La Fundación Maldita.es ha publicado un documento de políticas públicas que examina el rol de los canales públicos de Telegram en la difusión de desinformación.
El documento se basa en los resultados de una investigación realizada junto a la Universidad de Granada sobre más de 1,5 millones de mensajes enviados por 95 canales públicos en español entre finales de 2019 y agosto de 2024, tanto pertenecientes a medios de comunicación como ‘canales alternativos’.
Estos son los resultados principales de la investigación que dieron forma a nuestro posicionamiento:
Los canales alternativos analizados tienen más fuerza en Telegram que los de medios de comunicación tradicionales
Tienen un público más implicado en sus reacciones y comentarios
Generan comunidades con otros canales de temática similar
Sirven también de conexión con el mundo más allá de Telegram: comparten muchos contenidos de otras plataformas e incluyen links que redirigen también a ellas
Adaptan su mensajes a la actualidad de modo que sus seguidores reciben constantemente una visión “alternativa” de lo que está sucediendo
Canales públicos que funcionan como otra red social
Los canales públicos de Telegram posibilitan un número ilimitado de suscriptores en los que el administrador es el principal y prácticamente único moderador. Funcionalidades como los botones de reacción o los comentarios, disponibles para el 77% de los canales alternativos analizados, facilitan la interacción del administrador con sus suscriptores y la creación de comunidades muy activas.
Las dinámicas de interacción existen también entre los propios canales a través del reenvío de mensajes, que saltan de un canal a otro aumentando sus visualizaciones. Entre los canales de la muestra, aparecen canales proveedores de contenido y otros receptores.
Esta funcionalidad facilita la creación de comunidades afines entre canales, potenciadas también por las recomendaciones de "canales similares" que ofrece Telegram. Para la mitad de los canales, era posible acceder al menos a otro canal alternativo de la muestra a través de esta pestaña de canales similares.
Canales alternativos que ganan influencia y riesgos sin mitigar
Este grupo de canales continúan aumentando su alcance en visualizaciones en comparación con otros propiedad de medios de comunicación tradicionales que comparten también contenido. A pesar de seguir tendencias distintas, el alcance medio de cada uno de los canales alternativos más seguidos roza en conjunto las 600.000 visualizaciones.
Usuarios que llegan a estos canales en busca de contenido que no encuentran en medios tradicionales reciben contenidos potencialmente dañinos y desinformación que abarcan muchos aspectos de la actualidad. Muchos de los temas más recurrentes son fácilmente asociables a los riesgos que las plataformas digitales de gran tamaño o VLOPs (entre las que no se encuentra Telegram) deben tratar de frenar según la Ley de Servicios Digitales (DSA).
Los riesgos que se generan no quedan recluidos en esta aplicación sino que se extienden a plataformas con obligaciones más exigentes bajo la DSA. A través de cuentas en otras redes sociales, buscan usuarios susceptibles o interesados en su contenido que mover a Telegram mientras que a través de enlaces en mensajes en sus canales redirigen a sus comunidades a estas plataformas. Además de a VLOPs, los administradores redireccionan a sistemas de pago como PayPal o Patreon.
Nuestras recomendaciones para Telegram y las autoridades
En base a estas conclusiones, es importante la rápida designación de Telegram como una plataforma digital de gran tamaño bajo la DSA tras la revisión de la información de usuarios reportada. Inmediatamente después, asegurar que Telegram cumple con sus nuevas obligaciones de mitigación de riesgos
Por su parte, Telegram debe implementar medidas adaptadas para atajar el problema de la desinformación respetando las características de la plataforma y la libertad de expresión. Por ejemplo, limitando el número de reenvíos de los mensajes o añadiendo las etiquetas de "reenviado muchas veces".
También, hacer mención a la desinformación dañina en sus normas de la comunidad y apostar por una mayor colaboración con representantes de la sociedad civil y expertos para la adopción de buenas prácticas.
Puedes acceder al documento completo aquí y leer más sobre los resultados de la investigación aquí.