A lo largo de estas semanas de crisis pandémica, desde Maldita Ciencia os hemos estado explicando qué sabemos sobre la COVID-19 y el tabaco y los cigarrillos electrónicos: de cómo afecta la enfermedad a los fumadores a vapeadores a si el humo es un posible medio de transmisión del coronavirus.
He aquí un resumen de las más importantes.
Qué sabemos sobre la relación entre la COVID-19 y el daño que el tabaco causa a los pulmones
Nos habéis preguntado si es cierto que los fumadores son más vulnerables ante una infección por coronavirus.
Como os explicamos aquí, según el Centro de Investigación y Educación para el Control del Tabaquismo de la Universidad de California, "cuando los pulmones de alguien están expuestos a la gripe u otras infecciones, los efectos adversos son mucho más graves entre fumadores que entre las personas que no fuman ni vapean". De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluye el fumar entre los factores que pueden ser perjudiciales en personas contagiadas por el nuevo coronavirus.
Según explica a Maldita Ciencia Stanton Glantz, médico y director de Centro de Investigación y Educación para el Control del Tabaquismo de la Universidad de California, "la gente que fuma o vapea generalmente es más susceptible a presentar infecciones y menos capaz de acabar con ellas". Esta es la conclusión que plasma en el texto, tras la revisión de diversos estudios sobre el tema (infecciones respiratorias en general, no COVID-19 específicamente).
Entre otros, este estudio con personas con neumonía asociada al nuevo coronavirus que habían estado en el hospital durante dos semanas concluye que las posibilidades de la progresión de la enfermedad (incluida la muerte) eran 14 veces mayores entre la gente fumadora en comparación con los no fumadores.
Este artículo publicado en Scientific American, resume cómo los hábitos de fumar y vapear afectan a los pulmones y al sistema inmune. Esto concuerda con la hipótesis de que ambos hábitos incrementan el riesgo de sufrir una infección, así como una peor evolución de la misma.
Como explica en el texto Melodi Pirzada, jefa de neumología pediátrica en el NYU Winthrop Hospital (Nueva York), los bronquios de los pulmones están recubiertos con pelos diminutos llamados cilios, encargados de eliminar los microbios y residuos de las vías respiratorias. Gracias a las células caliciformes, estos secretan moco que ayuda a proteger el revestimiento de los bronquios y a atrapar microorganismos. "Sabemos que esta función se ve afectada en fumadores habituales", explica Pirzada en Scientific American.
Sin embargo, todavía hacen falta estudios que analicen la incidencia del hábito en la COVID-19. "No tenemos todos los pequeños detalles sobre esto", indica Glantz en Scientific American. "Pero en base a lo que sabemos hasta ahora[...], es lógico que disminuya su riesgo si se deja de fumar". Después de todo, agrega Glantz, "¿cuál es el inconveniente?"
El Departamento de Salud Pública de California proporciona aquí información sobre el tema. Además, el Trinity Health recomienda dejar de fumar como medida de protección frente al nuevo coronavirus. También la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), indica que vapear y fumar podrían incrementar los riesgos por COVID-19.
Qué sabemos sobre el supuesto menor riesgo de ser hospitalizados por COVID-19 por parte de los fumadores
Pese a la evidencia científica, se han viralizado varios hilos de Twitter que afirman que en varios países los datos y varios estudios muestran cómo los fumadores tienen menos probabilidades de ser hospitalizados por el coronavirus. Aquí os explicamos por qué no podemos sacar esa conclusión.
La primera prueba que se aporta es un preprint, es decir un estudio que no ha pasado la necesaria revisión previa a ser publicado en una revista científica. Esto no invalida sus conclusiones pero sí hace necesario tomarlas con cautela.
Este primer estudio analizó el porcentaje de fumadores entre los pacientes de COVID-19 en China y lo comparó con el porcentaje de población fumadora en el país. Según los autores, el porcentaje de fumadores entre los hospitalizados es menor al de la población general, lo que no sólo no apoya que el tabaco sea un factor de riesgo del coronavirus sino que "podría sugerir un papel protector".
No obstante, el estudio no tiene en cuenta que el porcentaje de fumadores depende de varios factores como la edad y en el caso del coronavirus los hospitalizados son sobre todo personas de edad avanzada. En China el 41,5% de hombres mayores de 70 años fuman frente al 54% de todos los hombres, según una encuesta del año 2020. Los hombres también son la mayoría de los hospitalizados.
Precisamente el género es otro factor ignorado. Según los datos del propio estudio el 52,1% de los hombres chinos fuman frente al 2,7% de las mujeres. En cambio, un 57,7% de las personas hospitalizadas en China son hombres y un 42,3% mujeres. De haber un efecto protector del tabaco frente a la COVID-19, el porcentaje de mujeres hospitalizadas con COVID-19 debería ser mayor que el de hombres, como afirma en respuesta al artículo Peter Hajek, profesor de Psicología Clínica y director de la Unidad de Investigación de Salud y Estilo de Vida del Instituto Wolfson de Medicina Preventiva.
Tampoco se tienen en cuenta otros factores como los socioeconómicos que podrían explicar esos resultados, como admiten los propios autores. Y es que, como ya os explicamos en este artículo, correlación no implica causalidad.
Otros autores señalan también otras posibles razones para esta asociación: que las personas admitidas al hospital hayan dejado de fumar antes del ingreso y no cuenten como fumadores, que los fumadores con COVID-19 tengan menos probabilidad de admitir que lo son, que los fumadores es menos probable que vayan al hospital...
Los autores del estudio señalan como posible explicación de que el tabaco podría proteger frente al coronavirus que fumar reduce la expresión de la enzima ACE2, una de las proteínas con las que el coronavirus se une a las células de las vías respiratorias. No obstante, otro preprint señala lo contrario: que la enzima ACE2 se expresa más en fumadores, lo que podría indicar que los fumadores son más susceptibles al coronavirus. También el Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC por sus siglas en inglés) señala que la enzima ACE2 se expresa más en los tejidos pulmonares de fumadores, personas mayores y con algunos tratamientos contra la hipertensión.
Además, el neumólogo experto en tabaquismo y presidente de SEPAR (Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica) Carlos A. Jiménez Ruiz afirma a Maldita.es que "en los fumadores la presencia de los receptores ACE2 es mucho mayor que en los no fumadores y por eso se está viendo claramente que aquellas personas que fuman multiplican por 2,5 o 3 sus posibilidades de desarrollar una forma grave de la enfermedad en comparación con aquellos no fumadores".
Carlos A. Jiménez añade que "también se sabe que los fumadores tienen una disminución de los mecanismos de defensa respiratorio y las infecciones por virus y bacterias son más frecuentes que en los fumadores. También se sabe que otros virus tipos de coronavirus como las causantes del SARS y del MERS tienen mayor capacidad de contagiar a los fumadores que a los no fumadores".
La otra supuesta prueba para apoyar que los fumadores son hospitalizados menos por coronavirus es que en Estados Unidos sólo el 1,3% de 7.162 pacientes de COVID-19 son fumadores, según los CDC (los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos).
En realidad estos 7.162 pacientes son sólo el 5,8% de los 122.653 casos confirmados de COVID-19 en Estados Unidos hasta el 28 de marzo de 2020. Se incluyen a aquellos pacientes de lo que hay datos de sus condiciones de salud subyacentes y otros factores de riesgo. Según los CDC, este análisis "se vio limitado por las pequeñas cifras y los datos que faltan", lo que podría cambiar hallazgos podrían cambiar "a medida que se disponga de más datos".
De hecho, para algunas condiciones de salud y factores de riesgo como los trastornos neurológicos, las enfermedades hepáticas crónicas y ser fumador "se comunicaron pocos resultados graves; por lo tanto, no se pueden sacar conclusiones sobre el riesgo de padecer una forma grave de COVID-19 entre las personas de esos grupos".Pese a ello, los CDC también consideran que fumar actualmente o en el pasado es un factor de riesgo en el caso del COVID-19.
Según estos datos parciales de los CDC, entre estos 7.162 pacientes de COVID-19 de Estados Unidos de los que hay datos sobre sus condiciones de salud, el 2,3% eran antiguos fumadores y el 1,3% son fumadores actualmente. Pero esto obvia un dato importante: un 37,6% de los pacientes tienen uno o más factores de riesgo, lo cual podría incluir, por ejemplo, ser fumador y tener diabetes o ser exfumadora y tener esta embarazada.
Por lo tanto, del informe de los CDC no se puede saber el porcentaje exacto de cuántos pacientes con coronavirus en Estados Unidos son o han sido fumadores.
Respecto a Francia, otro tuit afirma que "un índice notablemente bajo de fumadores hospitalizados con coronavirus comparado con la prevalencia del tabaquismo". La fuente enlazada son los datos aportados a 3 de abril de la red de hospitales de París.
Según este mismo documento, "el tabaquismo ha sido estudiado como factor pronóstico. El tabaquismo está asociado estadísticamente a una mayor mortalidad en los pacientes COVID-19 pero no a un procedimiento de reanimación". Mientras el 27,3% de los fumadores con COVID-19 que acudieron a los hospitales de París fallecieron, este porcentaje de fallecimientos fue de sólo el 9,3% entre no fumadores.
¿Qué sabemos sobre el humo de tabaco como posible medio de transmisión del nuevo coronavirus?
Varios de vosotros nos habéis preguntado por los recientes titulares de algunos medios de comunicación que advierten de que el humo del tabaco "puede transportar el coronavirus" por lo que "puede ayudar a contagiar" el COVID-19. Tal y como os contamos aquí, estos hacen referencia a un supuesto estudio del Centro de Investigación y Educación para el Control del Tabaquismo de la Universidad de California.
Es cierto que esta institución ha publicado información sobre el tabaco en relación a esta enfermedad. Sin embargo, no se trata de un nuevo estudio, sino de un resumen sobre las evidencias de las múltiples formas en las que fumar puede afectar a la capacidad de los pulmones para combatir infecciones. En ningún momento menciona algo similar a lo anunciado en los titulares por lo que nos habéis preguntado. "Cuando los pulmones de alguien están expuestos a la gripe u otras infecciones, los efectos adversos de fumar o vapear son mucho más graves que entre las personas que no fuman ni vapean", informa desde el inicio el texto.
También la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluye el fumar entre los factores que pueden ser perjudiciales en personas contagiadas por el nuevo coronavirus.
Según explica a Maldita Ciencia Stanton Glantz, médico e investigador del Centro de Investigación y Educación para el Control del Tabaquismo de la Universidad de California y autor del texto, "este trata sobre los efectos de fumar y vapear en la inmunidad pulmonar, no del humo como transmisor del virus (en el sentido de transportarlo por el aire)".
"La gente que fuma o vapea, generalmente es más susceptible a la infección y menos capaz de acabar con ella", indica Glantz, y añade que esta afirmación está basada en el estudio de otras enfermedades infecciosas, como la gripe o la tuberculosis. "La razón por la que la gente debería dejar de fumar y vapear tiene que ver con estos efectos".
Además, Glantz nos remite a una zona de la propia página web del Centro de Investigación y Educación para el Control del Tabaquismo de la Universidad de California habilitada para preguntas y respuestas. En ella, un usuario plantea si "se puede vincular el humo de cigarrillo contaminado con la propagación del COVID-19".
Contesta el propio autor, diciendo que "lo había consultado con especialistas en enfermedades pulmonares" y que la conclusión fue que el tema "no es algo sobre lo que se hubiera estudiado demasiado". Además, indica que el único estudio que analizó algo similar fue en casos de gripe (no de SARS-CoV-2) y que este no encontró que los fumadores expulsaran más virus.
El estudio al que se refiere Glantz, publicado en la revista científica PNAS en 2018, investiga la presencia de virus infecciosos en el aire exhalado (no específicamente en el aire expulsado al fumar). Los resultados sugieren que un número significativo de casos de influenza "arroja al exhalar virus infecciosos en partículas de aerosol lo suficientemente pequeñas como para permanecer suspendidas en el aire y presentar un riesgo de transmisión en él".
En relación al COVID-19, los autores de esta revisión de cinco estudios publicados en lo que llevamos de año 2020 concluyen que, "teniendo en cuenta que se dispone de datos limitados y que probablemente también habría que contemplar otros factores, el tabaquismo se asocia con la progresión negativa y resultados adversos de COVID-19".
La posición que adopta la comunidad científica con respecto a la posibilidad de que el SARS-CoV-2 pueda transmitirse a través del humo del tabaco es que, por el momento, no hay evidencias científicas que lo demuestren. Sin embargo, algunos de los medios de comunicación que titulan lo contrario (que el coronavirus sí se puede transmitir mediante el humo), hacen referencia a otra fuente distinta al resumen del Centro de Investigación y Educación para el Control del Tabaquismo de la Universidad de California del que hemos hablado hasta ahora: la emisora estatal francesa FranceInfo.
El medio, en colaboración con Serge Smadja, secretario general de la asociación SOS Médecins (un servicio de emergencias médicas francés), utilizó su cuenta oficial de Twitter para resolver las preguntas planteadas por sus oyentes. Ante la cuestión en relación a si el humo del cigarrillo podría transportar el virus, Smadja contestó que "en efecto, si lo que sale del aparato respiratorio del paciente (que tiene coronavirus) es lanzado a las vías respiratorias de la persona que está enfrente, existe un riesgo".
Sin embargo, no menciona que haya evidencia alguna sobre tal declaración. De hecho, el propio Smadja comenta en el audio que "le parece" un efecto de riesgo, pero no menciona ningún estudio al respecto que lo avale.
Por qué fumar, especialmente en terrazas y lugares públicos, podría aumentar el riesgo de contraer y contagiar COVID-19 y de que la enfermedad sea más grave
Como os contamos aquí, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) recomienda no fumar en las terrazas y espacios públicos durante el período de desescalada para evitar nuevos contagios. Al hacerlo, aseguran, se exhalan gotitas respiratorias que pueden contener carga viral.
La SEPAR ha adviertido en un comunicado que en los espacios públicos el riesgo de contagios es mayor tanto para los fumadores como para las personas de su entorno.
“Al fumar y exhalar el humo, ya sea tabaco convencional o dispositivos electrónicos, se expulsan diminutas gotitas respiratorias que pueden contener carga viral y ser altamente contagiosa", afirma Carlos A. Jiménez-Ruiz, neumólogo y presidente de SEPAR.
Las gotitas respiratorias a las que se refiere, también llamadas gotitas de Flügge, son partículas diminutas, invisibles al ojo humano, expelidas al hablar, toser, estornudar o respirar que “pueden transportar gérmenes infecciosos de un individuo a otro”.
Una persona puede contraer la COVID‑19 si inhala las gotículas procedentes de una persona infectada por el virus, según la Organización Mundial de la Salud. Estas gotículas también pueden caer sobre los objetos y superficies que rodean a la persona, como mesas, pomos y barandillas, de modo que otras personas pueden infectarse si tocan esos objetos o superficies y luego se tocan los ojos, la nariz o la boca.
“La evidencia científica ya nos ha demostrado que el coronavirus se transfiere entre personas a través de las gotitas de Flügge y por vías de contacto con superficies por lo que nuestra recomendación ahora más que nunca es no fumar”, añade el doctor Signes-Costa, coordinador del Área de tabaquismo de SEPAR.
Además, al fumar es "inevitable" llevarse la mano a la boca, la nariz o a la cara. Esto facilita la entrada del virus en el aparato respiratorio si anteriormente se ha tocado una superficies infectada, tal y como os explicamos aquí.
Tanto el fumador como el vapeador se llevan los dedos a la boca con frecuencia, según contó a Maldita Ciencia Jiménez-Ruiz: “Calcula que un fumador de 20 cigarrillos al día, ese gesto de llevarse los dedos con el cigarrillo a la boca lo hace alrededor de 300 veces al día. Si a eso le sumas las veces que se toca la cara por otras razones, fíjate en si aumenta el riesgo de tocarse la cara con los dedos”.
De hecho, a esto se suma que con el uso obligatorio de mascarillas en espacios públicos, una persona debe quitársela y ponérsela para fumar "lo cual aumenta el riesgo de manipulación de la mascarilla y, en consecuencia, el riesgo de contagiarla".
¿Qué sabemos sobre la relación entre vapear y la vulnerabilidad a la COVID-19?
Nos habéis preguntado si vapear daña los pulmones y, por lo tanto, te hace más vulnerable a la COVID-19. La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) explica que las sustancias tóxicas de los cigarrillos electrónicos disminuyen las defensas del aparato respiratorio y, en consecuencia, facilitan las infecciones. Pero a día de hoy no hay evidencias científicas que demuestren que los vapeadores sean más vulnerables a la enfermedad, tal y como os contamos aquí.
Miguel Barrueco Ferrero, jefe de Servicio de Neumología del Hospital Clínico de Salamanca, explica a Maldita Ciencia que el vapeo tiene como fin la inhalación de nicotina, que es una sustancia tóxica y generadora de adicción. Insiste en que, aunque de esta forma se inhalan menos compuestos químicos que con un cigarro convencional, “no es una alternativa saludable al consumo de cigarrillos”.
“Es otra forma diferente de autoadministrarse nicotina, pero, además, la mayoría de los vapeadores para producir el humo contienen otras sustancias químicas que son igualmente tóxicas (compuestos muy parecidos al líquido anticongelante de los coches)”, asegura Barrueco.
De hecho, en 2019 se publicó en el British Medical Journaluna revisión de más de 5.000 estudios científicos sobre los efectos que tienen los cigarrillos electrónicos en el sistema respiratorio. La conclusión a la que llegaron los investigadores es que no es posible determinar si los cigarrillos electrónicos son menos dañinos que los normales.
“Hay datos epidemiológicos que muestran que los vapeadores tienen más probabilidades de tener problemas pulmonares que los no vapeadores”, dice a Maldita Ciencia Robert Tarran, profesor de biología celular y fisiología en la Universidad de Carolina del Norte (EE.UU.) y uno de los autores de esta revisión. Según subraya, aún hacen falta investigaciones para comprender el impacto tanto de fumar como de vapear en los pacientes con COVID-19.
Las sustancias tóxicas que entran al organismo al vapear son capaces de disminuir las defensas del aparato respiratorio, según cuenta a Maldita Ciencia Carlos A. Jiménez-Ruiz, neumólogo y presidente de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR): “En consecuencia facilitan las infecciones respiratorias y también son capaces de producir bronquitis crónica, enfisema (tumefacción producida por aire o gas en el tejido pulmonar) e incluso cáncer de pulmón”.
A día de hoy no hay evidencias científicas que confirman que personas que vapean sean más susceptibles de contraer la COVID-19. Pero Jiménez-Ruiz explica queotros virus de la misma familia sí han demostrado que los fumadores tienen más probabilidad de ser infectados que los no fumadores.
Y una vez contagiados, ¿son los vapeadores más vulnerables a la COVID-19? Rodrigo Córdoba García, que forma parte Grupo de Tabaco de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), afirma a Maldita Ciencia que “no existen estudios de vapeo y COVID específicos porque el porcentaje de vapeadores que no fuman es muy pequeño en la población general”. “Pero si se analizan cuidadosamente y se tienen en cuenta todos los datos disponibles, se concluye que los pacientes fumadores tuvieron más del doble de riesgo de ingresar en la UVI en comparación con los no fumadores”, añade Córdoba, que también es profesor de la facultad de Medicina de Zaragoza.
De hecho, considera que es probable que se acabe demostrando que este riesgo “es aún mayor”. En el caso del vapeo, “en función de los efectos conocidos”, cree posible que la tendencia sea similar: “Sobre todo si tenemos en cuenta que entre el 60% y el 90% de los vapeadores continúan fumando cigarrillos convencionales, por lo que su riesgo puede incluso ser mayor si consumen ambos productos”. E insiste: “Los fumadores y vapeadores tienen redoblados motivos para intentar dejarlo”.
¿Qué sabemos de un estudio en Francia que muestra que la nicotina podría proteger del coronavirus?
Nos habéis preguntado mucho por varias noticias sobre un estudio que señala a la nicotina como posible tratamiento frente a la COVID-19, la enfermedad provocada por el coronavirus SARS-CoV-2.
Como os contamos aquí, se trata de un estudio hecho público el 21 de abril elaborado por tres autores que trabajan en instituciones científicas francesas titulado 'Una hipótesis nicotínica para la COVID-19 con implicaciones preventivas y terapéuticas' y publicado en la revista Comptes Rendus Biologies.
El estudio plantea la hipótesis de que un receptor celular activado por la nicotina "desempeña un papel fundamental en la fisiopatología de la infección por la COVID-19 y podría representar un objetivo para la prevención y el control de la infección por la COVID-19". Así, esta hipótesis propone "que el virus podría entrar en el cuerpo a través de las neuronas del sistema olfativo y/o a través del pulmón" y contrasta "con la opinión actualmente aceptada de que la enzima ACE2 es el principal receptor del SARS-CoV-2 para su entrada en las células".
Los autores hipotetizan que la vía celular iniciada por el receptor activado por la nicotina evitaría la cascada de citoquinas, que causa causa daños en quienes desarrollan los síntomas más graves de la enfermedad, como explicamos en este artículo.
En el estudio se plantea también crear un ensayo terapéutico contra la COVID-19 con parches de nicotina u otros métodos de administración en pacientes hospitalizados y en la población en general.
El neumólogo experto en tabaquismo y presidente de SEPAR (Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica) Carlos A. Jiménez Ruiz afirma a Maldita.es que es "un estudio que plantea una hipótesis pero no se desarrolla y no da unos datos científicos y contrastables. No permite sacar muchas conclusiones prácticas del mismo". Jiménez aclara que el estudio habla de nicotina y no de tabaquismo y que al fumar se meten en el organismo hasta 4.000 sustancias como alquitrán y monóxido de carbono que provocan las enfermedades asociadas al consumo del tabaco "y la nicotina es sólo una de esas 4.000 sustancias".
El presidente de SEPAR señala que la principal vía de infección de la COVID-19 es la respiratoria y el estudio, en cambio, se centra en el nervio olfativo como supuesta vía de infección, algo que "no está nada claro". Además, indica también Jiménez, el artículo "se centra en las actividades de la nicotina sobre los macrófagos alveolares pero no habla de los neumocitos tipo II, otro tipo de células que también son atacadas por el coronavirus y también son causante de la cascada de citoquinas".
El estudio también afirma que "la nicotina reduce la expresión y/o la actividad de la enzima ACE2 [una de las proteínas a las que el coronavirus se une para entrar en las células de las vías respiratorias]". Pero Jiménez aclara que "en los fumadores la presencia de los receptores ACE2 es mucho mayor que en los no fumadores y por eso se está viendo claramente que aquellos sujetos que fuman multiplican por 2,5 o 3 sus posibilidades de desarrollar una forma grave de la enfermedad en comparación con aquellos no fumadores".
José María Molero, médico de familia en la Comunidad de Madrid, portavoz del grupo de trabajo en enfermedades infecciosas de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, afirma a Maldita.es que "s una hipótesis de estudio, pero de momento los diferentes estudios publicados dicen los contrario. No deja de ser una hipótesis plausible a nivel fisiopatológico, pero tiene que demostrarse en la clínica. Los datos clínicos actuales dicen que fumar es un factor de riesgo de mala evolución de la COVID-19. Hay que acogerlo con prudencia".*
También el Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC por sus siglas en inglés) señala que la enzima ACE2 se expresa más en los tejidos pulmonares de fumadores, personas mayores y con algunos tratamientos contra la hipertensión. Y este otro preprint señala, en el mismo sentido, que la enzima ACE2 se expresa más en fumadores, lo que podría indicar que los fumadores son más susceptibles al coronavirus.
En resumen, para Jiménez Ruiz de este trabajo "no se puede sacar la conclusión de que la nicotina protege frente al coronavirus y mucho menos el tabaquismo, que incluye muchas otras sustancias".
Puedes leer más información interesante sobre este estudio en este hilo publicado por el físico Alberto Nájera, en el que menciona también un preprint presentado por él mismo y otros colegas en la misma línea, aunque termina recordando que "es importante separar consumo de tabaco de aplicación terapéutica de nicotina. Esto no es más que una “hipótesis” y como tal, no está demostrada."
El 5 de mayo el Ministerio de Sanidad ha publicado una nota de prensa en la que "advierte de que no hay evidencia científica que demuestre los supuestos efectos protectores de la nicotina frente a la COVID-19. Al contrario, los estudios que apuntan a ello, no tienen en cuenta los efectos perjudiciales del tabaquismo en la salud, que daña las vías respiratorias y el sistema inmunitario".