Un contenido de la web laverdadofende.blog afirma que la tasa de aborto espontáneo entre mujeres embarazadas tras recibir la vacuna contra la COVID-19 es del 81,9%. El porcentaje procede de un artículo en el que supuestamente se revisan los datos publicados en un estudio realizado por investigadores de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.
No obstante, esta tasa no es correcta porque sólo tiene en cuenta un número reducido de embarazos que finalizaron durante el estudio y no todos los que se incluyeron en la investigación, a los que se les realizó el seguimiento después. De hecho, los investigadores publicaron datos actualizados y observaron que el riesgo acumulado de aborto espontáneo desde la semana 6 hasta la semana 20 de gestación fue del 14,1%, cifra compatible con la estimación de aborto espontáneo en la población general.
Además, la supuesta tasa fue publicada en un artículo de la revista Science, Public Health Policy, and the Law, fundada por James Lyons-Weiler, quien ha difundido otras desinformaciones sobre la pandemia de COVID-19. Y uno de los dos autores del artículo, Simon Thornley, profesor de epidemiología de la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda), también ha defendido posturas antivacunas.
Esta verificación ha sido realizada en el marco del proyecto #VacúnaTE que Maldita.es y la agencia de noticias Servimedia desarrollan contra la desinformación sobre las vacunas de la COVID-19 con el apoyo de Google News Initiative.
El estudio de los CDC
El pasado 17 de junio, The New England Journal of Medicine (NEJM) publicó un artículo denominado 'Hallazgos preliminares de la seguridad de la vacuna de ARNm Covid-19 en mujeres embarazadas', realizado por investigadores de los CDC. El estudio utilizó datos de varios sistemas de vigilancia de seguridad de las vacunas de EEUU y se realizó entre el 14 de diciembre de 2020 y el 28 febrero de 2021, un periodo de casi tres meses (por tanto, el estudio no cubre los 9 meses que dura un embarazo).
Se inscribieron 3.958 participantes a la investigación y se tuvo en cuenta en qué momento del embarazo se habían vacunado: antes de la concepción o en el primer, segundo o tercer trimestre.
827 finalizaron el embarazo durante el periodo de estudio: 712 mujeres dieron a luz; 104 sufrieron un aborto espontáneo; se registró un caso de muerte fetal y hubo 10 casos con otros resultados (como aborto inducido y embarazo ectópico).
El estudio calculó que los abortos espontáneos suponían el 12,6% de los embarazos que finalizaron durante el periodo de estudio (104 de 827 en total). Un porcentaje comparable a la estimación de aborto espontáneo en la población general, que va desde el 10 al 26%.
Ahora bien, el estudio especifica que 700 de los 712 embarazos que terminaron en parto eran casos de embarazadas a las que se vacunó durante su tercer trimestre.
A raíz de este dato, empezaron a circular contenidos que señalaban que esas 700 mujeres embarazadas a las que se vacunó durante su tercer trimestre no estaban en riesgo de sufrir un aborto espontáneo, ya que este se produce antes de la semana 20 de gestación.
Esos contenidos afirmaron que, por tanto, la tasa de aborto espontáneo era del 82%. Para hacer el cálculo, restaron esos 700 casos al total de los 827 embarazos que finalizaron, obteniendo 127 embarazos finalizados.
De este modo, si comparamos los 104 casos de aborto espontáneo con este nuevo denominador (127), obtenemos que el 81,9% de las embarazadas antes de su tercer trimestre experimentó un aborto espontáneo tras vacunarse. El artículo de Science, Public Health Policy, and the Law, publicado en noviembre, reproduce este mismo cálculo.
Por qué no es correcto afirmar que la tasa de aborto espontáneo observada en el estudio es del 81,9%
No obstante, este dato no representa la tasa de aborto espontáneo obtenida en la investigación porque no tiene en cuenta los resultados de gran parte de las mujeres que todavía estaban en el principio de su embarazo cuando acabó el estudio. De las 3.958 participantes que se inscribieron, 92 se vacunaron antes de la concepción y 1.132 lo hicieron en el primer trimestre del embarazo.
La propia investigación advierte de ello:
"Si bien se han completado algunos embarazos con vacunación en el primer y principios del segundo trimestre, la mayoría están en curso, y se necesita una comparación directa de los resultados sobre la base del momento de la vacunación para definir la proporción de abortos espontáneos en esta cohorte".
Victoria Male, inmunóloga en el Imperial College de Londres, explicó en un hilo de Twitter que la investigación se realizó durante 3 meses. Por tanto, la única manera de que una mujer embarazada en su primer trimestre hubiera completado el embarazo en esos 3 meses - y formado parte de esos 827 embarazos finalizados - es que hubiera sufrido un aborto. "Es una estadística un poco sin sentido", señaló Male.
But this is a bit of a meaningless statistic, since the only way you can complete your pregnancy within 3 months, starting in the first trimester, is to miscarry. 14/
— Viki Male (@VikiLovesFACS) July 1, 2021
El 8 de septiembre, en respuesta a una carta enviada al editor, los autores de la investigación aseguraron que en el artículo faltaba información de seguimiento de la mayoría de mujeres que se habían vacunado antes de la concepción o en el primer trimestre del embarazo. Posteriormente, completaron el seguimiento de esos embarazos e inscribieron a personas adicionales al estudio.
El 14 de octubre, los investigadores publicaron datos actualizados de la investigación a fecha del 19 de julio, que incluía a 2.456 embarazadas que se vacunaron antes de la concepción o antes de la semana 20 de gestación. Los investigadores observaron que el riesgo acumulado de aborto espontáneo desde la semana 6 hasta la semana 20 de gestación fue del 14,1%.
"Nuestros hallazgos sugieren que el riesgo de aborto espontáneo después de la vacunación con ARNm Covid-19, ya sea antes de la concepción o durante el embarazo, es consistente con el riesgo esperado de aborto espontáneo", concluyeron.
Las mentiras embarran el debate público y pueden ser peligrosas para la salud. La información verificada sobre el COVID-19 marca la diferencia. La verificación está bajo ataque. Si nuestro trabajo te es útil y crees que es más necesario que nunca, pincha aquí para hacerte Embajador/a y ayúdanos a luchar contra los bulos de la pandemia.
Fact-checkers de más de 70 países nos hemos unido para luchar contra las mentiras y la infodemia que ha traído consigo la pandemia de coronavirus. Puedes consultar los desmentidos en la base de datos CoronaVirusFacts del International Fact-Checking Network (IFCN) .