibras, ya que estos consumidores suelen llevar “un patrón dietético de exceso de carne y grasas y pobre en frutas y verduras”. 

Por otro lado, en aquellos lugares en los que los ciudadanos no tienen acceso a la carne, algo que ocurre “muy frecuentemente en países en desarrollo”, hay personas que pueden tener falta de hierro o de la vitamina B12. 

Por qué es importante incluir en la dieta otras fuentes de proteína y contar con la supervisión de un profesional

La dietista Shafikah Khalil explica a Maldita.es que, por lo general, la suplementación (aporte de sustancias nutricionales complementarias a la dieta) con vitamina B12 no sería necesaria para las personas que siguen una dieta flexitariana.

Pero para evitar este tipo de carencias, los expertos consultados recomiendan contar con la supervisión de un profesional. “Cambiar de hábitos es un proceso complejo y cuantas más facilidades podamos ponernos, mejor nos irá”, asegura Ursúa.

Khalil asegura que “los riesgos de una dieta donde se reduce la proteína animal en pro de la proteína de origen vegetal son inexistentes siempre que se incluyan en cantidad y calidad las fuentes de proteína, como son las legumbres, frutos secos y semillas”. 

Eso sí, en el caso de que se opte por seguir una dieta vegana u ovolactovegetariana (en lugar de una flexitariana), Robles recomienda utilizar suplementos de B12 para evitar que haya una carencia de esta vitamina. ****

Reducir el consumo de carne puede tener un impacto medioambiental positivo

¿Llevar una dieta flexitariana podría también tener un impacto positivo en el planeta? “Teniendo en cuenta que para la mayor parte de la gente, adoptar una dieta flexitariana supondría reducir el consumo de productos de origen animal y aumentar el consumo de alimentos frescos, sí, sin duda tendría un impacto positivo en lo que a la ecología se refiere”, comenta Ursúa. 

En la misma línea se posiciona Farré: “Cualquier dieta que reduzca el contenido en carne y pescado tiene un impacto medioambiental positivo”. Según explica, el consumo de agua y energía que se requiere para producir alimentos de origen animal es mucho mayor que el que se usa para alimentos vegetales. “Además también se generan más gases con efecto invernadero. Consumir menos carne ayuda a luchar contra el cambio climático”, señala.

La mayoría de los investigadores están de acuerdo en que la dieta actual no es sostenible, según un artículo publicado en la revista científica Nature. Un análisis publicado en 2018 en Science estimó que la producción de alimentos libera al aire el equivalente a 13,7 gigatoneladas de dióxido de carbono en gases de efecto invernadero cada año, más de una cuarta parte de todos los gases de efecto invernadero causados ​​por el hombre.

Algunos alimentos consumen muchos más recursos que otros. Por ejemplo, no es lo mismo obtener 100 gramos de proteína de ganado vacuno que la misma cantidad de proteína de un campo de guisantes. En el primer caso la liberación de dióxido de carbono sería notablemente mayor, según el análisis publicado en Science. ***

Corinna Hawkes, directora del Centro de Política Alimentaria de la University de la City de Londres, indica a Nature que estos datos ponen de manifiesto que una dieta más sostenible debe incluir reducciones en el consumo de carne de los países de altos ingresos.

Incluir una ración de verduras en las comidas principales y otros consejos para seguir una dieta flexitariana

A cualquier persona interesada en seguir este tipo de dieta, Farré le recomienda “no volverse loca leyendo por Internet qué es y qué no es la dieta flexitariana”: “No hace falta clasificar y etiquetar nuestra manera de comer”. 

No obstante, las personas que se estén planteando seguir una dieta flexitariana pueden seguir algunos consejos. “Lo primero es aumentar el consumo de frutas y verduras”, afirma Ursúa. La mejor forma de hacerlo sería “incluir, al menos, una ración de verduras (frescas o cocinadas) en las comidas principales”. 

El experto también recomienda variar las fuentes de proteína y consumir legumbres tres o cuatro veces a la semana: “De esta forma desplazaríamos el consumo de carne, que suele ser el más elevado”. También sería aconsejable que, “entre las comidas principales, se incluya alguna pieza de fruta o una pequeña ración de frutos secos”. 

Este contenido es apoyado por la iniciativa “Alimentando el cambio” de DANONE EDP en el que Maldita.es colabora elaborando contenidos independientes según su metodología.

* Actualizado el 27 de agosto eliminando las cifras del Informe del consumo alimentario en España 2020 sobre el consumo de carne en 2020 por no ser representativas debido a las particularidades del año por la pandemia.

** Actualizado el 27 de agosto especificando que es el consumo excesivo de carne el que está relacionado con un aumento del riesgo de cáncer. 

*** Actualizado el 27 de agosto eliminando las cifras concretas del análisis publicado en 2018 en Science al considerar que no tiene la misma huella de carbono una macrogranja que un rebaño criado en extensivo o una huerta de guisantes que un gran latifundio.

**** Actualizado el 1 de septiembre para remarcar la importancia de la suplementación con vitamina B12 si se sigue una dieta vegana u ovolactovegetariana.


Primera fecha de publicación de este artículo: 25/08/2021

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