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Si eres primerizo, probablemente tengas muchas dudas al respecto. Y aun sin serlo, aun habiendo pasado por aguja y tinta, también. Aunque los percibamos como simples (y no tan simples) dibujos sobre la piel, los tatuajes generan dudas de todo tipos a novatos y veteranos: ¿son perjudiciales para la salud? ¿Pueden las personas que tienen uno (o varios) donar sangre? ¿Qué pasa si decidimos tatuarnos en verano? Hoy recopilamos todo lo que hemos contado en Maldita Ciencia sobre tatuajes y abrimos la veda para que nos sigáis preguntando por ellos.
Los efectos adversos de los tatuajes son excepcionales (siempre que acudamos a centros homologados y a profesionales cualificados)
En nuestro entorno y en las condiciones adecuadas, tatuarse es una práctica segura y sus efectos adversos sobre la salud, excepcionales. Es cierto que, inmediatamente después de hacernos un tatuaje, la piel se enrojece y se inflama. Es una respuesta normal frente al traumatismo generado por las agujas y la introducción de la tinta en la piel, que vuelve a su estado normal en pocas semanas.
Sobre la posible vinculación de los tatuajes con un mayor riesgo de cáncer, hasta la fecha no se ha podido establecer una relación entre ambos. De hecho, se considera que las posibles asociaciones son de carácter casual y no causal. Como recomendaciones prácticas, los dermatólogos aconsejan que la tinta nunca cubra lunares o nevus y dejar un espacio de seguridad a su alrededor.
Tatuarse activa el sistema inmunitario y puede causar fiebre y malestar
Puede que lo hayas sufrido o no en tu propia piel, y nunca mejor dicho, pero es bastante habitual: cuando una persona se hace un tatuaje, sobre todo si este tiene un tamaño más o menos considerable, el cuerpo interpreta que las gotas de tinta suponen una amenaza para su bienestar. Es entonces cuando el sistema inmunitario se pone las pilas e intenta acabar con ese supuesto peligro potencial. De ahí que la respuesta a la pregunta ‘¿Pueden los tatuajes causar síntomas como fiebre y malestar?’ sea que sí.
Normalmente, hablamos de una reacción ‘inofensiva’ de nuestro cuerpo coordinada por el sistema inmunitario: lo que ocurre al ‘romper’ la piel con la aguja de la máquina de tatuar es que se desencadenan una serie de mecanismos de defensa, lo mismo que ocurriría frente a un patógeno. El motivo es que el cuerpo no es capaz de diferenciar si lo que está ocurriendo en la piel es que está siendo tatuada (una agresión voluntaria y, a la larga, inocua) o si está sufriendo una quemadura o una infección que sí afecte a la salud.
Cómo un láser consigue borrar un tatuaje y por qué
Un tatuaje es el resultado de la inyección de gotas grandes de tinta en la dermis, la segunda capa de la piel. Al ser partículas tan grandes, los macrófagos (un tipo de células del sistema inmunitario) no son capaces de eliminarlas. De ahí que el tatuaje permanezca. Para eliminarlo a través de láser, la forma más eficaz y segura siempre que se realice bajo control médico, se utilizan longitudes de onda (intervalos del espectro electromagnético) muy concretos capaces de destruir los pigmentos de color sin lesionar las estructuras cercanas.
En contacto con el láser, las gotas de tinta se calientan y se fragmentan en otras mucho más pequeñas. De esta manera, los macrófagos sí pueden ‘hacerse con ellas’ y eliminarlas: lo que hacen es fagocitarlas, es decir, las introducen en su interior, viajan por los ganglios linfáticos y las presentan a los linfocitos (un tipo de glóbulos blancos que también forman parte del sistema inmunitario).
Por qué no es recomendable tatuarse en verano
¿Es cierto que es mejor no hacerse tatuajes en verano? Depende. Lo que es seguro es que, si normalmente ya se recomienda prestar especial atención a su cura, en los meses de verano es posible que esta atención deba ser aún mayor. El motivo en sí mismo no es que sea o no verano, sino lo que asociamos a él: una temporada de mayor exposición al sol, calor, piscinas y playa; condiciones que, como en el cuidado de cualquier otra herida, conviene evitar.
Por qué las cremas exfoliantes no estropean los tatuajes y qué puedes hacer para cuidarlos
Si alguna vez has oído eso de que, cuanto más se exfolie un tatuaje, más tinta de este se elimina, que sepas que no es cierto: la exfoliación no estropea los tatuajes curados. Esta actúa sobre la epidermis, la capa externa de la piel, y no afectan a la tinta del tatuaje, que se queda en la dermis, justo por debajo.
Eso sí, en caso de un tatuaje reciente o con la piel levantada, mejor no frotar sobre él ni utilizar productos exfoliantes. Tampoco es buena idea usarlos sobre zonas sensibles (pero en el caso de que este aún esté reciente o con la piel levantada, no aconsejan frotar o usar productos exfoliantes. Tanto el medio especializado como Berbegal aclaran que tampoco es recomendable usar en exceso los exfoliantes sobre zonas sensibles (el contorno de ojos, la piel del escote…).
Sí, una persona con tatuajes puede donar sangre (pero en España tiene que esperar cuatro meses desde que se los hizo)
Tener tatuajes no te impide ser donante de sangre. Si vives en España, solo tienes que esperar cuatro meses después de realizarte el tatuaje. Esta información se encuentra claramente en la web “Donar Sangre” de la Cruz Roja. En algunos países este periodo cambia, como en México, donde piden doce meses de espera. En otros, como Estados Unidos, puedes donar inmediatamente, siempre que te hayas hecho el tatuaje en un centro acreditado.
Una mujer con un tatuaje en la zona lumbar, ¿podrá recibir anestesia epidural en el parto?
A pesar de que ha sido un tema que ha generado dudas, hay estudios que señalan que, en ausencia de una contraindicación médica clara, una embarazada con un tatuaje en la zona baja de la espalda, la lumbar, no tiene por qué evitar la anestesia epidural antes del parto.
La causa de los posibles riesgos a los que se ha hecho referencia durante años al hablar sobre esta situación ha sido la posibilidad de introducir restos de tinta en el sistema nervioso central. Sin embargo, la literatura científica de los últimos 18 años no recoge ni describe ningún caso de problemas neurológicos o complicaciones relacionados con haber recibido anestesia epidural y tener un tatuaje en esta zona de la espalda.
