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MALDITA CIENCIA

Las afirmaciones falsas de la imagen que dice lo que te “debe explicar el médico antes de vacunar” a tu hijo “contra la Covid”

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“Lo que le debe explicar el médico antes de ‘vacunar’ a su hijo contra la Covid”. Es la frase que encabeza una imagen con varias afirmaciones falsas, como que las vacunas de ARN mensajero están en fase experimental, que producen infertilidad o que la probabilidad de que un niño sufra un efecto adverso de la vacuna es "cuatro veces mayor" a que enferme por COVID-19. Te explicamos qué sabemos sobre estas afirmaciones, algunas de las cuales ya hemos desmentido en Maldita.es.

Esta verificación ha sido realizada en el marco del proyecto #VacúnaTE que Maldita.es y la agencia de noticias Servimedia desarrollan contra la desinformación sobre las vacunas de la COVID-19 con el apoyo de Google News Initiative.

Las vacunas de ARNm no están en fase experimental 

La primera afirmación de esta imagen asegura que “todas las vacunas con ARNm están en fase experimental” y que “sólo tienen aprobación condicional, porque aún no se han hecho las investigaciones suficientes” (sic). 

Las vacunas de ARN mensajero son Comirnaty, desarrollada por Pfizer y BioNTech, y Spikevax, desarrollada por Moderna. Su mecanismo consiste en introducir una parte del ARN del coronavirus en nuestras células para que sean ellas las que produzcan de forma temporal la proteína S, que es la que el virus utiliza para entrar en las células. Al ser una proteína extraña, nuestro sistema inmunitario generará anticuerpos contra ella. Así, si en el futuro nos contagiamos del coronavirus, nuestro cuerpo reconocerá dicha proteína y sabrá responder, como contamos en Maldita.es.

Estas vacunas no están en fase experimental, sino que atraviesan la fase 4 de los ensayos clínicos, que es la etapa por la que pasan todos los medicamentos y vacunas una vez son aprobados. La fase 4 consiste en monitorizar los efectos secundarios del fármaco, sobre todo los más raros, que pueden observarse solo cuando el medicamento es utilizado a gran escala.

Por otro lado, el hecho de que su aprobación fuese “condicional” no significa que sean menos seguras. Las vacunas de Pfizer-BioNTech y de Moderna se aprobaron en la Unión Europea para mayores de 16 y 18 años bajo la fórmula de la “autorización de comercialización condicional”, que significa que algunos de los estudios que suelen presentar las farmacéuticas antes de aprobar una vacuna se presentan después.

Como explica Roger Solanas, monitor de ensayos clínicos, farmacéutico y maldito que nos ha aportado sus superpoderes, los estudios que las empresas farmacéuticas entregan después son los de efectividad a medio y largo plazo de la vacuna y los de su estabilidad a temperatura ambiente (para determinar a qué temperatura deben refrigerarse). 

“¿Son menos seguras? Ni mucho menos. Los estudios de seguridad a corto plazo y de efecto se han hecho y se han tenido en cuenta para su aprobación. Los estudios de estabilidad se solucionan manteniendo el vial en frío y los de largo plazo se presentarán lo antes posible para incluirlos en el prospecto o ficha técnica. Ninguno de estos ‘estudios faltantes’ es razón suficiente para pedir la no vacunación”, explica Roger Solanas.

Además, la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) ya ha aprobado el uso de la vacuna de Pfizer-BioNTech y la de Moderna en jóvenes a partir de 12 años el 28 de mayo y el 23 de julio respectivamente.

La OMS ya considera la vacunación con Pfizer para adolescentes de 12 a 15 años si son de un grupo de riesgo

En la imagen también se afirma que la Organización Mundial de la Salud (OMS) “no recomienda estas inyecciones ni para niños, ni para adolescentes” (sic). A la fecha de publicación de este artículo, la OMS mantiene que hacen falta más evidencias para recomendar la vacunación en los niños de forma general y considera que, como los niños y los adolescentes suelen contraer formas más leves de COVID-19, “es menos urgente vacunarlos”. Sin embargo, ya considera “apropiada” la vacuna de Pfizer para personas de 12 años en adelante e indica que “se puede ofrecer esta vacuna” a los niños de estas edades “que corren un mayor riesgo”.

El riesgo de contagio en niños no es nulo y la mayoría de efectos secundarios a partir de 12 años son leves o moderados 

Otra de las afirmaciones que circula con esta imagen es que “después de varios estudios, la probabilidad de que su hijo enferme de un efecto adverso de la vacuna es 4 veces mayor a que enferme por Covid”, aunque no aporta la fuente de esta comparación.

Es cierto que los niños se infectan menos de coronavirus y enferman con menor gravedad, como ya explicamos en Maldita.es según un análisis elaborado por 22 pediatras de la Asociación Española de Pediatría (AEP) y la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) de marzo de 2021. Paz González Rodríguez, una de las pediatras del grupo de investigación que elabora este análisis y maldita con superpoderes lo contó a Maldita.es: "Los niños tienen muchos menos casos de enfermedad COVID-19” y en ellos “las complicaciones son poco frecuentes y la mortalidad es muy baja".

Sin embargo, aunque el riesgo es muy bajo, no es cero: según los datos que Datadista mantiene actualizados, desde enero de 2020 hasta el 29 de julio se han contagiado 299.018 niños 0 a 9 años, de los que 5.580 han sido hospitalizados y 156 han requerido atención en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). En cuanto a los fallecidos, la Sociedad Española de Infectología Pediátrica (SEIP) y la Sociedad Española de Cuidados Intensivos Pediátricos (SECIP) han registrado siete fallecidos en edad pediátrica durante la pandemia.

Por otro lado, según la EMA, entre los 1.005 niños de 12 a 15 años que recibieron la vacuna de Pfizer durante el ensayo clínico previo a su aprobación, los efectos secundarios más comunes incluyeron “dolor en el lugar de la inyección, cansancio, dolor de cabeza, dolor muscular y articular, fatiga y fiebre”, efectos leves o moderados que suelen mejorar en pocos días. Dado el número limitado de niños bajo estudio, aún quedan por detectar los efectos secundarios “raros”. ​

Con la de Moderna, los efectos secundarios más comunes entre los 2.163 niños de 12 a 17 años que recibieron la vacuna fueron similares a los que produjo la de Pfizer, incluyendo también crecimiento de los ganglios linfáticos, náuseas y vómito. De nuevo, son efectos normalmente leves o moderados que remiten en pocos días. No se pudo estimar el riesgo de miocarditis o pericarditis.

Además, hay que recordar que si bien no tenemos todavía evidencias suficientes de que la vacunación impida la transmisión de la enfermedad, sí hay indicios de que la reduce. Es decir, que cuanto mayor sea la cobertura de la vacunación, también habrá menos contagios, incluidos los que puedan ocurrir de los niños y adolescentes a otras personas de mayor riesgo, como hemos contado en otras ocasiones.

Los niños sí pueden contagiar a los adultos

En la imagen se asegura que "los niños no pueden contagiar de SARS-Cov2 a los adultos sin más" (sic). La última revisión científica de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), actualizada a 9 de julio, concluye que “los brotes entre adolescentes en campamentos, eventos deportivos y colegios han demostrado que los adolescentes pueden transmitir el SARS-CoV-2" a otras personas. 

Además, añaden, “estudios de transmisión que han examinado el riesgo de infección secundaria en niños y adolescentes a convivientes que se hacen pruebas con regularidad demuestran que la transmisión existe”. 

Por último, los jóvenes y niños infectados expresan menos síntomas que los adultos, pero pueden seguir transmitiendo la enfermedad a pesar de no tener síntomas o tener síntomas leves, según esta síntesis de los CDC.

La miocarditis es “muy rara” tras la vacunación en adultos*

Otra de las afirmaciones que acompañan a esta imagen es que “los niños vacunados tienen un riesgo significativamente mayor de enfermar de miocarditis” según “un estudio de Gran Bretaña”, aunque no señala cuál.

La miocarditis es la inflamación del músculo cardíaco y la pericarditis es la inflamación de la membrana que rodea el corazón. Según explica la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS), estas enfermedades se producen en la población general de forma habitual, suelen estar relacionadas con infecciones previas o enfermedades inmunes y sus síntomas suelen mejorar por sí solos o con un tratamiento adecuado.

El comité de seguridad de la EMA, el PRAC, emitió un comunicado el 9 de julio concluyendo que la miocarditis y la pericarditis pueden darse en casos “muy raros” tras recibir las vacunas contra la COVID-19 de Pfizer y Moderna, especialmente en varones adultos jóvenes, por lo que se incluirán en sus respectivos prospectos. Pero la agencia insiste en que los beneficios de todas las vacunas contra la COVID-19 siguen superando a los riesgos de padecer la enfermedad. En un artículo respondemos a varias preguntas sobre la miocarditis y la pericarditis y las vacunas contra la COVID-19.

Además, en la última guía sobre vacunación en adolescentes de la Asociación Española de Pediatría (AEP), publicada el 19 de agosto, se indica que “el riesgo de inflamación cardiaca en varones de 12 a 17 años es hasta 6 veces mayor si se pasa la covid de manera natural tras contagiarse, y en mujeres de esa edad hasta 21 veces mayor”.

Las vacunas contra la COVID-19 no alteran el sistema inmunitario

El cartel también asegura que, según “estudios” de los Países Bajos que no cita, la inyección de Pfizer-BioNTech “altera la base del sistema inmune”, aunque no especifica de qué forma ni en qué medida se ha medido u observado esa alteración del sistema inmune.

Desde que las vacunas contra la COVID-19 comenzaron a comercializarse se las ha relacionado con el fenómeno de potenciación de la infección dependiente de anticuerpos (ADE, por sus siglas en inglés). En este fenómeno, que ya explicamos en Maldita.es, los anticuerpos generados por una exposición previa a un patógeno, ya sea una exposición ambiental o por la vacuna, pueden suponer un problema más que una solución, ya que hacen que la segunda exposición agrave la infección causada. 

Este fenómeno es real aunque poco frecuente y no ha ocurrido con las vacunas contra la COVID-19. Es lo que explican el virólogo e investigador del Instituto de Salud Carlos III Pepe Alcamí en este artículo donde explicamos qué es el ADE y los investigadores del departamento de Enfermedades Infecciosas del King’s College de Londres José Manuel Jiménez Guardeño y Ana María Ortega Prieto en este artículo publicado el 15 de julio: “Hasta el momento no se ha documentado ningún caso o indicio de ADE asociado con las vacunas autorizadas frente al COVID-19”.

No hay evidencia sobre el efecto de las vacunas en la fertilidad

La última afirmación que acompaña a esta imagen advierte sobre los supuestos efectos de las vacunas en la fertilidad: “Estas inyecciones podrían esterilizar a tu hijo/hija”. En la imagen enlazan con una entrevista a María José Martínez Albarracín en el portal Rambla Libre en la que sugiere que uno de los objetivos ocultos de la vacunación podría ser disminuir “la fertilidad de la población joven” para dar “un paso adelante en la 'agenda verde'”.

Este es uno de los contenidos difundidos desde que los países comenzaron las primeras campañas de vacunación. Pero no existe evidencia sobre este efecto de las vacunas en la fertilidad ni se recogen estos supuestos efectos en los prospectos de las vacunas ni en los informes de los ensayos clínicos previos a su autorización. En Maldita.es hemos explicado por qué se relacionan varios conceptos (la enzima ACE2, la COVID-19 y la vacuna) de forma errónea para vincular las vacunas con este efecto. 

Es posible contraer la enfermedad pese a la vacuna y el porcentaje de vacunados en UCI está lejos del 70%*

La misma imagen se está distribuyendo también como folleto y en él se añaden otras afirmaciones, como que “nos están mintiendo y muchos Doctores están gritando en silencio que el 70% de los ingresos en UCI son vacunados” (sic). 

En primer lugar, es posible contraer COVID-19 pese a estar vacunado por varias razones. Según explica Amós García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV), “las vacunas tienen una eficacia entre un 90-95%. Por lo tanto, siempre habrá un pequeño porcentaje de ciudadanos, que a pesar de estar vacunados, puedan desarrollar la enfermedad”.

Por otro lado, según la última actualización sobre las variantes del coronavirus publicada por el Ministerio de Sanidad (16 de agosto), existe una “ligera disminución de la efectividad de la vacuna” frente a la variante Delta. 

García Rojas añade que una persona puede vacunarse estando incubando ya el virus o bien contagiarse “antes de que la vacuna haya tenido tiempo suficiente para protegerla”. Por su parte, Fernando Moraga-Llop, vicepresidente de la AEV, resume: “Las vacunas [contra la COVID-19] son buenísimas, pero para lo que son: evitar gravedad, ingresos y muertes”.

Por otro lado, en el folleto no se aporta ninguna fuente para poder afirmar, como hace, que las cifras oficiales de personas vacunadas ingresadas en unidades de cuidados intensivos (UCI) supuestamente no son reales. 

De hecho, estas cifras están muy lejos del 70% que se afirma en la imagen. Por ejemplo, un 7,9% de los pacientes que ingresaron en las UCI de hospitales valencianos por COVID-19 en la tercera semana de julio tenía la pauta completa. En Cataluña fueron un 15% de los 774 pacientes que ingresaron en las UCI los que tenían pauta completa en todo el mes de julio, mientras que un 12% solo tenía una dosis y un 74% no estaba vacunado

Los efectos secundarios son registrados por diversas instituciones y sus resultados son públicos

El texto del folleto también asegura que “los efectos adversos de las vacunas no están siendo registrados correctamente y todo está bajo secreto y desinformación institucional”. De nuevo, sin aportar ninguna prueba de ello.

Primero, es importante recordar que los acontecimientos adversos que ocurren tras haber recibido la vacuna contra la COVID-19, los mismos que van registrando las autoridades sanitarias, no tienen por qué deberse a la administración del fármaco. Para que se consideren efectos secundarios tiene que confirmarse una relación causa-efecto. 

En España, los posibles efectos secundarios de las vacunas se recogen y analizan por las comunidades autónomas con la coordinación de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), que los hace públicos mensualmente en su página web. Hasta ahora, la institución ha publicado siete Informes de Farmacovigilancia sobre Vacunas COVID-19 en su boletín oficial. A nivel europeo también pueden consultarse los datos de seguridad de las vacunas en la página web de la Agencia Europea del Medicamento (EMA).

En esta revisión científica semanal de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) se detallan, además, los posibles efectos adversos analizados en 9.246 niños de entre 12 y 17 años tras recibir la vacuna de Pfizer y se concluye que el 90,7% de los eventos no fueron graves. 

En España la vacunación es voluntaria, salvo en situaciones especiales

En el folleto también se asegura que “ninguna institución puede obligar a la vacunación, es opcional y está protegido por el Derecho Internacional”. En España “por ley no se puede obligar a vacunar de forma general”, salvo en “situaciones especiales donde predomina el beneficio que origina la vacuna por salud pública frente al derecho individual”, explica Moraga-Llop.

Encontramos un ejemplo en 2010, cuando un juez autorizó la vacunación obligatoria de varios niños contra el sarampión en Granada para frenar un brote detectado en un colegio de la ciudad. La sentencia se fundamentaba en la Ley Orgánica 3/1986, de 14 de abril, de Medidas Especiales en Materia de Salud Pública, que contempla que "las autoridades sanitarias competentes podrán adoptar medidas de reconocimiento, tratamiento, hospitalización o control cuando se aprecien indicios racionales que permitan suponer la existencia de peligro para la salud de la población debido a la situación sanitaria concreta de una persona o grupo de personas o por las condiciones sanitarias en que se desarrolle una actividad".

El Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (CAV-AEP) explica en un manual online los casos en los que la vacunación podría imponerse en España con carácter obligatorio.

El análisis del profesor Pablo Campra no demuestra que la vacuna de Pfizer contenga grafeno

Por último, la imagen que se ha difundido hace referencia a un “reciente análisis de vacunas realizado en la Universidad de Almería” por el profesor Pablo Campra, sin especificar su contenido. En Maldita.es ya os contamos que este informe, centrado en la vacuna Comirnaty, de Pfizer, no demuestra que dicha vacuna contenga óxido de grafeno y que la Universidad de Almería se desvinculó del mismo.

El propio informe indica que el análisis se basa en “una sola muestra”, donde “la microscopía no proporciona una prueba concluyente” y que “es por tanto necesario realizar un muestreo significativo de viales similares para extraer conclusiones generalizables”. 

Además, en el mismo documento, Campra dice que la "procedencia y trazabilidad" del vial que analiza es desconocida y que lo recibió por mensajería. Según explicó a Maldita.es Adolfo Bastida Pascual, profesor del Departamento de Química Física de la Universidad de Murcia, la trazabilidad de la muestra es un requisito de los estudios científicos: "Aunque el vial original fuera válido, habría que tener constancia de cómo se ha manipulado durante todas las etapas de análisis y cuáles han sido los protocolos que se han seguido para garantizar que no ha sido contaminado a posteriori".

El método utilizado en el informe fue comparar imágenes tomadas  con “microscopía electrónica y óptica” con otras imágenes procedentes de literatura científica y un patrón de óxido de grafeno reducido (RGO). Pero los expertos consultados por Maldita.es aclararon que las imágenes de microscopía electrónica de transmisión (TEM) del informe podrían mostrar cualquier otro material porque son imágenes muy comunes en TEM.

En este artículo han colaborado con sus superpoderes el maldito Roger Solanas.

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*Este artículo se ha actualizado el 19 de agosto para explicar las afirmaciones falsas de la versión ampliada de la imagen que se difunde por redes y para actualizar la información sobre el riesgo de miocarditis.


Primera fecha de publicación de este artículo: 02/08/2021

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