Varios medios de comunicación han publicado que la vacuna de la empresa estadounidense Pfizer contra el coronavirus "estaba lista en febrero de 2020". Una afirmación extraída de una entrevista a Ugur Sahin y Özlem Türeci, los fundadores de la compañía alemana BioNTech, que ha desarrollado una de las vacunas en colaboración con Pfizer. En la entrevista afirmaron que "se puede decir que la vacuna de hoy ya estaba disponible en febrero del año pasado", pero también añadieron que "no estaba claro si funcionaría. Necesitábamos datos y resultados clínicos de estudios muy grandes".
Esta verificación ha sido realizada en el marco del proyecto #VACÚNAte que Maldita.es y la agencia de noticias Servimedia desarrollan contra la desinformación sobre las vacunas de la COVID-19 con el apoyo de Google News Initiative.
Los titulares se han difundido para decir que estaba "todo planeado". Sin embargo, lo que dicen Sahin y Türeci en la entrevista es que tras decidir que investigarían una posible vacuna para el SARS-CoV-2, en 48 horas tenían un total de 20 candidatas, entre las que estaba la vacuna de Pfizer-BioNTech que se aprobó en diciembre de 2020. Pero en ese momento no sabían cuál de ellas sería la que finalmente terminarían desarrollando. Además, todo esto fue después de que se diese a conocer la epidemia de coronavirus, pues China reportó los primeros casos de neumonía a la Organización Mundial de la Salud el 31 de diciembre de 2019 y el 7 de enero de 2020 la OMS comunicó que había identificado este nuevo coronavirus.
Os contamos qué han dicho los fundadores de BioNTech y os explicamos cuáles son las fases que debe pasar una vacuna antes de que su aprobación.
Los fundadores de BioNTech aseguran que en febrero de 2020 tenían 20 candidatas a vacuna, entre las que estaba la que se ha aprobado
Según las declaraciones de Ugur Sahin y Özlem Türeci en una entrevista reciente, no es que la vacuna estuviese lista para su uso en febrero de 2020 sino para comenzar a estudiar si era eficaz. Esta vacuna desarrollada por BioNTech en colaboración con Pfizer es de ARN mensajero. Desde hace años se están investigando posibles vacunas de este tipo para enfermedades anteriores a la COVID-19 como la malaria, el VIH e incluso algunos tipos de cáncer y en Maldita Ciencia ya os hemos contado en qué consisten y por qué no van a cambiar vuestro ADN.
En la entrevista, Ugur Sahin afirmó que cuando ya hacía tres semanas que se conocía el brote de coronavirus en Wuhan, decidió investigar y "estaba convencido de que la epidemia no se limitaría a China". Añade que "sabíamos que teníamos una tecnología que nos permitiría desarrollar una vacuna muy rápidamente". Se refiere al ARN mensajero.
Cuando les preguntan si es cierto que tenían la vacuna en 48 horas, Sahin asegura que en poco tiempo tenían 10 candidatas y luego 10 más, aunque también afirma que en ese momento no sabían "qué candidata era la correcta, porque todavía sabíamos poco sobre el virus". Acto seguido les preguntan si empezaron con 20 variaciones y es cuando Sahin afirma que "se puede decir que la vacuna de hoy ya estaba disponible en febrero del año pasado". Y continúa: "pero no estaba claro si funcionaría. Necesitábamos datos y resultados clínicos de estudios muy grandes".
Es decir, afirma que en 48 horas tenían 20 posibles candidatas a vacunas entre las que estaba la que finalmente se aprobó en diciembre de 2020, aunque en ese momento no sabían cuál de ellas saldría adelante y se acabaría comercializando. Por lo tanto, como decimos, no es que la vacuna estuviese lista para su uso en febrero de 2020 sino para comenzar a estudiar si era eficaz.
La temprana secuenciación del virus y los conocimientos previos de otros coronavirus hicieron posible identificar rápidamente dianas (antígenos) para posibles vacunas
En Maldita Ciencia ya os hemos contado las fases por las que tiene que pasar una vacuna antes de su aprobación y son esas exactamente las que ha tenido que pasar la de Pfizer-BioNTech antes de empezar a comercializarse. Como cualquier otro medicamento tienen que pasar unas pruebas que garanticen su seguridad, inmunogenicidad en caso de ser una vacuna (es decir, la capacidad que tiene un antígeno de activar el sistema inmunitario y producir una respuesta inmune), y eficacia protectiva, como explica este artículo en el Journal of Postgraduate Medicine.
Desde el momento en que se empieza a estudiar una potencial vacuna hasta que esta está disponible para los pacientes pueden pasar años o incluso décadas. Con la vacuna de la COVID-19 hemos visto que se ha desarrollado muy rápidamente pero no es la primera vez que una vacuna tarda menos de 12 meses en estar lista. En 2009, la vacuna contra el virus H1N1, que también había provocado una pandemia, aunque mucho menos grave que la de hoy, tardó menos de un año en prepararse y producirse. Es cierto que en el caso de ese virus los investigadores contaban con una ventaja: era muy similar al de la gripe y podían partir de esa vacuna, ya existente.
El primer paso se desarrolla en laboratorios y consiste en la búsqueda de antígenos, es decir, compuestos capaces de inducir una respuesta del sistema inmunológico. Esta es la base de la vacuna. El segundo paso es la fase pre-clínica, que tiene el objetivo de evaluar la capacidad de los antígenos seleccionados para causar la respuesta inmune que se busca, así como su seguridad. En esta fase es cuando comienzan a probarse estas potenciales vacunas tanto en cultivos celulares (lo que se llaman experimentos in vitro) como en animales (pruebas in vivo).
A pesar de que esta última fase suele durar 1 o 2 años, gracias al secuenciamiento temprano del virus, y a los conocimientos previos sobre otros coronavirus, desde el principio ha sido posible identificar rápidamente dianas (antígenos) para posibles vacunas.
Después de pasar por estos pasos, cualquier vacuna debe superar también cuatro fases clínicas en las que se prueba en voluntarios hasta llegar en la fase 4 a su comercialización. Y aun así, su seguimiento continúa después de que se encuentre en el mercado.
BioNTech, según aseguran sus fundadores, comenzaron con 20 candidatas a vacuna en febrero de 2020 y sólo una de ellas superó todos los pasos hasta conseguir su aprobación en diciembre de ese mismo año.