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Aprovechando la pregunta que resolvimos hace unas semanas sobre los trayectos de avión que tardan mucho menos en un sentido que en otro, nos habéis hecho llegar para esta semana otra duda relacionada con los vuelos: ¿por qué se apaga la luz de cabina —la del interior de los aviones— en momentos críticos del vuelo, como el despegue o el aterrizaje? Os contamos lo que sabemos y os avanzamos, como curiosidad, que tiene mucho que ver con la misma razón por la que se cree que los piratas usaban un parche en el ojo.
Según nos confirma Jorge Barros, piloto de línea aérea y maldito que nos ha prestado sus superpoderes, las luces de cabina se atenúan cuando se vuela de noche (o en condiciones de oscuridad) durante varias fases críticas del vuelo: el rodaje (el trayecto del avión que realiza por el suelo), el despegue, aproximación y aterrizaje. Esto se hace para que, en caso de evacuación, la vista ya esté adaptada a las condiciones de luz en el exterior y no se pierda ese valioso tiempo en caso de emergencia.
“Esto facilita las evacuaciones y además permite ver con más facilidad las bandas luminosas que recorren el suelo de los pasillos, ya que estas son muy tenues pero muy importantes para encontrar el camino correcto a las salidas en caso de una pérdida total de electricidad o de una situación importante de humo en el interior”, explica Barros.
Este fenómeno de adaptar la vista a la oscuridad suele tardar entre 20 y 30 minutos para alcanzar su máxima sensibilidad, esto es, desde que una persona pasa de una habitación con suficiente iluminación hasta que transiciona a una más oscura y puede distinguir los objetos y distancias con precisión, según explica en este artículo de Scientific American Rafael Caruso, investigador del Instituto Nacional del Ojo de Estados Unidos.
Esta adaptación conecta con los mismos motivos por los que se cree que los piratas empleaban un parche: para tener un ojo siempre aclimatado a condiciones de oscuridad y poder bajar a la bodega de la embarcación sin tener que esperar ese tiempo de adaptación a la oscuridad. Aunque el empleo de los parches de ojo para adaptar la vista a diferentes condiciones de luz se ha investigado (e incluso se ha nombrado en literatura científica como “parche pirata”), no hay evidencia histórica que confirme que este era el motivo por el que los piratas antiguos usaban parches, aunque el método cumpliría su función según la literatura científica.
Volviendo a los aviones, otra cosa que se hace para conseguir esta adaptación visual a la luz en las fases críticas es mantener subidas todas las persianas de las ventanillas. Esto, detalla el piloto, cumple otra función de seguridad: “En el muy improbable caso de impacto contra el suelo en el que el avión quedase en una posición anormal, boca abajo por ejemplo, los pasajeros tendrán una referencia visual sencilla en el exterior para orientar su equilibrio”.
Un último caso en el que se atenúan las luces de cabina es en fase de crucero y por la noche, tras realizar el servicio de cenas, “para permitir dormir a los pasajeros”, concluye Barros.
En este artículo ha colaborado con sus superpoderes Jorge Barros.
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