El uso de elementos de seguridad como guantes y cubrecobas para salir a la calle es habitual en muchos ciudadanos durante la crisis del COVID-19. Aquí hemos contado, entre otras cosas, si su uso es eficaz o recomendable o por qué pueden ser útiles para reducir el riesgo de contagio aunque no lo eliminen del todo.
Pero para que sean eficaces, es importante utilizarlos bien. Eso significa, entre otras cosas, quitárselos con cuidado cuando hemos terminado de utilizarlos para no trasladar la posible contaminación de su superficie a nuestra piel. Para conseguirlo, aquí van unas instrucciones para retirarse los guantes y cubrecobas con seguridad.
Cómo ponerse y quitarse los guantes
Antes de ponerse los guantes para salir a la calle, es recomendable lavarse las manos bien (aquí te explicamos cómo) para evitar que cualquier resto de contaminación que pudiésemos tener en ellas se introduzca en los guantes, dando al traste con su función protectora.
A la hora de quitarse los guantes es importante tener claro que el exterior de los guantes puede estar contaminado y por tanto no debería tener contacto directo con nuestra piel en ningún momento.
Para eso el procedimiento a seguir es, con una mano coger un pellizco del guante de la otra mano en la zona de la base de la palma y desde ahí tirar hacia la yema de los dedos para extraer el guante.
Una vez sacado del todo tendremos el guante ya quitado sujeto por la mano todavía enguantada y la otra mano desnuda. Deberemos recoger todo el guante en el puño aún enguantado. Una vez hecho, podemos introducir un dedo o dos de la mano desnuda en el interior del guante que aún tenemos puesto (en este caso podemos tocar la piel sin miedo ya que nuestra mano no debería estar contaminada si lo hemos hecho bien) y retirar el segundo guante.
Como resultado tendremos un guante dentro del otro, y el que nos queda en la mano estará del revés, es decir, con la parte contaminada hacia dentro y la parte limpia hacia fuera. Solo queda tirar los guantes en una papelera o bolsa de basura que podamos cerrar para evitar que otras personas o nosotros mismos entremos en contacto con ellos después.
Es importante que una vez retirados los guantes, nos lavemos bien las manos para eliminar los posibles restos de contaminación que podamos tener en ellas.
Puedes verlo de forma gráfica en el vídeo que te ponemos arriba o en esta infografía de los Centros de Control de Enfermedades de Estados Unidos.
Cómo ponerse y quitarse el cubrecobas
De nuevo, antes de ponerte un cubrecobas debes lavarte bien las manos para eliminar cualquier contaminación que podamos llevar con nosotros de partida.
Incluso con las manos limpias, evita tocar las partes del cubrecobas que estarán en contacto con tu cara. Cógela por las tiras de sujeción que van a las orejas o que se atan a sobre la cabeza y colócala con cuidado sobre tu nariz y boca. Cada diseño es distinto pero asegúrate de haber entendido bien qué parte va hacia dentro y cuál hacia fuera (recuerda que no se ponen de forma distinta si alguien está infectado, lo contamos aquí) y qué borde debe ir sobre tu nariz y cuál bajo la barbilla. Normalmente la zona que va arriba es un poco más rígida y se ajusta presionando suavemente sobre el puente de la nariz.
Una vez que vuelvas a casa, lávate de nuevo las manos antes de quitarte el cubrecobas para evitar rozarte la cara accidentalmente con contaminación en ella y trata de no tocar la parte exterior de el cubrecobas para retirártela. Cógela de las tiras de sujeción y desátalas o suéltalas con cuidado. Sigue sosteniéndola por esas tiras y deposítala en una bolsa de basura que puedas cerrar sin volver a tocarlas. De nuevo, lávate bien las manos cuando hayas terminado el proceso.
Usar guantes y cubrecobas no elimina las demás precauciones
Uno de los principales riesgos asociados al uso de guantes y cubrecobas, además de un posible mal uso, es una sensación de falsa seguridad que haga que reduzcamos u olvidemos las demás precauciones.
Por eso, aunque utilices estos productos, recuerda que sigue siendo importante que te laves bien las manos antes de salir y al llegar a casa, que no te toques la cara y que al estornudar o toser te cubras la nariz y la boca con el interior del codo o con un pañuelo de papel desechable que nunca debe volver a tu bolsillo, sino que debes tirar a una papelera o bolsa de papel de forma que nadie vuelva a tocarlo.