Parece que llega el momento de ver la cara a quien se ha pasado los últimos nueve meses (puede que alguno menos) abultando una ya prominente barriga. Lo primero, por calendario; lo segundo, por la forma y la disposición de esta última. ¿Es cierto que una tripa ‘más baja’ (en inglés, baby dropping) quiere decir que se acerca el momento del parto? Lo es que sí.
Aunque no se observa en todos los embarazos, esta situación es bastante frecuente: “En las últimas semanas es normal sentir que la barriga baja. Se debe a que el bebé se encaja en la pelvis de la madre y provoca que el útero descienda un poco”, indica a Maldita.es Sonia Rombaut, coordinadora de obstetricia clínica de Dexeus Mujer. “De ahí la sensación de que la barriga baja”.
El encajamiento de la presentación fetal (normalmente la cabeza) dentro de la pelvis menor es un paso previo al inicio de la dilatación, según explica a Maldita.es Vicent Carmona, ginecólogo y maldito que nos ha prestado sus superpoderes. “Ese descenso de la cabeza hacia la pelvis lleva consigo un descenso o bajada del fondo uterino en las semanas previas al parto”, añade.
Este descenso puede suceder unas semanas antes de dar a luz o el mismo día del parto, así que no es motivo para preocuparse, según Rombaut. Es decir, no hay un día o una semana concretos a los que haya que prestar especial atención por ver si esto ocurre o no. “Además cada barriga es distinta y existen muchos factores que pueden influir en la forma. Por ejemplo la complexión física y la tonificación de los músculos abdominales de la madre, así como el número de embarazos anteriores”, concluye.
En mujeres que ya han dado a luz anteriormente, esta especie de ‘bajada de barriga’ ocurre normalmente más cercana al momento del parto: al haber pasado ya por ello, la pelvis suele necesitar menos tiempo para ‘ajustarse’ para el proceso. En madres primerizas, sin embargo, es habitual que ocurra con días e incluso semanas de anterioridad. El motivo es que sus músculos pélvicos necesitan ajustarse a la posición de nacimiento antes de que comience el parto.
Como consecuencia de una barriga más baja, la forma de esta puede variar. Además, “puede que resulte más fácil respirar” y que se experimente “menor ardor de estómago”, así como la necesidad de orinar con más frecuencia debido a la presión sobre la vejiga, como recuerdan desde el Children’s Hospital at Montefiore.
En este artículo ha colaborado con sus superpoderes el maldito Vicent Carmona, ginecólogo.
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Este artículo forma parte del 225º consultorio de Maldita Ciencia.