A principios de agosto de 2022, circularon en redes sociales contenidos que afirmaban que “tres médicos jóvenes” del mismo hospital de Canadá murieron “repentinamente” tras recibir la cuarta dosis de la vacuna contra la COVID-19. En Maldita.es desmentimos estos contenidos —murieron en fechas muy próximas de julio, pero no por la vacuna—, sin embargo, los negacionistas han seguido usando datos sobre fallecimientos de otros médicos canadienses ocurridos en el último año para hacer campaña contra estas vacunas.
La estrategia para elaborar los contenidos desinformadores consiste en buscar en obituarios online de profesionales sanitarios de Canadá, la mayoría jóvenes y casos con causas exactas de muerte desconocidas. Así, los desinformadores asumen que eran personas sanas que murieron “repentinamente”, que habían completado su pauta vacunal (con dos, tres o cuatro dosis) y que habían fallecido como consecuencia de esta administración. Todo ello, por supuesto, sin presentar evidencias de que las muertes tuvieran ninguna relación con los fármacos. Os contamos.
Fallecimientos entre noviembre de 2021 y julio de 2022 sin evidencias de conexión con las vacunas
Uno de los contenidos que está contribuyendo a generar y promover esta desinformación y que está circulando en canales de Telegram en español (ver ejemplos 1 y 2) afirma que “trece doctores canadienses han muerto repentinamente”. Afirmaciones, en palabras del texto, del Dr. William Makis. Este contenido hace referencia y se basa en una publicación del usuario Dr. William Makis MD en Gettr, una plataforma de redes sociales fundada por Jason Miller, exasesor de Donald Trump.
En dicho contenido se dice haber rastreado las muertes “repentinas” de 13 médicos canadienses que “habían recibido al menos tres vacunas debido a los mandatos ilegales de vacunación”.
Hasta el 20 de junio de 2022, el Gobierno de Canadá obligaba a vacunar a todos los canadienses que quisieran viajar en tren o avión dentro o fuera del país, a los trabajadores del sector del transporte regulado a nivel federal y a los trabajadores del Gobierno federal. Los trabajadores sanitarios no se consideran parte de la Administración federal, puesto que estas competencias son de los territorios y provincias canadienses. Solo algunas de estas administraciones, como las provincias de Ontario o Quebec, han contado con políticas de vacunación obligatoria para sanitarios.
El contenido emplea dos imágenes, en las que anota el nombre de cada una de las personas fallecidas, su fecha de fallecimiento, así como el lugar donde ejercía. Además apuntan, sin evidencias, la causa de la muerte. Desde Maldita.es hemos dado con la información pública disponible sobre estas personas: ni la COVID-19 fue la causa de ninguno de estos fallecimientos ni hay evidencias de que las vacunas contra la COVID-19 tengan relación con ellos.
La estrategia desinformadora se basa en el cherry picking o falacia de la evidencia incompleta: una táctica que consiste en elegir casos individuales que, en principio, cuadran con la hipótesis de los antivacunas para aparentar solidez en los argumentos. Sin embargo, la información pública sobre estos fallecimientos en ningún caso se relaciona con una muerte provocada por una vacuna y no hay datos que avalen que estas personas estaban siquiera vacunadas.
- Candace Nayman: un obituario, el hospital donde ejercía y un artículo de CBC News confirman que falleció el 28 de julio tras desplomarse en el agua durante un triatlón en Toronto.
- Shahriar Jalali Mazlouman: el centro sanitario donde trabajaba y un artículo en CTV News confirma que falleció el 23 de julio de manera “inesperada”, a pesar de que el contenido apunta —sin evidencias— que murió mientras nadaba.
- Jakub Sawicki: falleció el 21 de julio y sufría un cáncer gástrico en fase 4. El hospital donde trabajaba desmintió que su muerte tuviera relación con las vacunas.
- Stephen W. McKenzie: falleció el 18 de julio y sufría de una enfermedad grave antes de su muerte, que le impedía ejercer. El hospital donde trabajaba desmintió que su muerte tuviera relación con las vacunas.
- Lorne E. Segall: falleció el 17 de julio y sufría cáncer de pulmón en estado avanzado. El hospital donde trabajaba desmintió que su muerte tuviera relación con las vacunas.
- Paul Hannam: un artículo en CTV News y un tuit de su compañero de trabajo confirman que murió el 16 de julio mientras corría. La página “satírica” Vancouver Times publicó —sin evidencias— que falleció después de recibir la vacuna. El hospital donde trabajaba desmiente que la muerte estuviera relacionada con las vacunas contra la COVID-19 o de ningún tipo.
- Baharan Behzadizad: fallecimiento no confirmado. El único dato disponible es una recaudación de fondos en Chuffed (una plataforma de crowdfunding para proyectos sociales) de quienes dicen ser “familia y amigos de Baharan”.
- Christopher P. Cole: un obituario y la cuenta de Instagram del centro que dirigía confirman que falleció “de manera inesperada” el 21 de mayo.
- Wilson Idami: el Colegio de Médicos y Cirujanos de Ontario y un obituario confirman que falleció el 19 de mayo, sin datos sobre su causa de muerte.
- Oliver Seifert: dos obituarios (este y este) confirman que falleció el 3 de febrero de 2022 por problemas del corazón que sufría desde la infancia.
- Jonathan Burns: un obituario y un artículo en el medio local The Abbotsford News confirman que falleció el 6 de enero tras una enfermedad “corta”, sin detalles.
- Neil Singh Dhalla: esquelas publicadas en los periódicos Toronto Star y Winnipeg Free Press afirman que falleció el 23 de diciembre de 2021 “de manera repentina e inesperada” mientras dormía.
- Sohrab Lutchmedial: un obituario y un artículo de CBC News confirman que murió el 8 de noviembre de 2021. Algunos desinformadores se mofan de su fallecimiento por su postura contra los antivacunas en su cuenta de Twitter.
Muchos menos casos, hospitalizaciones y muertes por COVID-19 en vacunados de Canadá
En Canadá, al igual que en España, Estados Unidos y en el resto del mundo, las vacunas contra la COVID-19 han demostrado ser efectivas, tanto para prevenir la muerte por COVID-19, como la enfermedad grave o la hospitalización. En el caso del país norteamericano, además, los datos también apuntan que los no vacunados se contagian más.
El Gobierno de Canadá publica periódicamente una actualización epidemiológica de la situación de la COVID-19 en el país, elaborada por la Agencia de Salud Pública de Canadá (PHAC, siglas en inglés). En él se recoge información sobre los casos confirmados, hospitalizaciones, muertes, tests realizados y distribución de variantes del SARS-CoV-2.
Uno de los apartados de este informe, dedicado a los casos confirmados después de vacunación, desglosa cuántas personas han confirmado infección de COVID-19, hospitalización o muerte por COVID-19 según su estatus de vacunación. El rango temporal de estos datos abarca desde el 14 de diciembre de 2020 (inicio de la vacunación contra la COVID-19 en Canadá) hasta el 17 de julio de 2022.
Así, el PHAC afirma que entre junio y julio de 2022, las personas no vacunadas tenían “tres veces más riesgo de hospitalización y cuatro veces más riesgo de morir por COVID-19” en comparación con aquellas personas que habían recibido la pauta completa de vacunas.
Por último, el PHAC también recoge que la mayoría de casos de diciembre de 2020 a julio de 2022 se han registrado en la población no vacunada.