El independentismo catalán lleva décadas presente en las instituciones, pero fue a partir de 2006, con la aprobación del nuevo Estatuto de Autonomía de Cataluña, cuando adquirió un papel protagonista en la política catalana.
Este movimiento ganó fuerza en 2010 tras el regreso de CiU al Govern y las movilizaciones masivas, en 2012 se inició el llamado proceso independentista (‘procés’). Desde aquel entonces, los partidos favorables al soberanismo han sumado mayoría en el Parlament y obtuvieron sus mejores porcentajes de voto en las autonómicas de 2010 y 2021.
Las décadas del ‘pujolismo’ (1980-2003) y los dos gobiernos del ‘tripartito’ (2003-2010)
Jordi Pujol, líder de la extinta Convergència i Unió (CiU), fue el presidente de la Generalitat de Cataluña durante 23 años seguidos (1980-2003). Su partido fue el más votado en todas las elecciones autonómicas, aunque en las dos últimas (1995 y 1999) consiguió mayoría simple. En aquellas ocasiones revalidó el Gobierno catalán gracias a la abstención y posterior apoyo del PP en 1995 y 1999, respectivamente.
En 1996, ambos partidos firmaron el ‘pacto del Majestic’ para garantizar la investidura de Aznar a cambio de más competencias para Cataluña.
En 2003, por primera vez, CiU no fue el partido más votado y se conformó el llamado ‘tripartito’, liderado por el PSC y apoyado por Esquerra Republicana (ERC) e Iniciativa per Catalunya-Verds (ICV), que duró dos legislaturas.
Ese fue el primer gobierno autonómico que incluyó a un partido de ideología netamente independentista (ERC), que desde 1989, tenía como objetivo declarado la independencia de los ‘Países Catalanes’.
El tripartito gobernó durante dos legislaturas y fue presidido en la primera por Pasquall Maragall y luego por José Montilla, ambos del PSC. Estos ejecutivos dieron los primeros pasos en la elaboración de un nuevo Estatuto de Autonomía que pretendía ampliar las competencias del Gobierno catalán y que fue aprobado por el Parlament en 2005 con el apoyo de todos los partidos excepto del PP. Posteriormente, durante su tramitación en el Congreso, sufrió cambios y ERC retiró su apoyo, aunque finalmente fue aprobado.
De la sentencia del Constitucional contra el Estatut a la ‘Diada’ de 2012: el independentismo consigue apoyos mayoritarios en Cataluña
La sentencia del Tribunal Constitucional de 2010 declaró ilegales algunos artículos del Estatut, lo que desembocó en una manifestación histórica a favor de la independencia del territorio catalán. Aquel año hubo elecciones autonómicas en las que CiU, con Artur Mas al frente, regresó al Govern. En su programa electoral, se incluyó el “derecho a decidir”, centrado en la necesidad de un nuevo modelo de financiación para Cataluña, el conocido como “pacto fiscal”.
También entró otro partido independentista al parlamento, Solidaritat Catalana per la Independència (SI), con cuatro diputados, encabezado por Joan Laporta, entonces expresidente del FC Barcelona.
El “pacto fiscal” fue aprobado en el Parlament con los votos de CiU, ERC e ICV en julio de 2012, pero Rajoy rechazó su negociación en septiembre. Por aquel entonces, se había celebrado otra de las marchas masivas más relevantes para el soberanismo, la ‘Diada’ de 2012, cuyo lema fue ‘Catalunya, nou estat d’Europa’ [Cataluña, nuevo estado de Europa].
Unos días más tarde, el ‘president’ anunció elecciones anticipadas para noviembre de 2012 con el ojo puesto en el “derecho a la autodeterminación” y el Parlament aprobó una resolución para solicitar la realización de un referéndum soberanista con los votos a favor de CiU, ERC, ICV y SI.
El segundo Gobierno de Mas (2012-2015) inició el ‘procés’ independentista
En estas elecciones de 2012, CiU perdió peso (de 62 a 50 escaños) y ERC lo recuperó (de 10 a 21). ERC apoyó a Mas en la investidura para continuar con la agenda independentista. La coalición independentista Candidatura d’Unitat Popular (CUP) consiguió tres diputados.
En enero de 2013, el Parlament, con mayoría independentista, también aprobó una declaración de soberanía propuesta por CiU y ERC, que meses después sería declarada inconstitucional.
Siguiendo con su programa, en septiembre de 2014, Artur Mas firmó el decreto de la consulta soberanista del 9-N, que el Constitucional también suspendió. Pese a la prohibición, la consulta se realizó y en ella participaron más de dos millones de personas. Después de eso, el presidente Mas volvió a convocar elecciones anticipadas otra vez, las llamadas ‘plebiscitarias’ de 2015, en las que los partidos independentistas obtuvieron mayoría absoluta de escaños.
En las elecciones de 2015, CiU desapareció y sus partidos integrantes se separaron por sus diferencias en torno al independentismo. Uno de ellos, Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), el liderado por Artur Mas, se unió a ERC para formar la coalición electoral Junts pel Sí (JxSí). Juntos obtuvieron el mejor resultado histórico de una sola candidatura independentista: cerca del 40% de los votos y 62 escaños.
La CUP también pasó de tres a diez diputados y sus apoyos condicionaron la investidura, ya que forzaron la salida de Mas, que fue sustituido por Carles Puigdemont en enero de 2016. El día de la investidura, el Parlament aprobó una resolución para iniciar el proceso de independencia.
El referéndum del 1-O, el 155 y el juicio a los líderes del ‘procés’: el independentismo pierde apoyos y recupera fuerza en las autonómicas de 2021
La era de Puigdemont está marcada por la convocatoria de un referéndum de autodeterminación. Al igual que el del 9-N de 2014, el referéndum del 1 de octubre (1-O) de 2017 se celebró en contra de la doctrina del Tribunal Constitucional.
Tras el 1-O, el Senado, a petición del Gobierno de Mariano Rajoy, activó el artículo 155 que permitió la intervención del Ejecutivo catalán. Por esta vía se destituyó el Govern de Puigdemont, se convocaron elecciones autonómicas anticipadas y se inició un proceso judicial contra los responsables del ‘procés’.
En las elecciones anticipadas de 2017, el partido más votado fue Ciudadanos, que consiguió el 25,5% de los votos y 35 escaños y la participación fue cercana al 80%. Los partidos independentistas con representación, Junts (sucesor de la extinta CiU), ERC y la CUP llegaron a los 68 escaños, el mínimo necesario para la mayoría absoluta en la cámara catalana, que cuenta con 135 escaños en total.
Tras varios meses de bloqueo, Quim Torra (JxC) fue investido presidente autonómico con el apoyo de ERC y la abstención de la CUP y lideró la Generalitat entre mayo de 2018 y septiembre de 2020, cuando fue inhabilitado por el Tribunal Supremo.
Entre 2018 y 2019, tuvo lugar el juicio a los líderes del ‘procés’ y en octubre se dictó la sentencia contra los acusados por el delito de sedición con penas de prisión de 9 a 13 años, lo cual desencadenó protestas y disturbios. Algunos de los protagonistas del ‘procés’, como el propio Carles Puigdemont, no fueron juzgados debido a que se marcharon de Cataluña en 2017, una situación que en el caso del president sigue igual.
A Torra le sucedió su vicepresidente, Pere Aragonés (ERC), que asumió el cargo en funciones en septiembre de 2020. Sin embargo, a finales de año, tras la imposibilidad de encontrar un nuevo candidato, se disolvió el Parlament y se convocaron elecciones. Las elecciones del 14 de febrero de 2021 supusieron un nuevo empuje para el independentismo, que superó el 50% de apoyos sumando los porcentajes de todas las formaciones pro-independentistas, aunque no consiguieran escaños.
Cabe señalar que la participación en aquella ocasión fue la más baja de la historia para unas elecciones catalanas, de un 53,5%, fuertemente marcada por la pandemia. También que en estos dos últimos procesos autonómicos, los partidos más votados han sido fuerzas no independentistas: Ciudadanos en 2017 y el PSC en 2021.
En mayo de 2021, Aragonés fue investido presidente con los apoyos de Junts y la CUP y, después de estas elecciones, ha habido sucesos relevantes en relación al ‘procés’. El Gobierno indultó a los líderes condenados en junio de 2021 y en noviembre de 2023 se iniciaron los trámites para la aprobación de una ley de amnistía.