Aunque ya tengamos bastante lejos el recuerdo del verano en el hemisferio norte, nos siguen llegando consultas sobre si es posible sufrir algún daño o dolor por usar el aire acondicionado o beber agua muy fría. En este caso, nos habéis preguntado por si ambas cosas pueden causar dolor de garganta y, de ser así, qué es exactamente lo que lo causa.
Según explica Braulio Correa, especialista en otorrinolaringología y maldito que nos ha prestado sus superpoderes, la mayor parte de los casos de dolor agudo de garganta "son causados por infecciones virales y bacterianas" y no por la mera exposición al frío del agua o el aire. En otra pieza dedicada a daño en las cuerdas vocales por bebidas frías, Pedro Cabrera, presidente de la comisión de Voz de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC), ya explicaba que los líquidos fríos "no suelen ser la causa de los problemas de garganta".
Existen investigaciones científicas que han intentado, sin éxito, buscar algún tipo de relación entre exposición al frío (mediante bebidas, comidas o a la temperatura del aire) e infección respiratoria alta, un término que incluye a varias enfermedades como la rinosinusitis, la faringitis, la laringitis, la otitis media y el resfriado común. Así, esta revisión publicada en la revista Rhinology explora diferentes mecanismos por los que el frío pudiera tener incidencia con la infección respiratoria alta y concluye que "no hay evidencias que soporten ninguna relación entre la ingesta de bebidas y alimentos fríos ni la hipotermia con este tipo de infección".
Ahora bien, al igual que ocurre con el resfriado o la gripe estacional, el frío no es el causante del dolor de garganta (ni de las otras dos enfermedades), pero sí que ayuda a que los mecanismos de defensa de nuestro cuerpo se debiliten y puedan estar más expuestos a enfermedades que causan este dolor. Según explicaba Carlos Ramírez, en 2016 miembro de la Junta Directiva de la SEORL-CCC, a Infosalus, el aire frío de los equipos de refrigeración "provoca que los cilios (estructuras de la membrana mucosa de la garganta) pierdan movilidad y, por tanto, la circulación se vuelva más lenta o incluso cese, lo que puede dar lugar a la aparición de sinusitis y otitis".
En este artículo ha colaborado con sus superpoderes el especialista en otorrinolaringología Braulio Correa.
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Primera fecha de publicación de este artículo: 13/12/2021