¿Alguna vez te has preguntado cómo funcionan los medidores de glucosa en sangre que no necesitan pinchar la yema de los dedos? Si es así, hoy es tu día de suerte. Te aclaramos que esos medidores, llamados no invasivos, usan un microfilamento metálico que alcanza el líquido que se encuentra entre las células bajo la piel. Suelen utilizarse en forma de parche que se coloca en la parte posterior del brazo. Además de evitar los pinchazos en la yema de los dedos para extraer una gota de sangre, estos medidores tienen la ventaja de que controlan los niveles de glucosa en sangre de forma constante, en vez de hacerlo de forma puntual.
Los medidores no invasivos miden la glucosa en el espacio entre las células debajo de la piel
Los medidores no invasivos llevan un microfilamento metálico muy fino donde está el sensor de glucosa que se introduce en el tejido intersticial subcutáneo (el espacio entre células debajo de la piel). Ese filamento tiene reactivos físicos que detectan la glucosa mediante una reacción química, explica a Maldita.es Manuel Botana López, endocrino miembro del Área de Diabetes de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). Se utilizan para controlar la evolución de los pacientes con diabetes, trastornos metabólicos en los que la glucosa en sangre está alta y permanece elevada, aunque hay que tener en cuenta que el nivel de glucosa en el tejido intersticial va con entre 4 y 5 minutos de retraso respecto al valor de glucosa en sangre, aclaran tanto Botana como un fabricante de estos dispositivos.
Este medidor tiene la forma de un parche duro que va pegado a la piel, habitualmente en la parte posterior del brazo. Cada sensor dura entre 7 y 14 días y resiste al agua. Al acercar el móvil al medidor, una app muestra los valores.
Ventajas de estos medidores
Aunque se considera un método no invasivo, la piel también se rompe “pero el microfilamento es tan fino que la persona prácticamente no se entera cuando se lo colocan, mientras que con los sistemas tradicionales tienes que lograr una gota de sangre haciéndote microcortes en las yemas de los dedos varias veces al día y es más traumático. El paciente se olvida del mecanismo no invasivo y te da el resultado de la variación de los niveles durante las horas previas mediante gráficas. En cambio, el método tradicional solo te da la información del momento exacto en que mides la glucosa”, aclara el endocrino Manuel Botana.
Para el experto, estos medidores no invasivos han mejorado mucho la calidad de vida a las personas con diabetes: “Han pasado de tener que pincharse varias veces al día haciendo microheridas en la punta de los dedos a dejar de hacerlo. Además, ahora hay un control continuo de los niveles de glucosa y no solo de forma puntual”. La persona con diabetes necesitará pincharse para medir los niveles en sangre solo para confirmar valores “raros”, cifras altas o bajas de glucosa, según Francisco Javier Escalada, director del Departamento de Endocrinología y Nutrición de la Clínica Universidad de Navarra.
La fiabilidad es similar entre los distintos sistemas
Según Botana, la fiabilidad entre las mediciones en sangre y en el tejido subcutáneo es similar. Los dispositivos están homologados y tienen ensayos clínicos detrás que los avalan antes de que se usen en clínica. “No hay dudas en torno a su fiabilidad, aunque no sea del 100%”, concluye.