Nos lo habéis preguntado en Facebook: ¿qué hay de cierto en los beneficios de la punción seca?
Para responder, empezamos por explicar en qué consiste la punción seca: es una técnica que utiliza agujas en los llamados puntos gatillo para tratar el síndrome de dolor miofascial, un trastorno de dolor muscular crónico. Con una punción seca, la aguja genera una presión sobre esos puntos gatillo, supuestamente relajando el músculo y disminuyendo el dolor.
El fisioterapeuta Rubén Tovar nos explica que la punción seca es una técnica utilizada por muchos fisioterapeutas originalmente inspirada en la acupuntura y basada en la hipótesis de que existen esos puntos gatillo y de que colocando agujas en ellos se pueden aliviar dolores en esos puntos y en otras zonas.
¿Y qué dice la ciencia respecto a su eficacia?
Una revisión sistemática de 2017 encontró evidencias de baja calidad que sugieren que funciona mejor que el placebo, pero no encontró diferencias con otros tratamientos. Tampoco encontró evidencias a favor de la punción seca a largo plazo. Un metaanálisis de 2016 concluyó que la punción seca era menos efectiva que el grupo tratado con placebo y que otros tratamiento eran más efectivos. Otra revisión de 2015 encontró efectos positivos en la intensidad del dolor con evidencias sólidas a favor. “Independientemente de que esa teoría demuestre ser cierta o no para mí tiene otra categoría científica, podría considerarse ciencia fallida pero no pseudociencia“, apunta Tovar.
En resumen, no sabemos realmente si la punción seca funciona o no más allá del placebo porque la literatura científica da resultados no concluyentes. En el tratamiento del dolor, ese efecto placebo puede ser suficiente para mejorar la calidad de vida de los pacientes.
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