El pasado martes 30 de julio El Confidencial informaba de que Rafael Catalá, el exministro de Justicia de Rajoy, fichaba por Codere, la multinacional española de casas de apuestas. Dos días después, el 1 de agosto, y con Catalá ya colaborando con la empresa española más importante del sector del juego, el exministro dirigía una carta a la Oficina de Conflictos de Intereses (OCI) para preguntar si tenía que solicitar un nuevo permiso para su nueva actividad o valía con el que le habían otorgado para ejercer la abogacía.
El exministro explica a la oficina que como ya se le autorizó su “compatibilidad para desarrollar labores de asesoramiento legal y regulatorio como abogado colegiado en el ilustre Colegio de Abogados de Madrid” no ve necesario pedir permiso para cada empresa en la que vaya a realizar estas funciones. Catalá, además, les pide que si no es así y, por lo tanto, no está autorizada la labor que está realizando en Codere se lo hagan saber.
La Oficina de Conflictos de Intereses le respondió el mismo día, a pesar de que en las resoluciones acostumbran a tardar por lo menos un mes, y le aclaró que no es necesario que solicite nuevas autorizaciones para atender a otras empresas como abogado.
Debido a esta decisión, la Oficina de Conflictos no ha investigado la posible incompatibilidad entre el exministro y Codere y ha resuelto en consecuencia, como cuando cualquier otro exalto cargo pide poder incorporarse a una empresa privada, sino que simplemente se han limitado a autorizarle en una ocasión anterior que pudiera volver a trabajar como abogado. La Administración está, por lo tanto, resolviendo que Catalá no tiene ningún tipo de conflicto de intereses con el Colegio de Abogados de Madrid, pero no analiza su relación con las empresas a las que asesora.
“Está haciendo asesoría jurídica y ya tiene el permiso, no tiene que pedir autorización. Como cliente va a tener a Codere, puede desempeñar su labor como asesor jurídico para quien quiera. Puede desempeñar asesoría como abogado y dentro de ese trabajo les presta servicios, no es que vaya a entrar a formar parte de la organización de Codere.”, aclaran desde el Ministerio de Política Territorial y Función Pública, del que depende la oficina.
“La Oficina de Conflictos de Intereses es muy rigurosa en el cumplimiento de la normativa. Mientres se respete la compatibilidad puede mantener reuniones”, responden desde el ministerio cuando se les pregunta si Catalá sí necesitaría una autorización de la oficina en el caso de que ejerza como lobbista para Codere, tal y como publicó El Confidencial.
La Oficina de Conflictos de Intereses ya ha sido objeto de críticas en otras ocasiones por su permisividad hacia las reincorporaciones de altos cargos en el sector privado. En más de una década la OCI ha permitido 525 fichajes de altos cargos del Gobierno por parte de empresas y solo ha vetado 11, tal y como contó eldiario.es.
No es la primera vez que Catalá tiene relación con Codere
Antes de ser de ministro, Rafael Catalá formó parte de Codere como secretario del consejo de administración entre 2005 y 2011.
Codere es una empresa multinacional española que se dedica al sector del juego gestionando tanto bingos, casinos, hipódromos como casas de apuestas online. En 2007 se convirtió en la primera sociedad del juego en cotizar en la Bolsa de Madrid y un año después, en 2008, fue la primera empresa que abrió una sala de apuestas presenciales en España.
Codere, según su último informe anual, opera en más de 56.548 terminales, 149 salas y 4 hipódromos y facturó en 2017 un total de 1.638 millones de euros.
Consulta aquí las comunicaciones entre Rafael Catalá y la Oficina de Conflictos de Intereses conseguidas a través de la Ley de Transparencia:
Comunicaciones entre Rafael Catalá y la Oficina de Conflictos de Intereses sobre su incorporación a Codere by Maldita.es on Scribd