¡Hola, malditas y malditos! En esta semana de fiestas y procesiones la curiosidad y las dudas no descansan, así que aquí venimos de nuevo a resolver algunas de ellas. Recordad que nos las podéis seguir enviando por Twitter, Facebook, WhatsApp (655 19 85 38) o email ([email protected]).
¿Es verdad que se añade flúor al agua para controlar a la población como hacían los nazis?
Nos habéis preguntado qué hay de cierto en algunos posts de Facebook que advierten del riesgo de beber agua que contenga flúor. Según esos avisos, esto es una forma encubierta de medicar a la población "como se acostumbraba en los campos de concentración Nazi por su efecto tranquilizante". Esto no es verdad y merece una explicación. Vamos por partes.
Sobre silos nazis utilizaban el flúor en los campos de concentración para controlar a los prisioneros... no hay pruebas de ello. Se trata de un argumento que utilizan algunos grupos que se oponen a la fluoración sistemática del agua, pero no hay evidencias que lo respalden. De hecho, en este artículo de Politifact en el que se refiere a este rumor, Patricia Hereber, que es historiadora especializada en la experimentación que los nazis hicieron en los campos de concentración, cuenta que no hay registros de que hiciesen pruebas con flúor ni sobre salud dental ni sobre control mental o efectos neurológicos.
Hay que señalar que otras versiones de este mito conspiranoico señalan al régimen soviético como el responsable de utilizar la fluoración con intención de controlar a la población. Tampoco de esto hay pruebas.
El flúor es un mineral que en las dosis adecuadas es necesario para mantener una adecuada salud dental. Cuando su aporte en la dieta es insuficiente, se puede tomar la medida de añadir flúor al agua potable de forma que se aumente ese aporte a la población. Lo recomendado en esos casos es que la concentración se mantenga entre 0,7 y 1,2 miligramos por litro.
Esta medida despierta cierta polémica por varios motivos. Por un lado, porque impide que los ciudadanos decidan libremente si consumir ese aporte extra de flúor o no. Por eso puede optarse en cambio por añadir el flúor a otros productos, como la leche o la sal (algo que también se hace con otros minerales, por ejemplo el yodo en la sal yodada, cuya deficiencia en la dieta está asociada a otros problemas de salud, como enfermedades de tiroides o un bajo cociente intelectual entre otros).
En cualquier caso, se añade solo a uno de estos productos (o al agua, o a la leche o a la sal) y no a todos para evitar un sobreconsumo continuado de flúor, que también puede conllevar algunos problemas para la salud.
Por otro lado porque se cuestiona si, en una época en la que la higiene y el cuidado dental son mejores que hace décadas y eso ha hecho caer los problemas de salud dental como la caries, medidas como esta siguen siendo necesarias.
Sin embargo, añadirlo al agua supone, según este artículo escrito por Isabel Martínez Izán, profesora asociada de la Facultad de Odontología de la Universidad de Barcelona que "el flúor en el agua es el método de aplicación de flúor más equitativo para reducir la prevalencia y severidad de las lesiones de caries en grandes poblaciones, independientemente de su edad y nivel socioeconómico".
Según los últimos datos disponibles, correspondientes a 2012, en el 95% de las ciudades españolas la concentración es menor de 0,7 mg/l y que de las cinco poblaciones que superaban esa cifra, solo dos (Vitoria y San Sebastián) lo han logrado por fluoración artificial. En España, la fluoración del agua no es algo generalizado y actualmente solo es obligatoria por ley en algunas comunidades como el País Vasco, mientras que normas similares se han derogado en la última década en Andalucía y Galicia.
¿Es cierto que un trasplante de heces puede mejorar el autismo?
Nos habéis preguntado por una noticia que asegura que un trasplante fecal puede ser eficaz para mejorar los síntomas del autismo. Las dudas parten de una serie de titulares que aseguran que este trasplante ha logrado reducir esos síntomas casi al 50%. La noticia es real y se basa en un estudio científico fiable aunque de alcance todavía limitado.
La técnica del trasplante fecal no es nueva. Se basa en administrar bacterias fecales de una persona sana a una persona cuya salud gastrointestinal se quiere mejorar, y ha demostrado ser eficaz para tratar a pacientes que han padecido serias diarreas y cuya microbiota se ha visto afectada por la toma de algunos antibióticos.
Existe cierto debate en torno a si el estado de nuestra microbiota, el conjunto de bacterias que viven de forma habitual en nuestro intestino tiene una relación directa con el autismo. José Ramón Alonso, neurobiólogo, explica aquí lo que se sabe a día de hoy sobre cómo la microbiota y su buen estado parecen afectar no solo a la salud gastrointestinal sino también a nuestro comportamiento social. Mientras averiguamos más sobre este punto, sí se sabe que muchas de las personas que sufren autismo tienen también una salud gastrointestinal peor.
Así que en los últimos años algunos estudios se han planteado si este procedimiento podría ayudar a las personas con autismo que además padecen problemas intestinales. En 2017 un estudio de este tipo encontró mejoras significativas en los síntomas gastrointestinales tras un periodo de 8 semanas después del tratamiento.
Ahora, otro estudio ha analizado la evolución de los participantes en ese estudio anterior, dos años después. Y según estos nuevos resultados, las mejoras se mantienen en el tiempo, reduciendo los síntomas gastrointestinales así como los de comportamiento directamente asociados al autismo en un 47%.
Son, por lo tanto, resultados prometedores pero, como decíamos, todavía limitados. Se trata de un solo estudio realizado en 18 pacientes en los que no había un grupo de control al que no se le aplicase el trasplante, algo necesario en todo estudio bien diseñado. Los propios autores del estudio incluyen en sus conclusiones la necesidad de hacer más y mayores estudios para confirmar y completar esos resultados.
¿Es cierto que Bruselas ha detenido la implantación de la tecnología 5G por "amenazar la salud de la humanidad"?
Nos habéis preguntado por este post que dice que "Bruselas es la primera ciudad importante en detener la tecnología 5G por amenazar la salud humana". Además, habla sobre los supuestos "efectos biológicos negativos de la radiación inalámbrica en la salud humana".
Este post es una traducción de esta noticia publicada en el medio belga The Brussels Time, aunque el titular se ha modificado para darle un significado más alarmante. El titular original decía que "Las preocupaciones por la radiación detienen el desarrollo del 5G en Bruselas por ahora".
Bruselas tiene unos estándares legales en cuanto a radiación proveniente de antenas especialmente estrictos: 6 voltios por metro, algo que ya causó problemas con la implementación del 4G. Así que las autoridades regionales llegaron a un acuerdo el verano pasado con tres operadoras de telecomunicaciones para relajar esas condiciones con la intención de crear un programa piloto para la implementación de redes 5G.
Parece que, según The Brussels Times que cita al diario Bruzz, que se publica en neerlandés, este acuerdo ha quedado suspendido y podría no llegar a realizarse porque Céline Fremault, ministra de Medio Ambiente, se opone: "No puedo dar la bienvenida a esta tecnología si los estándares de radiación, que deben proteger al ciudadano, no se cumplen, ya sea el 5G u otra. Los habitantes de Bruselas no son conejillos de indias cuya salud yo pueda vender por un precio. No podemos dejar nada al azar".
En resumen: un proyecto piloto no es factible con los niveles de radiación actuales, y la ministra no está dispuesta hacer una excepción. Si bien en sus argumentos menciona la salud de los habitantes de la ciudad, en ningún momento ni ella ni el texto original menciona el 5G como una "amenaza para la salud de la humanidad".
Algo de lo que no hay evidencias a día de hoy (ni las habría aunque la ministra sí hubiese pronunciado esas palabras), como ya explicamos en Maldita Ciencia en este artículo. El problema aquí, como explica Alberto Nájera, profesor del área de Radiología y Medicina Física en la Universidad de Castilla-La Mancha, a Maldita Ciencia, es que la ciencia no puede demostrar un negativo: "se puede demostrar si algo es malo pero no que no lo es". Por eso no hay pruebas de que el 5G no es inofensivo, pero tampoco hay indicios, pruebas o evidencias de que sí lo sea.
No es la primera vez que los avances en tecnología móvil (u otros campos de la ciencia) causan un estado de alerta entre ciertos sectores de la población, dando lugar a llamamientos y resoluciones para "evitar" sus supuestos efectos nocivos. Nájera explica cómo estos se suceden desde hace 20 años, cuando se abandonaron las bandas de frecuencia analógicas que empezaron a utilizarse en los 70 y se impusieron las bandas digitales (desde 1995).
"Además, la tecnología 5G no es muy diferente a lo que usamos actualmente: por ahora usará bandas que ya se han utilizado como la de 700MHz (la TDT) y de 3,5 GHz (cerca de las Wifi 5G)". En este artículo, en Maldita Ciencia explicamos por qué tampoco hay evidencias científicas que demuestren que los móviles o el Wifi den cáncer.
¿Tiene el EMDR efectos reales en pacientes con estrés postraumático?
Nos habéis preguntado por la Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares o EMDR (por sus siglas en inglés), una supuesta psicoterapia que, según afirman sus defensores, puede ayudar a tratar casos de estrés postraumático. ¿Es esto cierto? ¿Por qué algunos lo consideran una terapia científicamente válida y otras una técnica cargada de pseudociencia?
Es un tema polémico pero lo cierto es que a día de hoy sí hay evidencias de que la terapia funciona, pero no por los motivos que aseguran los que la practican. Según Emilio Molina, vicepresidente de la Asociación para la Protección del Enfermo de Terapias Pseudocientíficas, "es un ejemplo que sirve para mostrar la sutil diferencia entre una pseudoterapia y una pseudociencia. En rigor no es pseudoterapia, porque funciona, pero es pseudociencia porque no funciona por lo que sus bases dicen que lo hace".
Durante las sesiones de EMDR, los pacientes reviven la experiencia traumática (esto se llama exposición y forma parte de la terapia cognitiva-conductual cuya eficacia si está demostrada) mientras miran fijamente a un punto, como el dedo de su interlocutor, que se desplaza lado a lado. Según los que practican esta técnica, el movimiento ocular facilitaría el reprocesamiento emocional de la experiencia que ha causado el trauma.
De esta manera, el cerebro sería capaz de "guardar" correctamente el recuerdo y reducir, como consecuencia, el estado de ansiedad. En teoría, este ejercicio se asemeja a los movimientos que los ojos realizan durante el sueño REM, lo que "permite que se procese adecuadamente la información desagradable".
Es cierto que algunos estudios han encontrado indicios de que la técnica EMDR es efectiva. Sin embargo, revisiones posteriores sugieren que la mejoría tras recibir estas sesiones se debe a que el paciente está recibiendo una terapia cognitiva de exposición y que el movimiento ocular, de hecho, no sería necesario para conseguir mejorías (no se han encontrado diferencias en los resultados de esta técnica frente a terapias sin mover los ojos).
Esa es la conclusión de la Sociedad de Psicología Clínica en este artículo: "Por un lado, los estudios demuestran que el EMDR es más eficaz reduciendo los síntomas de síndrome de estrés postraumático que los grupos de control que no han recibido tratamiento. Por otro, los estudios sólidos que comparan el EMDR a la terapia de exposición sin el movimiento de ojos no ha encontrado diferencia en sus resultados. Por lo tanto, parece que si bien el EMDR es eficaz, el mecanismo detrás del cambio es la exposición y que el movimiento de ojos sería un añadido innecesario".
Desde un punto de vista científico no se ha demostrado que EMDR funcione como terapia para ningún trastorno psicológico (fuera del efecto placebo, que explicaría los resultados positivos del EMDR frente a la ausencia de tratamiento). Sergio García Morilla, psicólogo, revisa y explica en profundidad en este artículo todo lo que se sabe sobre el EMDR.
Y por último…
En Maldita Ciencia podemos echaros una mano para detectar y explicar bulos, desinformaciones, falsos mitos o confusiones en lo que se refiere a la información científica y de salud que os encontréis en los medios de comunicación, en las redes sociales o incluso en vuestro día a día.
Pero no somos médicos ni profesionales de la salud, y por tanto no respondemos dudas que tengan que ver con diagnósticos o tratamientos personales. Para eso, nadie mejor que un profesional de la salud que conozca vuestro caso.