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Qué es el metaverso, qué tiene que ver con Facebook y qué sabemos sobre el uso que se le da a día de hoy

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Este verano, el fundador y jefe ejecutivo de Facebook, Mark Zuckerberg, dijo que quería convertirse en “una compañía del metaverso''. Unos meses después, cambió el nombre de su compañía, Facebook Inc., a Meta Platforms Inc. (o Meta, para acortar) y aseguró que la empresa que antes llevaba el nombre de la red social ahora se centrará en trabajar en la expansión del metaverso. ¿Pero qué es exactamente y qué tiene que ver con esta compañía? Y lo más importante: ¿existe a día de hoy algo parecido a un metaverso? *

El metaverso se refiere a un mundo que sólo existe en el ámbito digital, pero en el que se pueden realizar actividades y experiencias como si estuviéramos en la vida real. Por ejemplo, tener reuniones de trabajo, quedar con amigos, comprar propiedades, acudir a conciertos o jugar, todo a través de unas gafas de realidad virtual. Y estas actividades tienen sus propias reglas sociales, políticas y económicas. Como resume a Maldita.es Édgar Martín-Blas, CEO de Virtual Voyagers, una empresa enfocada en estas experiencias virtuales, es “como cuando Mary Poppins entra al cuadro pintado en el suelo del parque y aparecen dentro de él”.

El origen del término está en los 90, en una novela de ciencia ficción

Las plataformas Roblox o Upland son algunos ejemplos de lo que podemos llamar metaverso. Incluso el popular juego Fortnite, aunque no se desarrolle con elementos de la vida real, supone “una puerta de entrada para millones de personas a estos entornos virtuales”, en palabras de Martín-Blas. De hecho, en el plan ‘Estrategia España 2050’, presentado hace unos meses por el Gobierno de España para los retos que encaramos las próximas décadas, ya se habla del “crecimiento del metaverso y la realidad virtual. Así, serán cada vez más frecuentes empleos como jardinero de Minecraft o entrenador de avatares”. 

El origen de este término se remonta a la década de los 90, cuando se menciona en la novela de ciencia ficción Snow Crash, de Neal Stephenson. El autor considera que el metaverso será el sucesor de Internet, un mundo basado en la realidad virtual y en el que estaremos inmersos, pues ahí se desarrollará gran parte de nuestra vida y marcará nuestra posición social. 

Puede que todo esto te haga pensar en un capítulo de Black Mirror, la serie de ciencia ficción de Netflix, porque, efectivamente, dedicó un capítulo a ello: Striking Vipers, el primer capítulo de la quinta temporada, en el que dos viejos amigos se reencuentran y mantienen una aventura exclusivamente a través de un juego de realidad virtual.

Imagen: Striking Vipers / Black Mirror

¿Cómo ha evolucionado esta predicción? Para Alberto Murcia, profesor de Filosofía en la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) y especializado en el estudio cultural de los videojuegos, el metaverso sería “un Internet encarnado, pues las fronteras se difuminan y el mundo virtual y el real formarían parte de la misma realidad”. Sin embargo, esa realidad todavía no existe, no al menos tal y como lo vaticinaba Stephenson.

“Estamos en una fase que llamaríamos mainstream, donde la tecnología ya es apta para el consumo masivo y muchas marcas (Apple, Facebook, Microsoft, TikTok…) ya están invirtiendo billones de dólares en este universo”, nos comenta Martín-Blas, de Virtual Voyagers. 

Este mundo digital tendría sus propias reglas sociopolíticas y económicas

Para él, “la democratización de este universo comenzó cuando se eliminó la complejidad de las gafas al no requerir un ordenador de alta gama y cuando su precio bajó de los 400 dólares”. Desde el punto de vista tecnológico, el reto está en el “acceso” a ese mundo virtual por parte de millones de usuarios y la interacción con elementos de nuestra vida real.

El impulso que está teniendo el metaverso en los últimos años viene asociado al crecimiento de las criptomonedas (las monedas virtuales) y a los NFT, un token no fungible que representa a un elemento digital único e intercambiable y que certifica tu propiedad sobre él. Por eso, la economía que se pueda generar en el metaverso tendría como protagonista fundamental a las criptomonedas, una divisa digital.

Este punto es importante para el investigador de la UC3M, ya que los magnates tecnológicos que más impulsan el metaverso, como Mark Zuckerberg (Facebook), Tim Sweeney (Epic, Fortnite) o Tim Cook (Apple), ya han mostrado su interés por tener ciudades “autónomas” en las que no rijan las leyes estatales. “Con su propio sistema económico, sus propias reglas y gobiernos, sin límites gubernamentales, impuestos o investigaciones para ponerles coto, estos directivos encuentran en el metaverso la plasmación de sus ideales libertarios”, explica Murcia.

Sus similitudes con lo que fue Internet en sus primeras décadas

Algo en lo que coinciden el CEO de Virtual Voyagers y el profesor es que el fuerte del metaverso es que afecta a un “todo”, como lo fue Internet en sus primeras décadas. “Se abrió un mundo nuevo para hacer mil actividades, como la formación, el trabajo o, posteriormente, las compras”, apostilla el primero. “Estar en Internet en su momento se trataba de una experiencia total en la que nuestros cuerpos se transformaban en otra cosa que podía, literalmente, habitar espacios que no tienen una dimensión real”, completa el segundo.

Además del ocio, el metaverso también puede ser utilizado como lugar de trabajo. Existen diversas plataformas, como GatherTown, que ofrecen a las compañías un metaverso en el que llevar a cabo sus reuniones y trabajos en equipo, para evitar las clásicas largas videoconferencias. O Nottopia, el proyecto de la Universidad de Nottingham para dar sus clases a través de la realidad virtual. Una vez más, estas son plataformas diseñadas para un objetivo más sencillo que el universo complejo y virtual que proponen ejecutivos como Mark Zuckerberg, de Facebook.

El metaverso puede entrañar riesgos sociales si se deja en manos de las grandes corporaciones

¿Qué implicaciones sociales tiene este metaverso que se busca diseñar? El investigador universitario señala que todo depende de si estas tecnologías dependerán solo de empresas privadas, como Epic o Facebook: “Acabaremos formando parte de un mundo pensado por y para la explotación de los recursos mentales de los usuarios, que pasaremos a ser consumidores, como ya pasa en plataformas como YouTube, Twitch o la propia Facebook”. Señala, además, “el peligro que pueden tener estas tecnologías si se convierten en indispensables para tener ocio o una vida digna”.

“Al eliminar el espacio de trabajo y llevarlo al metaverso, podría pasar que tu empleador te obligara a una constante disponibilidad en este espacio virtual. O que nadie te obligase a fichar porque los sistemas autónomos del metaverso ya habrán realizado un cálculo de productividad según tu uso del mismo a través de tu huella digital, que se conformará con toda nuestra actividad en otros lugares virtuales, como pasa ahora con las cookies”, concluye Murcia.

* Hemos actualizado esta pieza a 29 de octubre de 2021 para incluir el cambio de nombre de la compañía Facebook a Meta y su anuncio sobre el metaverso.


Primera fecha de publicación de este artículo: 01/10/2021

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