Desde que, poco a poco, se nos van echando encima los días de calor y aún en un contexto en el que el protagonista es el coronavirus, nos habéis vuelto a preguntar qué pasa con el aire acondicionado y si este supone un aumento del riesgo de contagio, aunque la principal forma de contagio sea a través de las gotículas de saliva.
Por un lado, os preocupa el hecho de que estos aparatos creen corrientes de aire que puedan desplazar el virus más allá de los dos metros que se consideran seguros entre personas, además de más rápido.
Por otro lado, que en el caso de que estos aparatos reutilicen el aire de un mismo espacio, esto favorezca la recirculación de las partículas infecciosas en espacios públicos, haciendo que entren en contacto con gran cantidad de personas, facilitando la transmisión y el contagio. Entonces, ¿es seguro utilizarlo?
¿Queda el coronavirus "flotando" en el aire, además de transmitirse por las gotículas de saliva? No hay consenso científico al respecto
Como ya hemos explicado en otras ocasiones, el virus que causa la COVID-19, el SARS-CoV-2, se transmite por las gotículas que expulsa una persona infectada al toser, estornudar, hablar, etc. Las más pequeñas, las que forman aerosoles, podrían permanecer "flotando" en el aire, aunque todavía no hay evidencias suficientes que lo garanticen ni consenso científico al respecto.
En un principio la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmaba que no había pruebas de que el contagio de COVID-19 pueda ocurrir por estas microgotículas.
Pero, después de varios meses con esa postura, la Organización Mundial de la Salud ha cambiado de criterio, tal y como os contamos aquí.
Según indicó el 9 de julio, la transmisión del coronavirus mediante suspensión en el aire a largas distancias y durante mucho tiempo "puede ocurrir durante procedimientos médicos que generan aerosoles" y ha estado debatiendo y evaluando activamente si "también puede propagarse por medio de aerosoles en ausencia de procedimientos de generación de aerosoles, en particular en entornos interiores con ventilación deficiente".
La conclusión de la OMS es que "hasta la fecha no se ha demostrado la transmisión del SARS-CoV-2 por este tipo de ruta de aerosol; se necesita mucha más investigación dadas las posibles implicaciones de dicha ruta de transmisión". *
Sin embargo, algunos estudios sugieren que el virus sí puede estar presente en los aerosoles. Es el caso de este publicado el 3 de abril en la revista Nature Medicine, en el que "se detectan distintos virus respiratorios incluyendo el coronavirus en los dos tipos de partículas", según explica Pepe Alcamí, virólogo del Instituto de Salud Carlos III. "Es la evidencia que hay publicada y parece que el virus va en aerosol también", añade.
¿Aumenta el riesgo de contagio por el aire acondicionado?
Si el virus puede permanecer suspendido en el aire en las gotículas más pequeñas, entonces sí podría llegar a más gente al recibir una corriente de aire procedente de un aparato de aire acondicionado (que lo desplazaría a una distancia mayor o haría que llegase antes a las superficies) o si el aire se reutiliza, haciendo que estas pequeñas gotas volvieran a circular.
"Cualquier movimiento de aire acelera la sedimentación de partículas en suspensión que puedan transportar el virus, por lo que pasaría más rápidamente del aire a las superficies, donde ya no se transmite por inhalación sino por contacto", explica en Eltiempo.es Víctor Jiménez Cid, catedrático del departamento de de Microbiología y Parasitología en la Universidad Complutense de Madrid.
Es por ello por lo que la distancia entre personas, el control del aforo en establecimientos y oficinas, y la renovación del aire en los edificios son cruciales, así como la higiene de manos. Además, como ya te contamos aquí, las evidencias señalan que los brotes de COVID-19 son más probables en lugares cerrados, en los que se utilizaría el aire acondicionado, que en espacios al aire libre.
Por su parte, el Ministerio de Sanidad indica en este documento del 2 de junio que recientemente "se ha demostrado, en condiciones experimentales, la viabilidad de SARS-CoV-2 durante tres horas en aerosoles, con una semivida media de 1,1 horas" y que "estos resultados son similares a los obtenidos con el SARS-CoV-1". Añade que, del mismo modo, se ha podido detectar el virus en algunas muestras de aire en dos hospitales de Wuhan, a diferentes concentraciones (más altas en los baños de los pacientes y en las habitaciones en las que los sanitarios se retiraban los EPI).
No todos los espacios cerrados utilizan el mismo mecanismo de aire acondicionado
La Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS) y la Sociedad Española de Sanidad Ambiental (SESA) explican a través de este documento que existen dos tipos de aire acondicionado: los que simplemente modifican la temperatura, y las instalaciones que también permiten renovar el aire y regular otros aspectos.
"En los equipos de aire acondicionado y tratamiento de aire que están centralizadas (poco habituales en viviendas y más común en edificios comerciales y de servicios) el aire se captura desde el exterior, luego se enfría y, a partir de ahí, circula por el edificio", explica en este artículo la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). "En edificios más grandes, puede ocurrir que parte del aire interior recircule entre espacios, como una forma de ahorrar energía", añade.
Teniendo en cuenta el contexto actual en relación al coronavirus, la OCU recomienda que esta recirculación de aire no se realice y que todo el aire que circula en los edificios proceda del exterior.
Por otro lado, el sistema que solemos utilizar en casa son dispositivos Split o Multi-split, para los que no es necesaria la entrada de aire desde el exterior o la recirculación de este. Es decir, el aparato de la sala enfría el aire que ya había en ella. Por tanto, según la OCU, no hay mayor riesgo de contaminación desde el exterior al usar el aire acondicionado. Aun así, recomienda abrir ventanas y puertas con frecuencia.
¿Se conocen casos de transmisión del coronavirus por el aire?
Como ya os contamos aquí, según esta carta de investigación (informe conciso de la investigación original) publicada el 2 de abril en la revista Emerging Infectious Diseases de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), el aire acondicionado pudo ser uno de los factores que influyó en la transmisión del virus entre los miembros de tres familias (A, B y C) que se sentaron en mesas cercanas durante una comida en un restaurante de Guangzhou, en China. Una de las familias acababa de viajar desde Wuhan, también en China.
Aunque son los propios investigadores los que apuntan que el estudio tiene limitaciones, también sugieren que "la transmisión del virus en este brote no podía explicarse solo por la transmisión de gotas". "Las gotas respiratorias más grandes permanecen en el aire poco tiempo y viajan distancias cortas, generalmente menores de un metro. Las distancias entre el primer paciente y las personas en otras mesas fueron todas mayores. La corriente de aire originada por el aire acondicionado pudo a haber propagado las gotitas entre las tres mesas", sugiere.
Por otro lado, el documento señala que otros trabajos han estudiado la presencia de virus en aerosoles en diferentes espacios, en general dentro de hospitales o relacionados con hospitales, analizando su aerodinámica. En uno de ellos se constató la relevancia de la ventilación y desinfección de los aseos.
Durante el transcurso de otra investigación, se generaron artificialmente
aerosoles con virus, comprobando que tres horas después seguía habiendo restos de virus en el aire. Es cierto que, en este caso, las condiciones en las que se llevaron a cabo los experimentos no son extrapolables a una situación habitual: se basaban en experimentos realizados en laboratorio, sin tener en cuenta los factores y las circunstancias implicados en una situación real de contagio, cuando una persona tose o estornuda. "En todo caso, sus resultados apuntan a la importancia de la renovación del aire, cosa en la que hay un acuerdo general", indica el informe de la SESPAS y la SESA.
Medidas para reducir el riesgo de propagación del virus a través de los mecanismos de aire acondicionado
En el reinicio de actividades, según el pronunciamiento de SESPAS y SESA, habría que adoptar algunas medidas preventivas para disminuir el riesgo de transmisión aérea del SARS-CoV-2. Para ello, inciden, es importante valorar, además del tipo de aire acondicionado, "aspectos como la actividad, la dotación de personal, el aforo, las dimensiones y distribución del espacio, las condiciones de los aseos, las aberturas externas, y las prácticas de limpieza en las instalaciones".
Aunque según ambas sociedades "la probabilidad de que el virus entre en el sistema de climatización o extracción de aire y se difunda por los conductos es muy baja", en los edificios con gran afluencia o concurrencia de personas habría que tomar medidas como las siguientes, como también indica la Federación de Empresas de Calidad Ambiental en Interiores (FEDECAI):
- Garantizar una renovación suficiente, captando el aire exterior en un lugar apropiado y favoreciendo su renovación.
- Aumentar los horarios de funcionamiento del sistema de climatización. Estas dos medidas ayudarían a eliminar del edificio las partículas que pudiesen contener al virus.
- Mantener las 24 horas del día la extracción de aire en los aseos.
- Abrir las ventanas, lo que permite renovar el aire. Puede hacerse después y a veces durante su funcionamiento (no sería necesario si la renovación de aire en el sistema es alta).
- Si el edificio no puede realizar la ventilación de forma natural o forzada tendría que recurrir a sistemas específicos de higienización del aire.
- Evitar, en la medida de lo posible, la recirculación del aire en las Unidades de Tratamiento de Aire durante los episodios de SARS-CoV-2 cerrando las compuertas de recirculación y trabajando exclusivamente con aire exterior.
- Algunos purificadores de aire pueden eliminan eficazmente las partículas del aire, lo que proporciona un efecto similar al de una buena ventilación con aire exterior.
Por su parte, la OCU coincide en que, con independencia de que se cuente con un sistema de aire acondicionado o no, siempre es recomendable ventilar de manera natural la vivienda, abriendo las ventanas durante aproximadamente 5 minutos por las mañanas.
No, el virus no puede reproducirse en las instalaciones del aire acondicionado
En relación a la inquietud sobre que el virus se reproduzca en las instalaciones de aire acondicionado, el informe de SESPAS y SESA indica que esta no tiene ningún sentido: el virus no se puede reproducir sin invadir células humanas, por tanto la limpieza de conductos o el cambio de filtros de aire exterior no tienen ningún efecto práctico, salvo cuando corresponda llevarlo a cabo.
Mantener las medidas de higiene y seguridad y contar con el personal adecuado son las estrategias más efectivas
Es importante mantener la higiene y la desinfección de suelos, muebles, equipos, etc. para eliminar el riesgo de contagio por posible contaminación de superficies por el virus. Además, "resultará efectivo el uso de mascarillas para reducir las emisiones de gotículas que pueden contagiar a otras personas o las instalaciones", recuerdan ambas sociedades, SESPAS y SESA.
Por último, recomiendan contar con profesionales expertos vinculados a las empresas competentes (que conocerán perfectamente las guías y recomendaciones y tendrán capacidad de interpretar el contexto), así como con los profesionales de los servicios de prevención de riesgos laborales, que también tendrán competencias y criterios apropiados.
* Actualizado el 2 de octubre con el cambio de postura de la OMS.
Primera fecha de publicación del artículo: 15/06/2020.