El concepto “gemelo digital” nos puede sonar a muchas cosas: a una representación digital de nosotros mismos, a una persona que conocemos por Internet y que se parece mucho a nosotros.... Hasta con el tema del metaverso y Meta (antes Facebook) se está hablando de este término. Sin embargo, esta figura no tiene nada que ver con eso, sino que tiene un componente tecnológico bastante grande.
José María Cecilia, profesor del Departamento de Informática de Sistemas y Computadores de la Universidad Politécnica de Valencia, define un gemelo digital como “una réplica digital de un ‘ente’ de la vida real, que se desarrollaron en primera instancia en la industria, digitalizando los procesos y/o productos que se generan”. O sea, que puede ser un “gemelo” de cualquier cosa, no necesariamente de una persona.
Se utilizan mayoritariamente en la industria
Esto es importante porque, hasta ahora, donde más se ha utilizado esta tecnología es en la industria. El motivo por el que suponen un avance frente a otras tecnologías es, para Cecilia, “la posibilidad de poder establecer escenarios que son imposibles evaluar en la realidad, ya sea por el coste, por el tiempo del proceso o por la imposibilidad física del experimento”. ¿De qué podríamos hacer un gemelo digital, entonces?
Por ejemplo, “para mejorar la eficiencia de un coche, con un gemelo digital del mismo se pueden analizar diferentes características, como cambios en el diseño o mejoras en el motor, sin necesidad de aplicarlas en la realidad”, añade el investigador. Eso es lo que está llevando a cabo el equipo de trabajo en el que está Cecilia, junto a otras universidades y organizaciones con el proyecto SMARTLAGOON, financiado por la Unión Europea y que busca generar un gemelo digital del Mar Menor “recogiendo las interacciones socioeconómicas y medioambientales para intentar aportar soluciones a la laguna y ayudar en la toma de decisiones”, explica el investigador a Maldita.es.
No es el único caso en España de uso de esta tecnología para gestionar y mejorar recursos públicos. Por ejemplo, la empresa municipal de aguas de Valencia utiliza un gemelo digital de la red de distribución de agua de la ciudad para analizar el sistema en tiempo real y someterlo a diferentes escenarios para comprobar la resistencia y decidir cuál es la mejor manera de actuar para mejorar su uso. También el Barcelona Supercomputing Centre (BSC) asegura trabajar con gemelos digitales para distintas aplicaciones, como la medicina preventiva, tal y como recoge este artículo en elDiario.es.
La tecnología puede dar el salto a otros ámbitos como el metaverso
Sabemos que suena algo abstracto, pero en el mundo de la tecnología es común crear esta especie de ‘dobles’ o de espacios digitales en los que probar cómo funciona algo. Otro ejemplo son los sandbox, de los que te hablamos en otra ocasión. Son entornos digitales creados artificialmente para probar tecnologías y otro tipo de proyectos.
Eso sí, no todo va de industria: otro de sus posibles usos también tiene que ver con el metaverso (y no, no hablamos de que tu posible avatar sea tu gemelo digital). Carlos Bolívar, de Distrito Metaverso, un espacio de noticias y eventos sobre realidad virtual y aumentada, comenta a Maldita.es que “al ser representaciones hiperrealistas de un elemento de la vida real en el mundo virtual, esto abre la puerta a que se repliquen las ciudades en los metaversos”.
Por ejemplo, “si alguien hace un gemelo digital de un barrio de Madrid, se podría visitar tal como lo haríamos en la realidad pero a través de nuestras gafas de realidad virtual”. No obstante, Bolívar apunta que esto todavía no es posible del todo, porque “a la tecnología le queda para conseguirlo, aunque seguramente lo hará”.