menu MENÚ
MALDITA TECNOLOGÍA

Cómo las aplicaciones de citas afectan a nuestra forma de relacionarnos

Publicado
Actualizado
Claves
  • Las aplicaciones de citas, como Tinder o Bumble, se han convertido en una nueva forma de encontrar el amor. Los expertos consultados por Maldita.es aseguran que estas apps dan respuesta a una “necesidad social” de relacionarse y vincularse de otra manera
  • El abuso de estas apps podría favorecer que algunos de sus usuarios perdieran algunas habilidades sociales y se volvieran más introvertidos, según los expertos consultados por Maldita.es
  • Estas plataformas son muy volátiles y pueden generar frustración en algunos usuarios. Además, favorecen la mercantilización y crean la falsa sensación de que siempre hay alguien disponible para ti, según los expertos

Comparte
Etiquetas

Hace años que existen apps que nos prometen que es posible encontrar el amor (o lo que surja) con el simple gesto de deslizar nuestra pantalla hacia la derecha. Así puede llegar lo que se conoce como un “match”, que significa encontrar a una persona afín a nosotros en aplicaciones para ligar como, por ejemplo, Tinder o Bumble.

Con estas nuevas opciones, quedan relegadas, en muchas ocasiones, las viejas costumbres, como conocer a alguien en un bar o dejar nuestro número en una servilleta. De hecho, la eclosión de estas apps –que podrían superar los 400 millones de usuarios en 2022 según las estimaciones de Statistaha hecho que las personas se relacionen y vinculen de otra forma, según han explicado a Maldita.es diferentes sociólogos y psicólogos.

Existen diferentes estudios que abordan el impacto que estas apps tienen en la sociedad, en ellos se analiza el perfil de sus usuarios, su efectividad o su uso durante la pandemia. Sin embargo, al tratarse de un fenómeno tan reciente muchas de esas mismas investigaciones reconocen que existen muchas lagunas al respecto.

Analizamos cómo han impactado estas aplicaciones en nuestra sociedad, cómo ha cambiado la forma en la que nos relacionamos y qué consecuencias puede tener el uso exclusivo de estas apps, tanto para los individuos como para las propias relaciones de pareja.

Tinder, la revolución de las apps para ligar y posibles consecuencias en nuestras habilidades sociales

La aplicación de citas Tinder llegó en 2012 para quedarse y revolucionó el campo de las citas online. La app filtra las preferencias de los usuarios (por ejemplo, género, edad o proximidad) y da la posibilidad de conocer a otro si hacemos “match”. Si el usuario encuentra un perfil que le gusta debe deslizar hacia la derecha; si no, hacia la izquierda. Si los dos deslizan hacia la derecha se produce el famoso “match” y ambos pueden entablar una conversación. Es entonces cuando, a veces, surge el amor. Después del éxito de Tinder llegaron otras apps como Grindr (para hombres gays, bisexuales, transexuales, queer o que tienen curiosidad), Bumble, Happn o Hinge.

El sociólogo Mariano Urraco de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA) señala a Maldita.es que la irrupción de estas aplicaciones fue consecuencia de que la sociedad demandara un producto de ese tipo: “No es tanto que las apps impacten en la sociedad, sino que la sociedad impacte en su diseño. Se dice que la sociedad es un escaparate y en ese sentido todos los productos están a nuestro alcance 24/7. Todo es rápido, fluido, eficaz y con más éxito. Esto se aplica también para ligar”. La psicóloga, sexóloga y maldita que nos ha prestado sus superpoderes Silvia Catalán coincide: “Estas aplicaciones dan respuesta a una necesidad social de relacionarse y vincularse de otra manera. Se centran en una necesidad concreta. Me conecto y no necesito nada más”.

Para Ana Lombardía, psicóloga y sexóloga, estas aplicaciones han cambiado mucho la forma de conocer a la gente: “Favorecen una mercantilización. Puedes elegir entre muchos perfiles y eso crea la falsa sensación de que siempre hay alguien disponible para ti”.

Cada vez más personas se registran en estas aplicaciones y tratan de probar suerte. Todo el mundo conoce a alguien que las ha utilizado. Urraco señala que este aumento de la demanda está relacionado con que los individuos tienen cada vez más problemas para relacionarse fuera de estos contextos virtuales. No es que sean más introvertidos, dice, sino que son más interesados: “En estas apps ves la ficha de la otra persona sin que el otro lo sepa. Eso responde bien a lo que la gente quiere. Para elegir una pareja no quieres esa relación más íntima y bidireccional, se busca una unidireccional”.

“Jueves por la noche, estoy aburrida en casa y no se me ocurre otra maravillosa idea que entrar en Tinder”, dice esta usuaria de TikTok, que cuenta su experiencia en la aplicación.

Pasar mucho tiempo en estas aplicaciones, dice Lombardía, puede acarrear que perdamos algunas habilidades sociales en la vida real. Además, resalta que estas plataformas son muy volátiles: “A veces es muy complicado que los vínculos funcionen. Genera frustración, una sensación de que no pueden encontrar lo que quieren. También problemas a la hora de conocer a la gente y generar vínculos”.

Ante el aumento de uso de estas apps citas han surgido diferentes estudios centrados en ellas con los que analizar el perfil de sus usuarios, su impacto durante la pandemia o su efectividad para promover determinados hábitos en salud sexual. Sin embargo, al tratarse de un fenómeno reciente todavía los autores de muchas de estas investigaciones, como esta que trata de determinar el perfil psicológico y sociodemográfico de sus usuarios, reconocen que existen “lagunas” en sus resultados.

Usamos estas apps por “comodidad y rapidez”, dicen los expertos, pero nos acaban “frustrando”

Tanto Urraco como Lombardía coinciden en la idea de que, en muchas ocasiones, se recurre a estas aplicaciones como una forma rápida y cómoda de alcanzar un objetivo. Explican que si uno tiene una necesidad, por ejemplo puramente sexual o más romántica, podría intentar satisfacerla por los medios tradicionales, conociendo a amigos de amigos, o de forma más eficaz en términos de rapidez acudiendo a estas aplicaciones.

“Tienen que elegir entre intentar conocerlos en la calle o hacerlo en una app que filtra a las personas y elige quién puede gustarme. Ahorra tiempo y es mucho más cómodo porque no te expone. Tienen una capacidad de control que no tendrían en el mundo real”, dice Urraco. Lombardía explica que muchos se sienten más cómodos así, detrás de una pantalla: “Se sueltan más, dicen cosas que no dirían a la cara y hablan de otra manera”. Catalán coincide: “Cuando estamos detrás de una pantalla somos más abiertos porque sabemos que esa persona no está delante. Nos da esa sensación de protección y de intimidad que seguramente no tendríamos cara a cara”.

Esto puede ser un problema cuando se traspasan algunos límites. Hay que colocar a estas apps como lo que son, como una estrategia más para conocer a alguien, dice Lombardía, pero no como la única. Si nos limitamos a ellas, resalta, puede ser muy frustrante: “Nos genera pereza conocer a alguien nuevo, que es algo que requiere esfuerzo. Es una situación que suele ser forzada, al final no sabes nada de la otra persona. Prácticamente es como una cita a ciegas”.

El abuso de estas aplicaciones, insisten los expertos, puede repercutir, en algunos casos, en nuestra capacidad para relacionarnos con el mundo real. “Necesitamos conocernos cara a cara, establecer vínculos, compartir hobbies… Hay que usar las apps de forma puntual y ampliar nuestros círculos”, resalta Lombardía.

De hecho, hay estudios que aseguran que somos “demasiado pesimistas” sobre las aplicaciones de citas y que minimizamos los aspectos positivos que tiene “la intimidad en la red”. Una investigación sobre parejas que se conocieron en Suiza en 2018 a través de estas apps señala que las parejas que surgieron a través de estas apps tienen “intenciones de cohabitación más fuertes que las que surgieron en entornos no digitales”. Además, señalan que, aunque hacen falta muchos más datos, los resultados “mitigan” algunas de las preocupaciones que surgen al usar estas aplicaciones, como que sean relaciones a corto plazo o que sean de mala calidad.

Las propias redes sociales nos empujan a veces hacia estas aplicaciones de citas

Una de las claves para entender el auge y la importancia que tienen estas apps en la sociedad tiene que ver con cómo hemos aprendido a relacionarnos. El sociólogo Mariano Urraco explica que cuando la sociedad o los agentes de socialización (la familia o el colegio) no nos explican cómo debemos hacerlo, qué comportamientos son deseables, las personas acaban cubriendo ese vacío de otra forma: “Aprendes de redes sociales, de películas porno o de otros recursos que no son deseables”.

Algunos usuarios de TikTok comparten sus mejores consejos para ligar en estas apps de citas.

“Debemos asegurarnos de que los jóvenes y adolescentes tengan a su alcance un determinado bagaje de comportamientos, aceptables e inaceptables, para que puedan identificarlos y saber cuál elegir cuando llegue el momento”, explica.

El problema, dice, es que ahora mismo hay un choque entre los patrones de comportamiento que la sociedad ha inculcado durante generaciones (conocer a gente cara a cara, desarrollar vínculos, compartir hobbies) con la necesidad de que todo sea inmediato.

Esta idea de la inmediatez, la idealización de las relaciones, del amor a primera vista viene muchas veces influenciado por lo que se ve en redes sociales. “Hay una exposición mediática de figuras que se toman como referencia, por ejemplo influencers, y eso establece un canon comparativo”, señala el sociólogo. Para algunos jóvenes son sus ídolos los que marcan cómo han de comportarse en la vida y también en el amor: “Hay influencers que enseñan cómo hay que amar o cómo conocer a gente que están siendo la escuela de generaciones jóvenes”.

Estas aplicaciones, además, generan la necesidad de estar conectado 24/7

La psicóloga y sexóloga Ana Lombardía explica que las redes sociales –entre las que se pueden incluir Tinder o Bumble– no están generadas para establecer buenos vínculos. Están creadas para que pasemos tiempo ahí y nos enganchan. Fomentan que compitamos por atención, por más seguidores o más likes”, señala.

La experta resalta que, como podemos estar conectados las 24 horas del día con cualquiera, sentimos que debemos hacerlo: “Eso genera una obligación que crea mucha presión y que puede generar una dependencia y una mala gestión desde el principio. Es una situación, además, que se vuelve adictiva”. El hecho de que podamos estar conectados todo el día, explica la también psicóloga y sexóloga Silvia Catalán, puede hacer que nos metamos “es una especie de burbuja” con la pareja: “Esto es más peligroso que si tuviéramos ese contacto frecuente en persona. Puede hacer que nos desvinculemos de nuestro círculo social”.

Ambas expertas insisten en que debemos hacer un uso responsable y saludable de estas tecnologías y fundamentar nuestras relaciones en lo que ocurre en la vida real, no detrás de una pantalla.

Además, estas apps pueden entrañar otro tipo de riesgos, como te hemos contado en Maldita.es, relacionados con timos y estafas. En Tinder hay timadores profesionales que cuentan la misma historia a sus víctimas una y otra vez, perfiles falsos que te engañan para realizar falsas inversiones en criptomonedas y que tratan de hacer con tu dinero. Por si decides usarlas, en este artículo tienes consejos para evitar que te la cuelen en plataformas de citas.

En este artículo ha colaborado con sus superpoderes la maldita Silvia Catalán, psicóloga y sexóloga, que forma parte de Superpoderosas, un proyecto de Maldita.es en colaboración con FECYT que busca aumentar la presencia de científicas y expertas en el discurso público a través de la colaboración en la lucha contra la desinformación.

Gracias a vuestros superpoderes, conocimientos y experiencia podemos luchar más y mejor contra la mentira. La comunidad de Maldita.es sois imprescindibles para parar la desinformación. Ayúdanos en esta batalla: mándanos los bulos que te lleguen a nuestro servicio de Whatsapp, préstanos tus superpoderes, difunde nuestros desmentidos y hazte Embajador.


Primera fecha de publicación de este artículo: 14/02/2023

Hazte maldito, Hazte maldita
Te necesitamos para combatir los bulos y la mentira: sólo juntos podemos pararla. En Maldita.es queremos darte herramientas para protegerte contra la desinformación, pero sólo con tu apoyo será posible.

Eres muy importante en esta batalla para que no nos la cuelen. Seguro que tienes conocimientos útiles para nuestra batalla contra los bulos. ¿Tienes conocimientos de idiomas? ¿Lo tuyo es la historia? ¿Sabes mucho sobre leyes? ¡Préstanos tu Superpoder y acabemos juntos con los bulos!

También puedes apoyarnos económicamente. Maldita.es una entidad sin ánimo de lucro y que sea sostenible e independiente, libre de publicidad y con profesionales bien remunerados dedicados a luchar, contigo, contra la desinformación depende de tu ayuda. Cada aportación cuenta, cualquier cantidad es importante.