Aunque es desde el mismo momento en el que arranca septiembre cuando la vuelta al cole se instala en boca de todos, no ha sido hasta el día de ayer, 8 de septiembre, cuando esta se ha hecho oficial. Al menos, en lo que al cole se refiere. Para hacerla más llevadera (en la medida de lo posible y de lo que está en nuestra mano), aquí tienes un pequeño recopilatorio que puede ser útil tanto para los más pequeños como para los que, lejos de estrenar mochila y cuadernos, tienen una oficina y unas responsabilidades a las que volver a atender.
¿Mal rollo al volver al colegio, a la oficina o simplemente a madrugar?
En primer lugar: ¿sientes cansancio, malestar, irritabilidad…? Puede que lo hayas achacado a esa “depresión” o “síndrome” posvacacional. Aunque compartas muchos de estos “síntomas” con el resto de compañeros de la oficina (o de clase), este cuadro no se considera una enfermedad y no necesita tratamiento: se pasará con los días, en cuanto el cuerpo se acostumbre a la vuelta a los madrugones y las tareas diarias de siempre. En cualquier caso, hay ‘truquetes’ que pueden ayudarte a sobrellevar la vuelta si esta se te hace bola.
Y hablando de madrugones, ¿eres de los que se incorpora de la cama según suena el primer suspiro del despertador o de los que necesita media docena para irse despejando? Lo cierto es que esto último no es lo más recomendable, por lo que se sabe sobre la fisiología del sueño y la interrupción de sus distintos ciclos naturales.
Juntos y, a veces, demasiado revueltos
Volver a juntarse con decenas de niños y compartir espacio durante tantas horas hace más probable que se necesite echar mano de una antigua compañera de fatigas: la liendrera. Efectivamente: vuelve la temporada de piojos (¿sabías que basta con una ‘pioja’ fecundada para colonizar una cabeza?). Desde Maldita.es te mandamos suerte y ánimo si te toca enfrentarte a una de estas plagas que ‘nos trae de cabeza’ [guiño, guiño]. Ah, y un recopilatorio sobre bulos, datos, consejos y soluciones contra estos bichos.
Ahora bien, ¿son los piojos lo único que se puede ‘pegar’ o ‘coger’ en el cole? Ya nos gustaría, pero no. Cuidadín también con los mocos, las toses y las fiebres. Aquí dejamos otro recopilatorio sobre el contagio de resfriados (y, por si te fuese útil, primeros auxilios: nunca se sabe).
Contagios y más contagios: ese parece ser el resumen de los peques que van a la escuela infantil, ¿verdad? Al final, tienen contacto estrecho con otros niños (en ocasiones, enfermos), en un espacio cerrado, a veces poco ventilado, por lo que la trasmisión de gérmenes es mayor. Pero ojo, que aunque durante el primer año enfermen más, el mero hecho de acudir a la escuela infantil puede reforzar su sistema inmunitario.
Si al salir de la guarde o del cole, los niños o niñas no tienen hambre, no pasa absolutamente nada: la merienda no es imprescindible. Ahora bien, si el estómago pide material, hay que prestar atención a cómo lo saciamos. Igual que no desatendemos comidas y cenas cuando hay niños a nuestro cargo, tampoco debemos hacerlo con la merienda. Aquí tienes algunas recomendaciones.
Hincar los codos, ¿con o sin ‘ayuda’?
Sobre el momento de ponerse a hacer deberes y estudiar, también surgen dudas. Por ejemplo, para memorizar y ‘aprender la lección’, ¿es mejor hacerlo leyendo en una pantalla y tecleando o cogiendo un libro y escribiendo a mano? La evidencia científica no es del todo clara sobre si nos distraemos más con un formato u otro (son varios los factores que interfieren en nuestra atención) y, en base a esta, no hay diferencias claras a la hora de retener información en función de si tecleamos o escribimos a mano.
Además, ¿existen pastillas o vitaminas para concentrarse y estudiar mejor? Si bien es cierto que hay compuestos que pueden actuar en algunas funciones cognitivas, su consumo puede ser adictivo y peligroso para la salud. Lo que explican los expertos a Maldita.es es que no existen tratamientos farmacológicos que mejoren por sí solos el rendimiento cognitivo y la memoria.
¿Y qué pasa con masticar chicle? ¿Tú también has oído que mejora la concentración? Mmmmeh: faltan evidencias científicas que respalden esta afirmación. Por esto mismo y por los efectos perjudiciales que sí están documentados (problemas en la mandíbula, en la salud dental o dolores de cabeza en pacientes con migrañas), no se recomienda considerar este gesto para intentar estudiar, memorizar o aprender más fácilmente.
Sobre lo que sí hay evidencia en relación a esto último es sobre la cafeína: hay estudios que señalan que esta ayuda a mejorar y consolidar los recuerdos a largo plazo cuando se toma después de una sesión de estudios. Pero ojo, no deja de ser una sustancia psicoactiva estimulante y que, en caso de consumo excesivo y/o prolongado, puede tener efectos conocidos sobre el sistema cardiovascular y generar síntomas de tolerancia y de abstinencia.
Si a un niño o una niña no solo no le hace falta nada de lo anterior sino que, además, demuestra un nivel de aptitud sobresaliente o competencias excepcionales en uno o más dominios, puede que cuente con altas capacidades intelectuales y que se trate, como decimos coloquialmente, de un niño o una niña superdotado o superdotada. Aquí te contábamos algunas particularidades a tener en cuenta para sospechar si lo es o no.