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Crema de dátiles: por qué no es una forma saludable de endulzar y cuándo puede etiquetarse como “sin azúcares añadidos” un producto que los contiene

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Sabemos que el azúcar blanco no es una forma saludable de endulzar una receta (aquí explicábamos los efectos a corto, medio y largo plazo que su consumo tiene en nuestra salud). Pero, ¿qué pasa con la fruta triturada, en papilla o exprimida? Tampoco puede considerarse una opción saludable para endulzar.

Una de las alternativas al azúcar más habituales para conseguir ese dulzor en postres y meriendas es el uso de dátiles triturados o en crema. Sin embargo, como señala en El Comidista la dietista-nutricionista y tecnóloga de los alimentos Beatriz Robles, aunque el punto de partida es lógico (si los dátiles son saludables, un postre hecho con ellos también debería serlo, ¿no?), “la ecuación es más compleja”. 

Ni zumo de naranja ni pasta de dátiles: lo saludable que sea la fruta dependerá de cómo la tomes

Como ya explicamos en Maldita.es, una pieza de fruta y el zumo que se haría con ella contienen el mismo azúcar, pero este entra de forma diferente en nuestro cuerpo. Por eso el jugo no sustituye a la pieza entera, ni la pasta de dátiles al dátil completo, aunque sean naturales y caseros.  

Es decir, no es lo mismo el azúcar incorporado a través de la matriz del propio alimento (intrínseco) cuando lo comemos entero o en trozos que el resultado de su batido, triturado o licuado (libre). 

Comer la fruta entera supone un proceso de masticación e inicia la salivación. Además influye en la velocidad de absorción de los nutrientes y en la distensión de las paredes del estómago. Sin olvidar del aporte de fibra que incluimos cuando comemos la fruta en vez de beberla y la saciedad que esta supone (¿has intentado comer tres naranjas para desayunar? Probablemente enteras no, pero son las tres mismas piezas que entran en tu vaso de zumo). 

Tomar una decisión alimentaria (utilizar pasta de dátiles o dátiles triturados para endulzar, en este caso) creyendo que es saludable hará que ni siquiera nos planteemos modificarla y sigamos escogiéndola un día tras otro. Además, como explica Robles, la industria alimentaria aprovecha que percibamos determinados tipos de azúcar como ‘mejores’ para “colar auténticos engendros azucarados a precio de oro, vendiendo que son tan sanos como morder una manzana”. La conclusión es que la alternativa no es buena ni para tu salud ni para tu bolsillo. 

¿Puede un producto con crema de dátiles alegar que es ‘sin azúcar añadido’? 

Algunos de esos productos que se valen de pasta de dátil para conseguir su sabor dulce se promocionan con el reclamo de “sin azúcar añadido" pero, para que un producto pueda ‘presumir’ de ello en su etiquetado, debe cumplir por lo establecido en el Reglamento 1924/2006. La norma indica, entre otros requisitos, que solo podrá hacer una alegación similar si no se ha añadido al producto “ningún alimento utilizado por sus propiedades edulcorantes”

“Esto implica que, si quieres hacer la alegación, [el producto] no puede llevar miel, panela, jarabes, zumos…”, explica Robles en su cuenta de Twitter. Y, ¿dátiles? La clave es si estos se incluyen entre los ingredientes para aportar una determinada textura o nutriente, por ejemplo, o por sus propiedades edulcorantes. Si es por este segundo motivo, la ley es clara al respecto: no puede hacerse tal alegación

"La duda que me queda en estos casos es si se puede declarar 'sin azúcares añadidos' en un producto al que se añaden dátiles para endulzar. Diría que no", añadía el tecnólogo de los alimentos Miguel Ángel Lurueña en su cuenta de Twitter. El dietista-nutricionista Aitor Sánchez también señala que, en casos en los que se utilice esta alegación aun usando los dátiles como ingrediente para endulzar el producto final, hay que "corregir el etiquetado por no cumplir la normativa vigente".

La experta en innovación y calidad de la industria alimentaria Gemma del Caño explica que añadir ingredientes endulzantes y poner la etiqueta "sin azúcares añadidos" es algo relativamente frecuente en el sector de los procesados, sobre todo en alimentos infantiles como potitos y postres lácteos.

“Si quieres hacer un postre guarrindongo, hazlo. Es mejor que disfrutes de vez en cuando de unas galletas, una mousse o una tarta sabiendo que es una ocasión especial, a que comas cada día versiones caseras supuestamente saludables solo porque has cambiado el azúcar blanco por dátiles pulverizados o zumo de naranja, lima y maracuyá: la pulpa aniquilada de la fruta no computa como fruta; es azúcar”, concluye Robles.

Este contenido es apoyado por la iniciativa “Alimentando el cambio” de DANONE EDP en el que Maldita.es colabora elaborando contenidos independientes según su metodología.


Primera fecha de publicación de este artículo: 11/10/2021

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