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MALDITO DATO

Cómo influye en el riesgo de contagio durante una comida familiar que seamos 6 o 10 personas

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Desde que entró en vigor el decreto de estado de alarma en octubre, las reuniones en espacios públicos y privados están limitadas a 6 personas. El pasado 2 de diciembre, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, anunció que, de forma extraordinaria, en Nochebuena, Navidad, Nochevieja y Año Nuevo nos podremos reunir hasta 10 personas. Además, el ministerio especificó también que sólo se podrían  juntar como máximo dos grupos de convivencia distintos.

Desde Maldita.es hemos analizado, basándonos en estudios publicados, cómo influye la diferencia entre grupos de 6 y 10 personas en el riesgo de contagio de la COVID-19. Para ello hemos realizado simulaciones de reuniones en espacios cerrados en base a dos estudios: uno publicado por el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) y otro por el Instituto Max Planck de Alemania. Ambos estudios asumen que hay una persona potencialmente contagiosa en la sala.

En las simulaciones con ambos estudios hemos tenido en cuenta factores como el tamaño de la habitación (de 20 a 40 metros cuadrados), si hay ventilación (ventanas abiertas o cerradas), el volumen de las conversaciones (alto o normal) o si las personas llevan mascarilla (tipo quirúrgicas) o no. Si quieres saber más sobre los parámetros que hemos utilizado puedes consultar la metodología.

El estudio del MIT calcula el tiempo que tardaría una persona en contagiarse: sin mascarilla en la mayoría de casos se tardaría menos de media hora

Según el estudio del MIT, el número de personas que haya en la habitación influye, al igual que lo hace el espacio donde se produzca el encuentro o si éste está correctamente ventilado, aunque es más determinante el uso de la mascarilla para evitar el contagio. En 15 de las 16 posibles combinaciones de los parámetros que hemos mencionado, en caso de no usar mascarillas, una persona se contagiaría en menos de media hora.

En el siguiente gráfico se puede observar cuánto tardaría en contagiarse una persona en las mismas circunstancias en grupos de 6 y de 10 personas. En esta simulación asumimos que se trata de una sala de 20 metros cuadrados, con las ventanas cerradas y que se está hablando en volumen alto.

En un escenario más optimista, en el que la gente hablase con un volumen normal, las ventanas estuvieran abiertas y se utilizara un espacio el doble de amplio, de 40 , el tiempo hasta que una persona se pudiera contagiar pasaría de los 8 a los 14 minutos en el grupo de 10 y de 12 a 21 en el grupo de seis personas.

Con mascarilla, la cosa cambia. En el escenario anterior de 20 metros cuadrados, ventanas cerradas y personas hablando en voz alta, el tiempo hasta que se contagiase una persona sería aún mayor: pasaría de 8 a 31 minutos  en el grupo de 10 y en el grupo de seis, de 12 a 45 minutos.

En el siguiente gráfico puedes cambiar los parámetros para ver cuánto tiempo pasaría hasta que una persona es contagiada:

Una de las conclusiones principales del estudio es que la distancia social de dos metros es ‘insuficiente’, ya que protege de las gotas grandes, pero no de la transmisión por aerosoles del virus que pueden expandirse por todo el espacio cerrado.

El estudio también tiene en cuenta otros parámetros que no han sido utilizados en esta simulación como la humedad ambiental, si existen aparatos de filtrado del aire y de ventilación, el tipo de mascarilla utilizada e incluso la tolerancia al riesgo de las personas, que debe ser más bajo si hay personas más vulnerables como las personas mayores.

Si en vez de dos horas, la reunión fuera de una hora en un grupo de seis personas (sin mascarilla), el riesgo de que una persona se contagie se reduciría del 59% al 39%, según el estudio del Instituto Max Planck

A diferencia del estudio del MIT, que estima el tiempo que tardaría una persona en contagiarse, el estudio del Max Planck calcula la probabilidad de que una persona se contagie en una reunión dado un tiempo determinado. Por ejemplo, estima que si hubiera seis personas en una habitación de 20 m² con las ventanas cerradas, sin mascarilla y hablando a volumen normal durante dos horas, sería bastante probable (78%) que una persona se contagiara.

Según las probabilidades medias de las 64 simulaciones que hemos realizado, en una reunión de seis personas sin mascarillas, la probabilidad de que alguien se contagiara bajaría del 59% al 39% si la reunión fuera en una hora en vez de en dos.

Al igual que ocurre con el estudio del MIT, el uso de la mascarilla es determinante para reducir el riesgo de contagio. Puedes comprobar todas las simulaciones de este experimento para ver cuál es la probabilidad de que alguna persona de la habitación se contagie.

Una hora ??

Dos horas ????

El número de personas “influye mucho” en el aumento del riesgo de contagio

Pedro Gullón, epidemiólogo y vocal de la Sociedad Española de Epidemiología, considera que el número de personas que hay en un espacio cerrado “influye mucho”. Para Gullón, el que haya un número alto de personas “hace que la distancia sea más difícil de respetar” y que si hay una persona contagiosa, “mientras más gente haya en la habitación, más posibilidad tendrá de encontrar lugares que infectar”.

Hemos preguntado a Gullón si influye más el número de personas o que sean de unidades de convivencia distintas. El epidemiólogo cree que influyen ambos elementos y que son “difíciles de distinguir”. Este médico especialista en Medicina Preventiva opina que “el número de grupos convivientes influye a través de asumir que un grupo de convivientes actúa como una única unidad (o todos contagiados o nadie)”, y que si entra un contagio puede afectar a toda la unidad de convivencia.

Para Gullón, el número de personas y el número de grupos de convivientes, son cosas complementarias, ya que, según nos ha dicho, 6 personas de 3 familias diferentes puede ser peligroso y 10 personas en 2 grupos también

Los factores más influyentes, según Pedro Gullón, son sobre todo, el número de personas, la distancia, la ventilación, el uso de la mascarilla y que haya personas vulnerables. Este experto opina que otros factores como el volumen de la voz o la higiene de las manos también son importantes, pero “quizá su rol es un poco menor”.

Manuel Franco, epidemiólogo de la Universidad de Alcalá de Henares y de la Universidad Johns Hopkins, opina que lo fundamental es que se minimicen los riesgos y “sobre todo con los mayores”. Franco opina que la decisión de juntar como máximo dos grupos de convivencia “es muy acertada”, y opina que se debe mantener durante las fechas señaladas “para no dejar a nadie solo, pero disminuyendo los riesgos”.

El CSIC redactó una guía para reducir el riesgo de transmisión por vía aérea en espacios cerrados 

En España, el CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) publicó en octubre una guía para reducir el contagio por vía aérea en interiores y otra guía para la ventilación de aulas educativas. Básicamente en este documento se explica que en los interiores, los aerosoles o partículas en suspensión se pueden acumular y que el riesgo de contagio se reduce minimizando la emisión y la exposición.

La emisión se reduce con:

  • Menos personas
  • Silencio o volumen de voz bajo (al hablar fuerte o gritar la emisión es 30 veces superior)

La exposición se reduce con: 

  • La mascarilla bien ajustada
  • Reduciendo el tiempo de exposición
  • Aumento de la distancia interpersonal 
  • Ventilación o purificación del aire, para eliminar o reducir la concentración de virus en el aire

Según el documento, la ventilación de las habitaciones es crucial, ya que el aire contaminado se acumula en los espacios (al igual que lo hace el CO2) cuando aumenta el número de personas. El método más sencillo de ventilar una habitación es abrir las ventanas para que se cree un flujo de aire. 

El documento también dice que la ventilación cruzada es más efectiva. Esta consiste en la apertura de puertas o ventanas en lados opuestos de la habitación, para que haya un flujo de aire mayor hacia el exterior.

Algunos inconvenientes son que, en los períodos de frío, si se opta por ventilación natural habrá que elegir entre reducción de riesgos sanitarios y confort térmico y disponer de ropa de abrigo cómoda para interiores permitirá no abusar de la calefacción con ventanas parcialmente abiertas.

En otras ocasionesla ventilación natural puede no ser viable por causas meteorológicas adversas, como la lluvia o el viento. En estos casos también se puede implementar ventilación forzada mediante ventiladores o aparatos de aire acondicionado, o usar sistemas de purificación del aire. En Maldita.es ya os hablamos sobre algunos consejos de expertos para minimizar el riesgo de contagio en determinados lugares como las aulas.

 La distancia social de dos metros no garantiza que la gente no se contagie en espacios cerrados

El estudio del MIT que hemos utilizado para este artículo dice que la regla básica de la distancia de dos metros reduce los riesgos, pero no los elimina. Según el apartado de preguntas frecuentes de su web, esta medida se basa en la idea de que las gotas grandes que las personas expulsan caen al suelo en una distancia de hasta dos metros, aunque pueden viajar más lejos al toser o al estornudar (hasta 8,5 metros). Sin embargo, no es una medida de protección efectiva contra la transmisión aérea (aerosoles) que están suspendidos en el aire y que pueden difundirse por todo el espacio

Los autores del estudio explican que aunque la transmisión aérea (aerosoles) es la vía predominante para la COVID-19, existen otras posibles formas como el contacto con superficies infectadas, las gotas grandes expulsadas al toser o estornudar o los “aerosoles de corto alcance”, provenientes de los residuos respiratorios de una persona infectada por un período prolongado.

Investigadores de diversas instituciones, mayoritariamente de Estados Unidos, elaboran un “documento vivo” donde van resolviendo preguntas y actualizando lo que se sabe sobre la transmisión aérea del virus.


METODOLOGÍA

Los datos utilizados en este artículo no son mediciones reales. Son resultados de estimaciones realizadas a partir de modelos matemáticos que simulan sistemas epidemiológicos de contagios.

Hemos fijado la altura del techo a 2,5 metros en los cálculos para ambos estudios y hemos variado el área del espacio entre 20 y 40 m². El resto de valores que no hemos variado los hemos dejado tal cual aparecen en las calculadoras por defecto.

Algunas de las limitaciones de estos modelos son que asumen que solo hay una persona contagiada en la sala y que no tienen en cuenta la incidencia de casos en la población local.

El estudio realizado por el MIT se llama “Más allá de los seis pies (dos metros). Una guía para limitar la transmisión aérea en interiores de COVID-19” y fue publicado el 3 de noviembre aunque se trata de una versión preprint. La calculadora que han hecho es esta

Voz normal/alta

  • Comportamiento humano. Actividad respiratoria: (hablando normal)
  • Comportamiento humano. Actividad respiratoria: (hablando fuente)

Mascarilla

  • Eficiencia de filtración de la mascarilla: Quirúrgica, algodón
  • Ajuste/desempeño de la mascarilla: 90%

Ventanas abiertas/cerradas

  • Sistemas de ventilación.Ventanas cerradas: 0 ACH
  • Sistemas de ventilación. Ventanas abiertas: 2 ACH

El estudio realizado por investigadores del Instituto Max Planck se llama “Cálculos de modelos de transmisión por aerosoles y riesgo de infección de COVID-19 en ambientes de interior” y fue publicado el 3 de noviembre (versión revisada por pares). La calculadora es esta

Voz normal/alta

  • Volumen hablado. Voz normal: 2
  • Volumen hablado. Voz alta: 3

Mascarilla

  • Persona infectada: Con mascarilla quirúrgica: 0,7 (valor sugerido)
  • Detalles del evento:  mascarilla quirúrgica: 0,5  (valor sugerido)

Ventanas abiertas/cerradas

  • Tasa de renovación del aire [/h]. Ventanas cerradas: 0,35 (valor mínimo)
  • Tasa de renovación del aire [/h].Ventanas abiertas: 2

Primera fecha de publicación de este artículo: 09/12/2020

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