“¿Eres una de esas personas que se acuesta con el teléfono al lado de la cara o incluso debajo de la almohada? [...] Por la noche debes tener el teléfono lo más alejado posible de ti porque su radiación hace daño a tu cuerpo internamente”. Así comienza un vídeo que la influencer Marina Yers ha subido a su cuenta personal de Instagram y por el que nos habéis preguntado. En él, Yers afirma que esta ‘radiación’ “hace que los tejidos del organismo se calienten, provocando estrés, ansiedad y, en consecuencia, impidiendo el descanso”. Además añade una serie de posibles patologías derivadas de esta exposición nocturna, como migrañas o tumores en los lugares de mayor presencia de ‘energía’. Sin embargo, como ya explicamos en Maldita.es, no hay evidencias científicas de que dormir con el móvil suponga un problema para la salud.
"Si dormir con el móvil cerca supusiera un peligro, estaríamos experimentando una auténtica pandemia a nivel mundial", dejaba claro en Maldita.es Alberto Nájera, profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha y vocal del Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud (CCARS). Según el experto, pasar la noche con el móvil en la mesilla o debajo de la almohada no supone problema alguno, ya que la radiación que este emite cuando no se usa es extremadamente baja. "De hecho, también lo es cuando se usa y se encuentra muy por debajo de los límites de seguridad", añade.
Un móvil no emite la misma radiación cuando no lo utilizamos, como al dormir
Cuando utilizamos el móvil, ya sea para mantener una conversación o para descargar o subir datos a internet, usamos una red inalámbrica, bien la que ponen a nuestra disposición las operadoras móviles, bien el WiFi al que nos conectemos. "Mientras estamos hablando o usando internet, cuando el móvil actualiza apps o al realizar copias de seguridad, este necesita emitir y recibir información en forma de radiación electromagnética de radiofrecuencia", explica Nájera.
Sin embargo, el vocal de CCARS incide en que los valores medios se encuentran muy por debajo de los límites seguros establecidos por la Comisión Internacional de Protección de Radiación no Ionizante (ICNIRP, por sus siglas en inglés), el organismo encargado de estudiarlos y establecerlos. Según Nájera, la radiación electromagnética de radiofrecuencia que un móvil emite durante su uso no solo no se encuentra cerca de estos límites, sino que su exposición media está entre 10.000 y 100.000 veces por debajo de estos (que no son sobrepasados nunca).
Evidentemente, cuando dormimos, no utilizamos el móvil, por lo que no es necesario ese uso de la red y prácticamente el aparato no emite nada. "Cuando está en espera o reposo porque no lo estamos utilizando, el móvil emite muy poca radiación: podemos comprobarlo al fijarnos en la batería, ya que esta prácticamente no se descarga", explica Nájera.
El uso del móvil no repercute directamente en la salud, pero sí puede hacerlo de manera indirecta
Durante el vídeo, Yers menciona que las radiaciones emitidas por el móvil también “perturban el sueño” debido a que “la energía, esa radiación mientras estamos durmiendo con el teléfono, perjudica la salud”. Esto, como hemos explicado, no es cierto: las emisiones no influyen directamente en nuestro organismo.
Ahora bien, esto no quiere decir que el aparato no esté relacionado con nuestro descanso. Como ya explicamos en Maldita.es, dos de los protagonistas principales en la regulación del sueño son las hormonas cortisol, relacionado con la actividad y el estrés, que empieza a segregarse a mitad de noche y es máxima cuando nos levantamos; y melatonina, encargada de facilitar la disminución metabólica y de temperatura necesarias para el descanso y que entra en escena hacia finales de la tarde, en plena caída del cortisol.
En definitiva, como explicaba a Maldita.es Mónica Moreno Aguilera, profesora de Psicología y psicóloga sanitaria y forense en la Universidad Nebrija, el cortisol activa nuestro sistema nervioso simpático, favoreciendo estados de vigilia y alerta y la melatonina, por el contrario, es la responsable de activar nuestro sistema nervioso parasimpático que facilita la relajación y, por ende, hace posible que iniciemos nuestro sueño.
¿Y qué tienen que ver estas dos hormonas con el móvil y nuestro descanso? En que el ‘interruptor’ de la melatonina empieza en unas neuronas de la retina que son sensibles a la luz azul (y, por ende, a la blanca) que emite el teléfono. El estímulo de estas células interrumpe su secreción, de ahí que la recomendación sea evitar la luz azul antes de retirarnos al catre. “La luz azul de los dispositivos electrónicos inhibe la secreción de melatonina. Si los usamos por la noche no nos podremos quedar dormidos”, explicaba a Maldita.es Olga Mediano, coordinadora del área de ventilación mecánica y cuidados respiratorios críticos de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).
Además, esta no es la única consecuencia negativa asociada al uso del móvil, en general: "Se habla mucho sobre los peligros de la radiación de los móviles, pero no sobre los que de verdad pueden acarrear: desde accidentes de tráfico al usarlos mientras se conduce, a dolores de espalda y cuello por malas posturas (como ya explicamos en este artículo en Maldita.es) y sequedad en los ojos (que nada tiene que ver con la luz azul)", enumera Nájera y concluye que, una vez más es importante prestar atención a "desmentir a quienes, basándose en 'búsquedas en Internet', como indica Yers, desinforman, infunden miedo y no aprovechan su capacidad de influencia para difundir información fiable y científicamente válida".
Este artículo es una colaboración mensual entre Maldita Ciencia y el Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud.