Crédito de imagen destacada: © UNICEF/UN0597997/ Skyba for The Globe and Mail
El ataque de Hamás a Israel y la respuesta de este que empezó el 7 de octubre, o el ataque de Rusia contra Ucrania de febrero de 2022 copan toda la actualidad*. Es muy complicado o directamente imposible que una niña o niño no se encuentre imágenes, vídeos o historias sobre estos conflictos. Nadie desea contar a un menor estas noticias pero, en ocasiones, lo mejor es asumir la realidad y explicar el mundo en el que vivimos.
En Maldita.es hemos contactado con expertas en psicología y en abordaje de traumas, crisis y estrés que nos explican la manera más adecuada de que una niña o niño entienda qué está ocurriendo en estas situaciones. También sugieren cómo iniciar esta conversación, además de algunas pautas y recomendaciones sobre temas de los que hablar y cosas a evitar en momentos delicados como los actuales.
Decir la verdad
Una de las primeras claves que nos transmiten las expertas es que no tiene sentido omitir lo que está ocurriendo en las conversaciones cotidianas con niñas y niños.
Ingeborg Porcar, directora técnica de la Unidad de Trauma, Crisis y Conflictos de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), comenta a Maldita.es que “a partir de los tres años y medio es imposible que los niños no se enteren de lo que está pasando”. Bien sea porque lo escuchen en las conversaciones de los ‘mayores’, en sus amistades o en los medios, “las imágenes, ruidos y la sobreinformación están en todos lados”. “Las familias que piensan ‘mi hijo no se ha enterado de nada’ que sepan que es casi imposible”, indica la experta.
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— Defensoría de la Niñez (@defensorianinez) February 24, 2022
¿Cómo hablar de la guerra con niños y niñas?
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“Los niños no son tontos ni sordos, oyen las conversaciones de sus padres y les llega muchísima información de diversas fuentes”, señala a Maldita.es María Paz García-Vera, catedrática de Psicología clínica de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). “Jamás hay que mentirles, deben conocer la verdad porque, si no, se sentirán engañados”.
Guiar con preguntas y adaptar la conversación al desarrollo del niño
Esto, por supuesto, no es una carta blanca para explicar con pelos y señales qué está sucediendo en los lugares donde se desata la violencia. Debemos contar con cuál es la información que conoce previamente el niño o niña y, en cualquier caso, adaptar el relato a la edad y su desarrollo.
“Los niños estos días deben estar jugando en el patio del colegio diciendo que es la tercera guerra mundial. Absorben información, pero no saben cómo colocarla, y es ahí donde un adulto puede explicar y reconducir qué está pasando”, aconseja Aurora Gómez, psicóloga clínica, en conversación con Maldita.es.
Gómez incide en la importancia de las narrativas que se utilizan para explicar qué sucede en Israel Ucrania o qué es una guerra, en general. “Me preocupa que se enfoque como si fuéramos un soldado con salud infinita, recursos infinitos y potencial infinito. Pero en la vida real no es como un videojuego ni es eso: hay ancianos que tienen que huir y niños refugiados que se van a un nuevo país en el que no conocen el idioma”.
Por su parte, Porcar opina que antes de que el niño cumpla nueve años puede ser importante sacar el tema “porque si no, pueden entender mal muchas cosas y esto genera miedos”. Más allá de los nueve años, “se puede aprovechar para hablar de gestión de conflicto, no violencia y tratar estos temas”. Son precisamente los nueve años el límite de edad que la experta considera apropiado para dividir el cómo se explica a los más pequeños un conflicto violento del que se esté hablando en los medios. Sin olvidar, eso sí, que se trata de una aproximación: “No existe una regla de oro, dependerá de la edad y del desarrollo”.
La experta de la UAB expone una herramienta para saber qué conversaciones puede tener una niña o niño: “Sacar las antenas”. ¿Cómo? “Con preguntas muy sencillas como ‘los mayores estamos preocupados por esto, ¿te has enterado de algo?’”. En su opinión, si el joven sabe poco o no muestra preocupación “no hay que entrar forzadamente a aumentar” el volumen de información. En caso de que sí muestre cierta inquietud “hay que recoger y ayudar a entender”.
García-Vera añade a esto que cuando el menor explique qué sabe y opine sobre un determinado conflicto que se esté produciendo, hay que prestar atención a “qué sabe, qué le preocupa, si hay algo que ha visto y le inquieta y cómo se siente”. Es muy importante escucharle “con mucha paciencia y no interrumpirle”. Además, recomienda guiar la conversación con preguntas como ‘¿qué has querido decir con eso?’ o ‘¿cómo te has sentido?’. En caso de que no quiera hablar, “tampoco hay que obligarle ni asustarle”.
Posibles preguntas
- Los mayores estamos preocupados por este tema. ¿Te has enterado de algo?
- ¿Qué es lo que sabes?
- ¿Cómo te sientes?
- ¿Qué piensas de esto?
- ¿Hay algo de este asunto que te preocupe?
Limitar la exposición a noticias sobre los ataques, conflictos y guerras
Otra de las cuestiones que hemos planteado a las expertas desde Maldita.es es si ven o no conveniente que niñas y niños eviten o controlen en mayor medida el tiempo dedicado a ver noticias y estar pendientes de la actualidad.
García-Vera está a favor de limitar cuanto se pueda la exposición a las imágenes de la guerra, tanto en niños como adultos. “Estudios en psicología afirman que las imágenes en televisión de conflictos o un atentado son las que más impacto tienen en trastornos depresivos, ansiedad y estrés postraumático. No tiene sentido que los niños estén expuestos a eso todo el día”.
A esto se le añade que la cognición de los más pequeños funciona de una manera diferente cuando están expuestos a estas imágenes. “No siempre son conscientes de lo que significa: les puede parecer lo mismo el telediario que una película”, valora. Porcar agrega que si un niño ve los mismos vídeos, imágenes y recursos de la guerra ocho veces, “va a creer que ha pasado ocho veces. No va a distinguir que se trata de la misma imagen hasta que sea algo más mayor”.
A estos consejos, Gómez añade otros también aplicables a adultos, sobre todo a quienes les afecta la violencia gráfica: elegir medios “que no sean amarillistas”, escoger vías de información ‘controlables’ y, si es necesario, “navegar bloqueando imágenes”.
Sobre evitar el amarillismo, la psicóloga recuerda que el morbo puede generar malas pasadas, ofrecemos una visita a una página y se ‘alimenta’ ese consumo que puede ser nocivo para otras personas. En cuanto a las vías de información, incide en que es mejor optar por un podcast o un artículo porque el espectador puede parar la emisión de manera consciente. En televisión, sin embargo, “no sabes qué imagen te va a saltar tres segundos después”.
La experta de la Unidad de Crisis de Barcelona prefiere enfocar este asunto asumiendo que “es imposible huir de la sobreinformación”. “Hay que tratar de dosificarla, pero ser conscientes de que es imposible evitarla. En algún momento, los pequeños lo verán en redes sociales, pasearán junto a un kiosco o verán la tele”. Es entonces cuando el acompañamiento de los adultos es vital, para controlar qué ven y hacerles entender qué sucede.
No solo es importante la exposición a estas imágenes, también la manera que tienen los adultos de reaccionar ante ellas, delante de niñas y niños. “La interpretación que los niños hacen es la que nosotros transmitimos, por ello es fundamental no expresar e inducir miedo, comentarios que les hagan temer por su vida, y hablar de todo esto en un tono tranquilo, calmado”, destaca la catedrática. “Al fin y al cabo, ellos ven el mundo a través de nuestros ojos y, si expresamos intranquilidad, eso les genera una ansiedad que todavía no van a saber manejar”.
Transmitir calma, seguridad y cariño
Ser capaces, como adultos, de transmitir calma, seguridad y cariño es una de las claves, según nos explican las expertas. Los menores necesitan vivir en un mundo seguro a través de los ojos de los mayores. Por tanto, debemos tratar de mantener, en la medida de lo posible, una actitud de tranquilidad delante de los pequeños.
García-Vera apunta que es normal que los adultos se muestren tristes, en alerta o enfadados, “pero siempre deben tener emociones que están bajo su control. Lo que no es recomendable es que se encuentren ante padres desconsolados”. Si la situación supera a estos mayores, aconseja que los niños “hablen con una persona cercana y que esté calmada”.
Del mismo modo, es vital transmitir a los pequeños el cariño, “que se sienta querido, apoyado en sus mayores y de manera incondicional”. Una buena frase que ejemplifica esto es: “‘Podemos estar más o menos tranquilos, pero quererte te vamos a querer siempre’, y acompañarlo de demostraciones de afecto, con abrazos”, continúa García-Vera.
Un consejo de Porcar es tranquilizar (y mostrar seguridad) a los niños explicando la distancia física que separa sus casas de los lugares que aparecen en las noticias. Para los niños en España, por ejemplo, “esto se puede hacer diciendo que es un sitio al que tendríamos que viajar en coche durante tres días seguidos”.
Otra manera es comentarles que, a pesar del sufrimiento que se ve en las imágenes, existe ayuda y se está haciendo todo lo posible para que las personas vulnerables de esos lugares no lo pasen mal. “Hay que decir que no es un festival, que es una cosa triste y que a veces los niños lloran o no podrán ir al colegio, pero que, incluso en zonas de guerra, se intenta ayudar y evitar sufrimiento”, resume.
Mantener rutinas, hábitos y un clima de tranquilidad y control
Parte de esta tranquilidad y seguridad que se busca transmitir a los niños pasa por no alterar sus rutinas, a pesar de que ocurran cosas preocupantes y tristes en otros lugares. “Los hábitos les dan a los niños muchísima seguridad, control y les permiten ver qué está pasando y qué pasará después. Esto es fundamental”, expone García-Vera, destacando que hay que prestar especial atención a las rutinas de descanso y de alimentación.
Porcar expone este mismo consejo con ejemplos prácticos: “No debemos ceder a presiones de ruptura de la normalidad, como dormir juntos o dejar de comer judías verdes”. Estos cambios en la rutina de los pequeños, aunque se hacen con buena intención, “confirman que hay una situación excepcional y peligrosa para nosotros. La normalidad en España sigue y no debería romperse para los niños”.
Todo ello, llevado con el tacto que requiere darse cuenta de que hay personas en otros lugares ‘pasándolo mal’, algo que es fruto de la empatía humana: “Si a partir de eso hay un miedo repentino de ir al lavabo, lo entendemos, pero no se puede romper esta normalidad”, apunta.
¿Qué debería hacerse si la niña o niño ha cogido miedo a algo? García-Vera reconoce que esto forma parte del desarrollo del menor y recomienda “acompañarle para ir superándolo, demostrando que los valientes no son los que no tienen miedo, sino los que, a pesar de tenerlo, lo superan”. Si la situación se vuelve insostenible, lo recomendable sería comentar esta situación con los educadores del niño.
Para niñas y niños que viven esto más de cerca
A veces, estas situaciones trastocan a la fuerza la tranquilidad y seguridad de niños y mayores con un vínculo directo con la zona de conflicto, como es el caso de aquellas personas con familiares en Palestina, Israel, Ucrania o cualquier otro país afectado, o que directamente se encuentren en este país. Para esta situación, muchísimo más delicada, García-Vera insiste en intentar, en la medida de lo posible, “mantener un clima de calma y que los hijos no vean el miedo en los ojos de sus padres”.
Un consejo para sobrellevar esta situación es que los niños “intenten llevar señales de seguridad, como un juguete o un peluche”. Este gesto ayuda a que los pequeños estén “en un ambiente más cercano a la rutina, a la confianza” y, según la catedrática, les ayuda a visualizar que siempre tendrán una alternativa, “algo de control sobre la situación, que pueden hacer algo”.
Esto no significa pasar por alto los miedos y preocupaciones de una situación de guerra. “Lo adecuado es normalizar esos miedos, ver que son normales, y que por eso se toman medidas para ir a refugios y estar seguros, tranquilos y protegidos”, señala la catedrática, como consejo para transmitir calma.
¿Es una opción mentir para transmitir tranquilidad? García-Vera apunta que “cuando son niños en esta situación, obviamente hay que mentirles a veces” para lograr esto. “A nadie se le ocurre decir a un niño en una operación grave que hay X posibilidad de que salga mal, sino que se dice que no pasará nada y que saldremos adelante. Y si sale mal, seguiremos buscando una manera de explicarlo”, ejemplifica.
Es obvio que no todas las personas adultas son capaces de mantener este nivel de tranquilidad en una situación como la actual, pero es importante que al menos “se sepa que esto es una vía adecuada” y que se sea consciente de que “generar ansiedad y miedo a los niños solo les bloquea”, concluye.
Una oportunidad para explicar la solidaridad, la diplomacia y la ayuda humanitaria
Gómez destaca que la preocupación que se generan en estos momentos (en adultos y niños) pueden transformarse en una oportunidad para mostrar solidaridad. “La ansiedad es una emoción preparatoria y la tenemos que entender", no tanto para prepararnos para una guerra, porque nos pilla fuera de nuestras fronteras, sino para pasar a la acción y hacer cosas que están en nuestra mano, como puede ser “ayudar en la acogida de refugiados y mostrar nuestro apoyo en concentraciones y protestas”, opina.
En el caso de los más pequeños, la psicóloga ve este contexto como una oportunidad para explicar que, a pesar de que los humanos “llevemos muchos siglos de guerras y conflictos”, hemos inventado mecanismos para intentar pararlos y mitigar sus efectos, “como la diplomacia y la ayuda humanitaria”.
En 'Maldita.es' os estamos contando en este recopilatorio todos los bulos y las desinformaciones sobre Gaza e Israel, como hicimos en este recopilatorio con todos los bulos y desinformaciones que desmentimos sobre la invasión de Rusia a Ucrania. Si detectas alguno más, puedes hacérnoslo llegar a través de nuestro chatbot de WhatsApp al +34 644 22 93 19. Además, fact-checkers de todo el mundo nos unimos para crear una base de datos mundial y colaborativa, #UkraineFacts, para luchar contra la desinformación sobre el ataque de Rusia a Ucrania. En el mapa, puedes ver en qué países se ha detectado cada desinformación y acceder a los desmentidos.
*Hemos modificado este artículo, que originalmente trataba de cómo hablar con los niños y niñas sobre el ataque de Rusia a Ucrania, para que sirva para hablar con ellos de otros conflictos violentos.
Primera fecha de publicación de este artículo: 28/02/2022