La vuelta de verano y la vuelta al cole no ocurren técnicamente al mismo tiempo, pero en nuestra cabeza van indefectiblemente unidas. Ahora que toca volver no solo de vacaciones sino también a las aulas, hay muchos temas que vuelven a ocupar las cabezas de los padres, entre ellos, algunos que dan pie a mucha desinformación y bulos.
Como algunos ya los hemos aclarado en Maldita Ciencia, aquí tienes una colección de aclaraciones e información fiable para acompañar a los niños en sus primeros días del nuevo curso.
Malditos Piojos: qué debes saber para combatir esta picajosa plaga
Es uno de los grandes temas de la vuelta a las aulas: al pasar de nuevo más tiempo en espacios interiores con sus iguales, las cabezas infantiles aumentan el riesgo de verse infestadas por estos pequeños bichejos. Pero que no cunda el pánico, que aquí recopilamos todo lo que necesitas saber para deshacerte de ellos, además de aclarar algunos bulos que es mejor dejar de tener en cuenta para una estrategia eficaz.
Por ejemplo, puede ser útil saber que los mosquitos no saltan ni vuelan, ni sienten especial preferencia por las cabezas muy limpias ni muy sucias. También que, a la hora de combatirlos, no son eficaces los remedios a base de aceite del árbol de te y que, si bien el vinagre ayuda a despegarlos, también es la mejor opción para terminar con ellos.
Malditos Mocos: datos y desinformación que combatir sobre gripes y resfriados
Igual que los piojillos se expanden con el contacto, también los virus de resfriados y gripes encuentran más y mejores vías de contagio cuando pasamos más horas concentrados en espacios interiores. Aunque faltan algunos meses aun para la época crítica de infecciones de este tipo, no es raro que las narices se llenen de mocos poco después de volver a las aulas. Para aclarar posibles dudas al respecto, aquí nos dedicamos a desmentir bulos y desinformaciones comunes sobre gripes y resfriados.
Empezamos por dejar claro que gripes y resfriados son procesos víricos, es decir, que necesitan un virus para ocurrir y nadie se pone malo simplemente por "coger frío", aunque sí hay motivos por los que en temporadas frías los contagios sean más comunes. También es importante tener en cuenta que a los virus no se les combate con antibióticos, y sí con paciencia, bebiendo muchos líquidos y combatiendo los síntomas que causan.
Primeros auxilios libres de bulos: qué hacer ante cortes, chichones y narices que sangran
Es cierto que los niños no se accidentan solo en época escolar pero, de nuevo, al aumentar su concentración en un espacio concreto, los juegos y actividades pueden terminar a menudo en un choque de cabezas que de pie a un chichón o en un raspón de rodilla que requiera ser desinfectado. Dejando aparte lesiones más graves que puedan necesitar de la invervención de un profesional de la salud, aquí hicimos una recopilación de procedimientos de primeros auxilios siguiendo los consejos especialistas para hacer frente a esos pequeños accidentes del día a día como hemorragias nasales, cortes o golpes.
Sobre las heridas en concreto, quizá también os interese este artículo en el que hablamos de agua oxigenada y si era o no la mejor forma de desinfectarlas. Nuestra conclusión era que si bien es un buen desinfectante, también puede retrasar un poco que las heridas cicatricen.
Fiebre y crecimiento infantil: sí que hay una relación, aunque no se dé siempre
Dados ya todos los consejos que la ciencia permite ofrecer, aquí va una aclaración que puede ser pertinente en las conversaciones que se den estas semanas en las puertas de los colegios: la que relaciona el estirón que algunos niños habrán dado durante los meses de verano con procesos febriles más o menos intensos padecidos justo a la vez. ¿Es esto un bulo o es verdad? ¿Es la fiebre lo que hace crecer a los niños, o es el crecimiento lo que de alguna forma provoca la fiebre?
Aquí hablamos de este tema: "Es una percepción individual y no se produce cada vez que tienen fiebre pero detrás de esta apreciación hay algo de verdad", explicaba Gonzalo Oñoro, pediatra y uno de los autores del blog divulgativo Dos pediatras en casa a Maldita Ciencia.
La clave está en la acción de la hormona del crecimiento (GH por sus siglas en inglés), cuya producción puede aumentar durante los procesos febriles infantiles. "Es una hormona que se segrega principalmente durante las horas de sueño. Durante un proceso febril o infeccioso es normal que un niño duerma más horas de lo que lo hace habitualmente (la culpa es de las citoquinas, unas moléculas que el cuerpo segrega para combatir la infección, producen sueño) así que la secreción de la GH será mayor en estos periodos, lo que a la postre se traduce en un estirón", explicaba Oñoro.
Primera fecha de publicación de este artículo: 10/09/2019