Nos habéis preguntado por unas declaraciones de Hans Henri P. Kluge, director regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para Europa. “Permítame enfatizar que (...) todas las variantes del virus COVID-19 que han surgido hasta ahora responden a las vacunas aprobadas disponibles”, afirmó el experto el pasado 20 de mayo. Pero, ¿es cierto que las vacunas aprobadas son eficaces contra todas las variantes del SARS-CoV-2? Os contamos lo que sabemos al respecto.
No hay datos suficientes para afirmar “de forma tajante” que las vacunas actuales protegen contra todas las variantes
Desde Maldita.es nos hemos puesto en contacto con la Organización Mundial de la Salud para saber en base a qué estudios científicos Kluge ha hecho esa declaración, pero por el momento no hemos recibido ninguna respuesta al respecto.
“En la literatura no hay datos que de modo tajante nos permitan decir ninguna de las dos cosas: ni que las vacunas actuales protegen contra todas las variantes ni que las vacunas actuales fallan frente a algunas de las variantes. Estamos en una situación probablemente intermedia”, explica a Maldita.es Alfredo Corell, miembro de la Sociedad Española de Inmunología y catedrático de Inmunología de la Universidad de Valladolid.
Pepe Alcamí, virólogo del Instituto de Salud Carlos III, indica a Maldita.es que la afirmación de Kluge sobre las vacunas “no es completamente cierta”: “Lo que sabemos es que algunas variantes son resistentes a algunas vacunas y aunque probablemente otras vacunas sí sean capaces de controlar las nuevas variantes, esta contención será parcial, no tan eficaz como frente a las variantes originales”. De hecho, según subraya, “hay todavía un grado de incertidumbre sobre si las actuales vacunas serán suficientes o habrá que modificarlas para que sean completamente eficaces”.
Jorge Carrillo, vocal de la Sociedad Española de Inmunología e investigador en irsiCAIXA, explica a Maldita.es que la eficacia de una vacuna depende de muchos factores. Entre ellos, “la edad, comorbilidades y la incidencia de las infecciones en un momento dado”.
También depende de cómo se mida esa eficacia. Por ejemplo, de “si se evalúa la protección frente a la infección, la protección frente al desarrollo de la enfermedad o la enfermedad grave, el ingreso en UCI o la muerte”.
Por tanto, Carrillo sostiene que es difícil dar datos de eficacia de una forma concluyente sin haber concluido los estudios clínicos adecuados, para lo cual se requiere tiempo. “No obstante, los datos apuntan a que las vacunas siguen siendo eficaces, aunque es posible que vean disminuida su eficacia en algún aspecto”, señala.
¿Qué sabemos sobre la eficacia de las vacunas frente a las variantes del SARS-CoV-2?
En Maldita.es ya os hemos hablado de las variantes de coronavirus SARS-CoV-2 aparecidas en Reino Unido, Japón, Sudáfrica o India. “Las vacunas no han perdido demasiada efectividad frente a las nuevas variantes”, afirma a Maldita.es Isabel Solá, viróloga del laboratorio de coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC).
Aun así, la eficacia de algunas vacunas sí ha bajado con determinadas variantes. En general “parece que la efectividad no se reduce con la variante británica, pero sí con la sudafricana”. El Comité Asesor de Vacunas (CAV) de la Asociación Española de Pediatría (AEP) indica que, según varios estudios (1, 2, 3, 4, 5), las respuestas de anticuerpos de las vacunas Comirnaty (Pfizer) y Moderna mantendrían su capacidad de protección frente a la llamada variante británica.
Pero los resultados no parecen tan prometedores con la variante sudafricana. La vacuna de AstraZeneca ofrece sólo un 22% de eficacia contra la variante sudafricana, según indica Solá y recoge una carta al editor publicada en la revista científica The New England Journal of Medicine.
De hecho, en febrero Sudáfrica suspendió la aplicación de la vacuna de AstraZeneca por la baja eficacia ante la variante local de coronavirus. AstraZeneca ya ha anunciado que trabaja en nuevos desarrollos de la vacuna para salvar este problema, según indica el CAV de la AEP.
Corell confirma que “las pruebas de Astrazeneca y Janssen en Sudáfrica fueron peor porque estas vacunas tienen menos eficacia frente a estas variantes”. “Estamos hablando de gente vacunada y expuesta al virus circulante, de una situación real. Hay que mirarlo mejor desde este contexto que desde un contexto de anticuerpos neutralizantes en laboratorio”, señala.
En el laboratorio, según cuenta Corell, también se ha comprobado que los anticuerpos neutralizantes de las vacunas de adenovirus (AstraZeneca y Janssen) “parecen no ser tan eficaces frente a la variante sudafricana”. “Pero no se han estudiado al mismo detalle las células de memoria, tanto las células B como las T”, sostiene el experto.
Según indica Alcamí, las vacunas actuales neutralizan bien los virus "in vitro" frente a la variante de California. “Frente a la variante brasileña y las variantes de India, no tenemos datos suficientes”, añade.
¿Qué sabemos de momento sobre la eficacia de las vacunas contra esta última variante? Corell sostiene que tanto la vacuna de Pfizer como la de Astrazeneca tienen una eficacia ligeramente reducida contra la variante India “pero los anticuerpos siguen neutralizando lo suficiente”.
Aun así, insiste en que hay datos controvertidos al respecto en los estudios en laboratorio. Según cuenta, algunos datos muestran que se pierden anticuerpos neutralizantes o eficacia y otros indican que no. “Pero hay que mirarlo en el mundo real”, señala.
Hay algunas investigaciones que han intentado medir la eficacia de las vacunas contra la variante India en el mundo real. Un preprint (un estudio que no ha pasado la necesaria revisión previa a ser publicado en una revista científica, lo cual no invalida sus conclusiones pero sí hace obligatorio tomarlas con cautela) indica que la vacuna de Pfizer tiene un 88% de eficacia frente a la enfermedad sintomática de la variante india dos semanas después de la segunda dosis (en comparación con el 93% de efectividad contra la variante británica). Según la investigación, dos dosis de la vacuna AstraZeneca tuvieron una efectividad del 60% contra la enfermedad sintomática provocada por la variante India (en comparación con una efectividad del 66% contra la variante británica).
Cómo podrían influir las mutaciones en la efectividad de las vacunas
Guadalupe Fontán, enfermera del Instituto de Investigación del Consejo General de Enfermería, explica a Maldita.es que “la mayoría de las vacunas inducen anticuerpos neutralizantes contra varias zonas de la proteína S, además de activar la inmunidad celular, por lo que es improbable que una mutación puntual pueda cambiar la efectividad de las vacunas”.
Sin embargo, destaca que la acumulación de mutaciones en zonas críticas de la proteína S sí que puede disminuir la eficacia de las vacunas. “Es algo que habrá que seguir evaluando muy de cerca”, sostiene.
Corell destaca que las inyecciones que vacunen frente a virus completo van a ser más resistentes a las variaciones que las que vacunan frente a una proteína. “Es muy difícil que un virus cambie en todas y cada una de sus proteínas de modo simultáneo en una variante. En cambio, si jugamos todo a solo una proteína y ese virus cambia mucho, sí que podría haber en un futuro pérdidas de respuesta”.
Richard Pebody, que dirige el equipo de patógenos de alta amenaza en la OMS en Europa, espera que las vacunas contra la COVID-19 que se están implementando actualmente a través de programas de vacunación “brinden al menos cierta protección contra las nuevas variantes del virus porque todas conducen a una amplia respuesta inmune”. “Si alguna de estas vacunas resulta ser menos eficaz contra una o más variantes, será posible cambiar la composición de la vacuna para proteger contra esas variantes”, señala.
Por qué es importante medir la eficacia de las vacunas en el mundo real
Hay dos formas de medir la eficacia de las vacunas frente a las nuevas variantes: en el laboratorio y en la población. “Una cosa es la sensibilidad en estudios de laboratorio y otra la protección en la vida real”, indica a Maldita.es José Antonio Navarro Alonso, miembro del comité editorial de la web de la Asociación Española de Vacunología.
En el laboratorio, según explica Alcamí, se hace “midiendo la capacidad del suero de pacientes vacunados para neutralizar el Spike (proteína S), que es la diana de todas las vacunas hasta el momento, de las nuevas variantes”.
Fuera del laboratorio, “se puede comparar la eficacia de una vacuna cuando se inmuniza a una población en la que circula la variante clásica frente a una población en la que circula la nueva variante con mutaciones peligrosas de resistencia”.
Hay varios ensayos en los que se ha analizado la protección de las vacunas en países en los que las variantes son dominantes, según confirma Solá. También se están haciendo otros análisis en laboratorio, “como comprobar cómo se neutralizan las variantes con sueros de personas vacunadas”. Estos últimos “dan una información más incompleta”.
De hecho, un artículo publicado en la revista JAMA Network indica que “solo la experiencia del mundo real puede proporcionar respuestas sobre la eficacia de las vacunas COVID-19 contra la enfermedad y la muerte por variantes del SARS-CoV-2”.