En torno a la cistitis (una molesta inflamación de la vejiga a causa de una infección urinaria) existe una buena ración de bulos y mitos. Ya hablamos en Maldita Ciencia de que, aunque es una idea muy extendida, de hecho el arándano rojo no ha demostrado ser una forma eficaz de tratar estas infecciones.
Ahora nos habéis preguntado si es cierto que orinar después de mantener relaciones sexuales se considera una forma eficaz de prevenir la cistitis y, en ese caso, por qué se recomienda solo a las mujeres. La respuesta es que sí parece ser una forma de prevenir este problema, aunque su eficacia es difícil de asegurar y de medir y es especialmente recomendado para algunos casos en concreto, como el de mujeres que ya han padecido infecciones de orina antes. Se recomienda más a mujeres que a hombres por una cuestión anatómica.
Las infecciones de orina se producen cuando las bacterias causantes entran por el tracto urinario, suben por la uretra y llegan a la vejiga, donde causan la inflamación. Hay distintas formas en que esas bacterias pueden entrar en ese conducto, y una de ellas pueden ser las relaciones sexuales, donde el contacto entre las zonas genitales favorece el movimiento de las bacterias.
A partir de ahí, estas pueden empezar a remontar la uretra, de forma que orinar puede ser una forma de expulsarlas de ese conducto y así reducir las probabilidades de que lleguen a la vejiga, evitando la infección. Sin embargo, la eficacia de esta medida es difícil de evaluar con precisión ya que influyen otros factores como la cantidad de agua que bebamos normalmente o el estado de nuestro sistema inmune o de la flora vaginal en ese momento.
Los resultados de los estudios realizados hasta ahora son moderados. Por ejemplo, en este se concluía que las mujeres que orinan en los 15 minutos después del coito tienen menos probabilidades de sufrir una infección de orina, pero el mismo estudio reconoce sus limitaciones (no contaba con un grupo de control bien diseñado). En este otro estudio se concluía que en general, orinar tras las relaciones sexuales no ayuda a evitar las infecciones de orina, pero sí podría ayudar a reducir la probabilidad de sufrirlas en mujeres que ya las han padecido antes.
El motivo de que esta recomendación se haga principalmente a las mujeres es que en ellas la uretra es más corta y por tanto es más fácil que se produzca la infección. En los hombres, la uretra es más larga y las bacterias lo tienen más difícil para recorrerla entera. Por eso, si bien orinar después del sexo sigue siendo una buena costumbre, no es igual de eficaz como medida de prevención de la cistitis.