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MALDITA CIENCIA

Por qué la "cartilla COVID" para diferenciar a los que tienen anticuerpos contra el coronavirus es una mala idea a nivel cientifico, ético y legal

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  • Distintas autoridades han planteado en los últimos meses crear un pasaporte inmunitario o "cartilla COVID".
  • Se trataría de un documento que señale a quien ha pasado la enfermedad o ha mostrado tener anticuerpos en un test serológico y por tanto, supuestamente, sería inmune ante posibles contagios.
  • La idea tiene un grave inconveniente es científico: a día de hoy no sabemos cuánto dura la inmunidad que proporcionan esos anticuerpos.
  • También hay críticas éticas y sociales: entre otras cosas, provocaría discriminación entre los testados que hayan dado positivo y los que no puedan acceder a los test.
  • Por último están los problemas legales: los datos personales médicos y clínicos tienen el nivel más alto de protección legal.

Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid ha puesto este martes sobre la mesa una idea polémica: la de crear una cartilla COVID, un documento que acredite que alguien ha pasado la enfermedad o ha desarrollado anticuerpos. En el mes de abril, en pleno confinamiento y escalada de la pandemia, ya explicamos aquí lo que se sabía entonces sobre los también llamados "pasaportes de inmunidad", y aquí las compañeras de Maldita Tecnología explicaban las particularidades de un proyecto de este tipo que pensaba implantar el Gobierno de Canarias. La Generalitat de Cataluña también estudió la posibilidad de crear un sistema de control de este tipo.

Qué es la "cartilla COVID"

De momento solo se conoce lo que ha anunciado Isabel Díaz Ayuso en rueda de prensa: que será un proyecto experimental similar a una cartilla de vacunación en la que quedará registrado si una persona ha pasado la enfermedad o si aparece que tiene anticuerpos en un test serológico.

La idea sería que este documento permita a las personas supuestamente inmunes llevar una vida más normal, accediendo a establecimientos. En el momento del anuncio ha hecho mención concretamente a los gimnasios, lugares con un alto riesgo de contagio de los que ya os hablamos aquí.

Críticas científicas: no sabemos cuánto dura la inmunidad

Como decimos, establecer un sistema de identificación de personas supuestamente inmunes al coronavirus no es nuevo. Las mismas críticas que surgieron en abril ante esta idea han vuelto a escucharse ahora.

https://twitter.com/agencia_sinc/status/1288072964206927872?s=20

El primer argumento en contra de este sistema es el científico. A día de hoy no sabemos cuánto tiempo dura la inmunidad después de haber generado anticuerpos contra la COVID-19 y por tanto es un riesgo distribuir documentos que den más libertad a unas personas que a otras basándose en tests serológicos que detectan esos anticuerpos, además de crear una falsa idea de seguridad en las personas que los reciban.

"Todavía no sabemos cómo se traduce la detección del anticuerpo de SARS-CoV-2 en la protección de un individuo. Por lo tanto, usar estos test de anticuerpos como la base de “pasaportes inmunológicos” podría ser perjudicial si las personas que dan positivo se sienten seguras, ya que podría producir una falsa sensación de seguridad contra la reinfección", decía Juliet Bryant, experta en diagnóstico serológico, en esta entrevista para la Agencia Sinc.

Problemas éticos y sociales: discriminación en base a la salud

Además, crear esta cartilla COVID es una medida con un enorme trasfondo ético y social. En esta carta publicada en la revista Nature, Natalie Kofler y Françoise Baylis, expertas en bioética y en la interacción entre ciencia y ciudadanía, recogen diez motivos por los que los pasaportes inmunitarios son una mala idea, y varias de ellas tienen que ver con las repercusiones éticas y sociales. Estas son algunas de ellas:

  • Dado que el volumen de testado para que todos los ciudadanos tengan acceso igualitario a estas pruebas es ahora mismo inalcanzable, esto creará una desigualdad importante entre quienes puedan acceder a los test y los que no podrán hacerse las pruebas.
  • Si haber pasado la COVID-19 y haber desarrollado anticuerpos resulta tener determinadas ventajas, eso se convertirá en un incentivo para contraer la enfermedad, lo cual es un riesgo para la vida de las personas además de una amenaza para los sistemas de salud públicos que deben atender a esas personas.
  • La discriminación laboral en base a la salud puede hacerse común y explícita si una empresa tiene forma de comprobar si sus trabajadores o potenciales trabajadores cuentan con una supuesta inmunidad que les aseguraría mantenerse en su puesto de trabajo ante las consiguientes oleadas de la enfermedad.

Aunque estas son las consecuencias más inmediatas, Kofler y Baylis van un paso más allá y aventuran lo que podría ocurrir si estos sistemas se normalizan: los grupos minoritarios podrían sufrir un escrutinio más intenso y otras cuestiones relacionadas con la salud podrían terminar incluyéndose en estos documentos y ampliando la discriminación que pueden generar.

La sensibilidad legal de los datos médicos

Pepe Alcamí, virólogo e investigador del Instituto de Salud Carlos III recuerda a Maldita Ciencia que, además, los datos sobre la presencia o no de anticuerpos en la sangre de un paciente "entran dentro de los de alto grado de privacidad al ser datos médicos sensibles y tienen una regulación muy estricta de la ley de protección de datos. En situaciones en que nosotros hemos realizado proyectos con este tipo de datos el paciente ha de dar su consentimiento. La primera duda que me entra es si esta cartilla será voluntaria o obligatoria".

Como ya contamos aquí, la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (Sempsph) también se ha posicionado en contra de cualquier forma de pasaporte inmunológico que identifique a los pacientes que hayan superado la enfermedad. 

“Se desaconseja de forma expresa, la emisión generalizada de certificados serológicos por parte de los Servicios de Salud y se insta a las autoridades sanitarias a garantizar que la realización de estas pruebas analíticas atiende exclusivamente a indicaciones clínicas o a las disposiciones dictadas por parte de Salud Pública ante situaciones concretas”, afirma en un documento que recoge medidas para para la fase de desescalamiento.

La Sempsph subraya “el carácter confidencial de cualquier información clínica” y recuerda que estos datos pertenecen al paciente, que está amparado por la legislación en caso de que su empresa le pida este tipo de certificado. 

Primera fecha de publicación: 29 de julio de 2020.

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