"Abrígate que te vas a poner malo", hemos oído todos de boca de nuestras madres, padres y abuelos alguna vez. Sin embargo, lo cierto es que el frío como tal no nos pone malos.
Por un lado, tanto el resfriado como la gripe, entre muchas otras, son infecciones víricas, por lo que es necesario que entremos en contacto con sus respectivos virus para que enfermemos. Lo mismo sucede con la COVID-19 y el virus que la origina, el SARS-CoV-2.
Si los virus que causan estas enfermedades no llegan a nuestras vías respiratorias, no nos contagiaremos. De ahí la importancia de las actuales medidas de seguridad, como el uso de mascarilla y la distancia social, para reducir el riesgo de que esto ocurra.
Sin embargo, aunque el frío no nos enferma, sí que hay una relación entre las épocas de frío y estas enfermedades. Hay distintos motivos.
Por un lado, cuando hace frío pasamos más tiempo en interiores, compartiendo microbios con los demás y favoreciendo contagios de unos a otros. Además, ventilamos peor, precisamente porque fuera hace frío. Esto provoca que cuando un familiar, compañero de piso o colega de la oficina se infecta, las personas a su alrededor lo hagan también.
“En verano hacemos vida social al aire libre, donde gotas y aerosoles se diluyen, mientras que en invierno la hacemos en interiores, donde gotículas y aerosoles se concentran”, explicaba a Maldita Ciencia Víctor Jiménez Cid, catedrático de Microbiología de la Universidad Complutense de Madrid y miembro de la Sociedad Española de Microbiología.
Por otro, los ambientes húmedos reducen los contagios, pero la calefacción reseca el aire y con ello nuestras mucosas, que lo tienen más difícil para mantener a raya a los virus que sí son los que nos infectan.
El frío puede afectar al sistema inmunitario
Hay muchas razones por las que los virus respiratorios tienden a estacionalizarse y a hacerse más comunes en los meses más fríos. Entre ellas, como afirmaba Jiménez, que las bajas temperaturas hacen menos eficientes nuestras defensas innatas en las vías respiratorias.
En Maldita Ciencia ya os hemos explicado cómo las bajas temperaturas pueden afectar al sistema inmunitario. “El virus no tiene que ver con el frío, pero si estamos luchando contra uno, la paralización de nuestras defensas puede darle ventaja”, explica Jiménez.
Justo Menéndez, jefe de servicio de Urgencias y responsable de la Unidad de Medicina del Viajero y Enfermedades Tropicales del Hospital Universitario HM Sanchinarro, explicaba a Verne que abrigarse cuando hace mal tiempo es importante. “Cuando la temperatura corporal baja mucho, las defensas del cuerpo se debilitan y es más fácil coger infecciones”, afirma.
En Maldita Ciencia también te contamos qué puedes hacer para fortalecer tu sistema inmunitario y qué no necesitas intentar, porque no funciona.
Primera fecha de publicación de este artículo: 11/01/2020