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MALDITA CIENCIA

Las afirmaciones falsas y sin evidencia científica sobre las vacunas contra la COVID-19 de la película ‘Died Suddenly’

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Claves
  • La película Died Suddenly, compartida desde el 21 de noviembre de 2022 en varias redes sociales, señala casos de desmayos de personas como si fueran muertes y los relaciona sin ninguna evidencia con las vacunas de COVID-19.
  • La película se basa en el testimonio de varios embalsamadores que vinculan de forma infundada los casos de coágulos de sangre en personas fallecidas con estas vacunas.
  • No hay evidencias de que las vacunas aumenten el riesgo de aborto espontáneo durante el embarazo ni de defectos de nacimiento.
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Está circulando en redes sociales la película antivacunas Died Suddenly ('Murió repentinamente', en español), publicada el 21 de noviembre de 2022 y que ya ha sido compartida por más de 40.000 usuarios en Twitter. En ella, se hacen una serie de afirmaciones falsas y sin evidencia científica sobre los supuestos efectos adversos de las vacunas contra la COVID-19, como que aumentan el riesgo de abortos espontáneos o que provocan muertes. Factchequeado, medio del que Maldita.es es cofundador junto con Chequeado, cuenta en qué consisten las desinformaciones de este vídeo.

La película señala desmayos como si fuesen muertes y los relaciona sin ninguna evidencia con la vacuna

En su inicio, el vídeo, que dura alrededor de una hora, hace referencia a la sobrepoblación en el mundo e indica que la vacunación contra la COVID-19 es una supuesta estrategia para acabar con ella.

“Si tienes un hombre que dice que va a reducir la población mundial un 10 o 15% usando vacunas, ¿qué significa eso? Que alguien va a morir porque le pones una vacuna”, afirma Chad Whisnat, un director de una funeraria que se define a sí mismo como antivacunas y que no especifica qué “hombre” ha hecho tal afirmación.

Sin embargo, a lo largo de la pandemia se ha desarrollado una narrativa desinformadora que afirma que Bill Gates está detrás de una gran estrategia contra la población para reducirla “10 o 15%” y se desprende de una charla TED que ofreció en el año 2010 sobre cambio climático y sobrepoblación mundial, y que ha sido manipulada para hacer ver que el fundador de Microsoft dijo que con las vacunas podrían “eliminar” a parte de la población. Esto ha sido desmentido por verificadores de datos en el mundo, como Chequeado y elDetector con FactCheck.org, medios aliados de Factchequeado.

A lo largo de la película, tanto Whisnat como otras personas afirman que las vacunas contra la COVID-19 han producido un aumento de muertes repentinas. Esta acusación, que viene acompañada de diferentes vídeos de personas que se desvanecen y se desploman sin causa aparente, en realidad no tiene ninguna evidencia científica.

De hecho, en muchos de los vídeos utilizados aparecen personas que, en realidad, no han muerto. Es el caso de Tiffany Dover, una enfermera que se desmayó en un hospital de Tennessee tras recibir la vacuna de Pfizer-BioNTech contra la COVID-19. En diciembre de 2020 ya se había viralizado en redes sociales su supuesta muerte. Sin embargo, fue el propio hospital quien declaró a Maldita.es, medio cofundador de Factchequeado, que la enfermera no había fallecido, sino que estaba en su casa y se encontraba bien.

Es más, algunas de las situaciones reflejadas en los vídeos que se reproducen a lo largo de la película no tienen nada que ver con las vacunas. En uno de ellos, el jugador de baloncesto Keyontae Johnson se desploma en la cancha. Algo que ocurrió en diciembre de 2020, cuando todavía ni siquiera había sido aprobada la vacuna contra el COVID-19. El jugador, que fue atendido de urgencias en la propia cancha, ha vuelto a jugar al baloncesto casi 2 años después en el equipo Kansas State.

En otro de los descontextualizados ejemplos se muestra a un conductor que, de repente, se desmaya mientras conduce un autobús. La principal hipótesis es que sufrió un infarto, según el gobernador de la provincia de Sivas, Yilmaz Simsek, como recoge el portal de noticias Turkey. Pero ni el conductor murió ni hay evidencias de que este suceso esté relacionado con la vacuna de COVID-19.

Los desinformadores suelen utilizar este tipo de vídeos y el término “repentinitis” para referirse a una supuesta reacción adversa repentina causada por estas vacunas. Lo hicieron, por ejemplo, con el desmayo en vivo del guitarrista Carlos Santana, la muerte de Verónica Forqué, una lesión de Rafael Nadal o el problema cardiaco del futbolista Kun Agüero.

Varios embalsamadores vinculan de forma infundada los coágulos de sangre de personas fallecidas con las vacunas

La película se basa principalmente en el testimonio de varios embalsamadores que afirman que, a partir de noviembre de 2021, empezaron a detectar “algo diferente” en la sangre de algunos fallecidos. Lo definen como una especie de “coágulos de masa fibrosa” similares a “bandas elásticas o calamares”.

Algunos sugieren que estos coágulos son consecuencia de la vacuna contra la COVID-19. Pero, en realidad, no hay evidencia científica de ello. Frank Han, un cardiólogo de Estados Unidos, explica a la BBC que el testimonio de estos embalsamadores es "insuficiente para establecer por qué están allí los coágulos".

Richard Hirschman, uno de los embalsamadores que aparece en el documental mostrando unos coágulos, ha asegurado a FactCheck.org que nunca ha afirmado ser capaz de probar una conexión entre ellos y las vacunas contra el COVID-19. Además, también ha insistido en que no es ni médico ni científico: “Nunca dije que lo fuera”.

Varios expertos consultados por los verificadores de AFP Factual indican que la presencia de coágulos de sangre en los cadáveres podría tener varias causas, como la obesidad, el tabaquismo o la infección por COVID-19.

"Por lo general, es imposible saber qué causó la coagulación de la sangre en primer lugar al observar el coágulo", explica David Dorward, patólogo consultor y profesor clínico principal de la Universidad de Edimburgo, a AFP. Según cuenta, un coágulo de sangre de un paciente ​​por la infección por COVID-19 se vería casi idéntico a uno formado después de un reposo prolongado en cama tras una operación importante.

Los coágulos de sangre podrían producirse por la refrigeración, algo que “le sucede a muchos cuerpos”. Así lo indica a AFP Monica Torres, trabajadora de NXT Generation Mortuary Support, una compañía funeraria de Arizona (Estados Unidos): "Había tantos cuerpos para procesar que muchos de ellos permanecieron en refrigeración durante mucho tiempo, por lo que se formaron coágulos de sangre”, comenta.

Además, la Asociación Nacional de Directores de Funerarias (NFDA) de Estados Unidos cuenta a AFP que sería inusual que un embalsamador supiera el estado de vacunación de alguien, a menos que su familia revelara esa información.

No hay evidencias de que las vacunas aumenten el riesgo de aborto espontáneo

En la película también se indica que las vacunas contra el COVID-19 han producido un aumento de abortos espontáneos, defectos de nacimiento y problemas cardiacos en los fetos. Pero no es cierto. Como ya explicamos en Maldita.es (ver ejemplos 1, 2 y 3), numerosos estudios han constatado que las vacunas contra la COVID-19 son seguras durante el embarazo y no aumentan el riesgo de aborto espontáneo.

“Datos de estudios estadounidenses, europeos y canadienses muestran que la vacunación con vacunas de ARNm contra el COVID-19 durante el embarazo no se asoció a un mayor riesgo de complicaciones durante el embarazo, entre ellas, parto prematuro, muerte fetal, infección bacteriana de la placenta y pérdida excesiva de sangre materna después del parto”, afirman los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).

Un estudio citado por este organismo y publicado en la revista científica JAMA Pediatrics indica que la vacunación de personas embarazadas con una vacuna contra la COVID-19 antes y durante el primer trimestre no se asoció a un mayor riesgo de defectos de nacimiento detectables en una ecografía prenatal.

Tanto el Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) como la Sociedad de Medicina Materno-Fetal (SMFM) recomiendan a las personas embarazadas y lactantes vacunarse contra la COVID-19.

“Las personas embarazadas tienen más probabilidades de enfermarse gravemente por COVID-19 que las personas no embarazadas”, destaca la SMFM. Si bien esta enfermedad “aumenta el riesgo de parto prematuro y el riesgo de que el bebé necesite cuidados intensivos”, la entidad asegura que la vacuna sirve para protegerse a uno mismo y al bebé de “enfermar gravemente, ser hospitalizados y morir por COVID-19”.


Primera fecha de publicación de este artículo: 09/12/2022

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