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Drones de reparto a domicilio, malware en Telegram y TikTokNow: llega el 123º consultorio de Maldita Tecnología

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¡Buenas, malditas y malditos! Bienvenidos a una nueva edición del consultorio tecnológico de Maldita.es, donde resolvemos a todas las preguntas que os van surgiendo sobre el mundo digital y que nos mandáis a través de nuestros canales: nuestro chatbot de WhatsApp (+34 644 229 319), las preguntas que nos dejáis en este formulario o los mensajes mandados a nuestro Twitter o al correo [email protected].

En esta ocasión, respondemos a preguntas sobre ciberseguridad y sobre tecnología del futuro: por un lado, nos habéis preguntado por un supuesto troyano que estaría circulando por Telegram; también por TikTokNow, esa nueva aplicación que procede de la familia de la ya archiconocida TikTok; y, además, por uno de esos temas que suenan a ciencia ficción: ¿es verdad eso de que en algún momento va a llegar un dron a mi puerta para traerme un paquete?

¿De verdad van a llegarnos los paquetes de Amazon volando gracias a los drones?

Se acerca la Navidad (o, al menos, la campaña navideña de compras) y muchos niños soñarán con ver sus regalos llegar volando en camello con los Reyes Magos o en trineo tirado por renos con Papá Noel. ¿Con qué sueñan los adultos? ¿Quizá con ver sus compras online llegar a casa en drones? ¿Se trata (de momento) de una fantasía o de verdad el envío de paquetería mediante estos vehículos aéreos no tripulados (UAS, por sus siglas en inglés) es realista?

Con la conjunción del boom del comercio electrónico y del boom de los drones, hace tiempo que se habla de esta posibilidad, sobre todo auspiciada porque Amazon lleva una década trabajando en ello. En el caso del gigante tecnológico, ahora promete empezar a operar en 2024 (a pesar de que había dicho que la fecha sería anterior), a falta de que las autoridades de Estados Unidos le den el visto bueno. En general, de eso se trata: no tanto de una falta de tecnología, sino de falta de regulación, de certificación y de infraestructuras adaptadas.

La tecnología está madura; de hecho lo que hoy se discute en la administración es cuál es la más adecuada de entre las disponibles. Es un tema principalmente de regulación para garantizar la seguridad aérea y terrestre en entornos altamente poblados”, dice Carmelo M. Garrido, piloto de aeronaves tripuladas y no tripuladas, coordinador de TICKETTOFLY y maldito que nos ha prestado sus poderes.

Porque, aunque suene divertido que los paquetes caigan del cielo… no es nada divertido que un bulto de cuatro o cinco kilogramos pueda impactar sobre una persona. Por eso, hay que extremar la seguridad, sobre todo en zonas urbanas con más densidad de población.

“Actualmente, con las aeronaves no tripuladas pasa algo similar a lo que ocurre con los coches autónomos: aunque la tecnología permite realizar sus operaciones de forma bastante segura, desde el punto de vista normativo siempre se extrema la prudencia para proteger a los ciudadanos y evitar accidentes”, indican Pedro Orgeira e Higinio González, profesores de la Escuela de Ingeniería Aeronáutica y del Espacio de la Universidad de Vigo. Para ello, se investiga para mapear rutas que sobrevuelen zonas con menos probabilidades de impactar sobre personas (como tejados).

En lo que se refiere a la legislación, desde el 31 de diciembre de 2020 se empezó a aplicar la normativa europea de UAS (Reglamentos 2019/947 y 2019/945) que modifica los requisitos de aeronaves no tripuladas y su operación respecto a la actual normativa nacional, y afecta a todos los drones independientemente de su uso (recreativo o profesional), tamaño y peso. Desde ese momento, el uso de aeronaves no tripuladas para repartir paquetes sí está permitido, pero siempre que se cumplan los requisitos adecuados para este tipo de operaciones, explican a Maldita.es desde la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA).

Además, según el lugar de la operación y el tipo de aeronave, las operaciones de entrega de paquetería en ciudades con drones requieren requisitos técnicos y normativos más exigentes que otro tipo de operaciones de menos riesgo. “Desde AESA hemos recibido alguna solicitud de autorización para pruebas de este tipo en entorno rural. En este momento, no tenemos autorizado ningún operador para realizar las operaciones de reparto de paquetería. En todo caso, las propuestas son iniciativas muy acotadas”, añaden.

Por ejemplo, en Madrid, en 2021, se hicieron algunas pruebas piloto para probar el envío de paquetes. “En el marco del sandbox de innovación en movilidad del distrito de Villaverde se llevaron a cabo pruebas concretas, que se pudieron realizar al tratarse de pocos vuelos sin premura en el plan de vuelo”, explican desde el Área de Innovación y Emprendimiento del Ayuntamiento de Madrid a Maldita.es.

Es importante destacar lo de “sin premura”, porque aquí lo que señalan es que para que sea viable falta un sistema automatizado y ágil de solicitud y aceptación o rechazo; si no, no tiene sentido esperar horas a saber si un paquete puede salir volando o no, como especifican: “La AESA es la responsable de la autorización de vuelo. Hasta que no tenga implementado un sistema automatizado en el que la solicitud de los planes de vuelos de drones se envíen y acepten o no en poco tiempo (por ejemplo, minutos), es complicado que las empresas se decanten por esta opción”.

Pedro Orgeira e Higinio González apuntan también a una limitación económica que haga rentable la tecnología: “Un dron de unos 25 kilogramos que pueda transportar unos 5 kilogramos de carga tiene un coste en mercado similar a una furgoneta que puede llevar en torno a unos 500”.

Aunque hayamos visto que no hay limitaciones tecnológicas en el dron en sí, sí puede haberlas en la infraestructura. “Actualmente nuestras ciudades no están pensadas para operar este tipo de sistemas y se requeriría una planificación urbana adaptada que permitiese la integración de esta tecnología. Faltan infraestructuras para el aterrizaje y despegue de las aeronaves no tripuladas, los conocidos como vertipuertos”, añaden Orgeira y González.

En ese sentido, puede que Amazon o la empresa de mensajería que sea tenga su tecnología preparada… Pero, ¿y tu casa? Pues también habría que adaptarla un poquito. Desde el Área de Innovación y Emprendimiento del Ayuntamiento de Madrid recuerdan que también haría falta implementar infraestructuras para la recepción de paquetes, por ejemplo, sistemas autónomos para recibir los envíos parecidos a los Amazon Lockers, las taquillas de autoservicio que pueden funcionar mediante código QR.

A todo esto, además de lo futurista e impactante que suena que nos lleguen los paquetes volando como si fueran cartas de Hogwarts, ¿dónde está la utilidad de esto? Para Carmelo M. Garrido, ayudaría a las empresas a cubrir la última milla de sus trayectos con mayor agilidad y menor coste que por vía terrestre. Para Orgeira y González de la Universidad de Vigo sería de utilidad para dar acceso a productos básicos a poblaciones aisladas o en islas: “Por ejemplo, para zonas rurales de Galicia, con población envejecida, que en muchas ocasiones no puede acceder a medios de locomoción y donde la mayor parte de los núcleos rurales carecen de tiendas, supermercados o farmacia”.

De hecho, de ahí que el programa de Amazon esté más orientado a repartir en zonas despobladas de Estados Unidos, a las que llegar con transporte terrestre, por ejemplo, pudiese suponer un gasto elevado.

Entonces, ¿cuándo serán los drones y no los Reyes Magos o Papá Noel quiénes nos entregarán los paquetes por la ventana? Como hemos visto, de momento, se están viendo los primeros ensayos a la espera de que la autoridad europea decida las tecnologías que se aplicarán y los requisitos que deberán cumplir los operadores de drones, explica Garrido, que acota una fecha: “Si no hay nuevas demoras en la implantación normativa, se prevén las primeras operaciones comerciales de paquetería en entornos urbanos hacia 2025 con la implantación de U-SPACE, el sistema de servicios y gestión del tráfico que integrará a los drones (autónomos y remotamente pilotados) con el resto de la aviación tripulada”. Habrá que esperar, entonces, dos o tres navidades aún.

¿Qué hay de cierto en que esté circulando un troyano por Telegram que robe nuestros datos?

En los últimos días, nos habéis preguntado por un supuesto troyano (un tipo de malware) que estaría circulando por Telegram y que aprovecharía una vulnerabilidad en la plataforma para descargarse automáticamente en el dispositivo y acceder a información contenida en él. A pesar de que no hay mucha información sobre la supuesta amenaza, se han viralizado mensajes en inglés en Twitter con la advertencia y que han llegado a transmitirse en español. Desde Telegram, no obstante, niegan que haya un programa malicioso aprovechando algún fallo. Veamos lo que sabemos.

El mensaje de que habría un malware específico aprovechando un fallo de Telegram comenzó a circular el 10 de noviembre y ya acumula miles de interacciones. En él se afirma sin aportar pruebas que se trataría de un nuevo troyano y que para evitarlo hay que desactivar la descarga automática de archivos, lo que indica que este estaría entrando al dispositivo a través de un archivo enviado a través de la plataforma. En teoría, la prueba que estaría aportando el usuario cuyo tuit se viralizó es una captura de pantalla de otro usuario que afirma que “está pasando algo”.

Sin embargo, ninguno de los dos aporta una fuente de información ni datos adicionales sobre los efectos del supuesto troyano en el dispositivo. Después de que el mensaje se replicara en mensajes en español, desde la cuenta oficial de Telegram aseguraron que esto era “falso”: “No existe un bug (agujero de seguridad) en Telegram por el que se esté distribuyendo un troyano”.

Como decíamos, el troyano, en teoría, entraría a través de un archivo que se descargaría automáticamente en nuestro teléfono, ya que Telegram, al igual que WhatsApp, nos da a elegir entre que seamos nosotros quienes tengamos que descargar un archivo pulsando en él, o que se descarguen de forma automática.

“Cuando se trata del envío de archivos maliciosos, Telegram siempre advierte a los usuarios sobre archivos potencialmente dañinos. Para poder instalar un archivo .exe que fue enviado a través de Telegram, un usuario tiene que ignorar activamente estas advertencias”, señalan desde Telegram tras ser consultados por Maldita.es, además de reiterar que sea falso que haya actualmente un bug en Telegram o que haya habido que corregir uno.

Esto no significa, no obstante, que no haya que tomar precauciones para evitar que se introduzca un malware en nuestro dispositivo a través de un archivo, independientemente de que nos lo envíen a través de Telegram, de WhatsApp o incluso de AirDrop, como hemos explicado anteriormente en Maldita.es.

¿Qué es TikTokNow? ¿Puede cualquiera apuntarse y te pagan por hacerte una cuenta?

‘Now’ se ha convertido, desde hace días, en la aplicación del momento. Desarrollada por el gigante chino TikTok ofrece la misma función que BeReal, en la que los usuarios puedan mostrar una vez al día –cuando llega la notificación– qué están haciendo a través de la cámara frontal y trasera de su móvil. La app se lanzó en septiembre, pero el pico de descargas no ha llegado hasta noviembre. Ha sido entonces cuando la compañía ha puesto en marcha una campaña de publicidad para conseguir que nuevos usuarios se unan a la plataforma: ‘Now’ ofrece siete euros a cada usuario que se registre y les da la posibilidad de ganar más dinero si llevan a amigos de su parte.

Desde que se pusiera en marcha esta campaña, las redes sociales están repletas de diferentes perfiles que ofrecen sus códigos para que nuevos usuarios se descarguen ‘Now’. Muchos incluso lo ven como una forma de ganar dinero a corto plazo. Te explicamos cómo funciona la campaña y qué efectos está teniendo el que se ofrezca dinero fácil a menores, los potenciales nuevos usuarios de una aplicación como esta.

La campaña, activa desde el 8 de noviembre, ofrece siete euros por cada amigo que se registre de nuestra parte en TikTok Now. El pago es entonces a plazos: primero, dos euros cuando el usuario se registre. Después, si inicia sesión diariamente durante una semana, se le pagarán los cinco euros restantes. Para invitar a amigos hay que enviarles un enlace o código de invitación que se nos manda al entrar en la plataforma. Los contactos se descargan entonces la app y se registran, y es al introducir el código cuando ambos empiezan a ganar recompensas.

Para poder registrarse, los usuarios tienen que tener como mínimo 13 años –14 en el caso de Corea del Sur e Indonesia–, según las normas de Tik Tok Now. Sin embargo, solo los mayores de 18 años podrían cobrar la cantidad que acumulen dentro de la plataforma, también según estas reglas. Ahora bien, que se apliquen es otro cantar. TikTok, al igual que el resto de plataformas, no tiene un método estándar para asegurarse de que no hay menores de esa edad en la plataforma.

Gabriela Paoli, psicóloga experta en el entorno digital, señala que, muchas veces “la mayoría empieza en TikTok con 9 o 10 años”: “Se las van a arreglar para conseguir esos siete euros. Van a convencer a sus padres, que muchas veces van acelerados o desconocen el tema. Y, ante este desconocimiento, los adultos no evalúan el alcance o el impacto tan importante que esto tiene sobre sus hijos”. Además de recibir el dinero, dice Paoli, los adolescentes tienen la sensación de que son “rebeldes, guays y atrevidos”, y eso les incentiva a seguir participando.

La especialista señala que los adolescentes son propicios a caer en la viralidad de una campaña como esta: “Piensan, seguramente, que te pagan por pasártelo bien y que eso es guay”.

No obstante, dice Paoli, estas estrategias tienen un impacto en la salud mental de los jóvenes: “Es necesario hacer una reflexión y utilizar una mirada crítica porque poco a poco se normaliza que se pague por hacer cosas como estas, que son cuestiones poco éticas y correctas. Si te paras a pensar, te pagan para trabajar para ellos”. Esto tiene que ver, según la psicóloga, con la pertenencia al grupo: “Los adolescentes tienen este tipo de consumo impulsivo y de masa. Creen que si no tienen la app no existen, están fuera”.

El peligro de este tipo de campañas está, para Paoli, en que nos llevan a un consumo sin ningún tipo de criterio y necesidad. “Hay que tener claro que su objetivo es captar el máximo de usuarios posibles para luego hacer negocio con sus multinacionales, con las diferentes marcas… Nosotros trabajamos y dedicamos nuestro tiempo y atención para que ellos ganen dinero vendiendo nuestros datos”. Estas estrategias, resalta la psicóloga, entran dentro del sistema de recompensa digital: “Nosotros lo pasamos bien, hay un chute de dopamina, captan nuestra atención y además le añadimos el ingrediente fantástico de la recompensa económica. Es un cóctel muy tentador”.

Por eso, para la psicóloga es fundamental que los padres participen en la educación digital de sus hijos: “Hay que hacerles pensar para que no caigan como borregos dentro del sistema y que tengan así una mirada mucho más crítica. Los padres tienen que acompañarlos mucho y educarlos en lo digital”.

El experto en marcas, contenidos y narrativa Fernando de Córdoba, también maldito que nos ha prestado sus superpoderes, explica a Maldita.es que este tipo de campañas de captación son “relativamente normales” cuando se lanza una aplicación: “Esto es lo que se llama un ‘Member Gets Member’ –un miembro lleva a otro miembro, por sus siglas en inglés–. No es tan diferente de invertir ese dinero en anuncios para que la gente se baje la app, solo que en este caso quien te lo recomienda es un amigo. Con lo cual, ya sabes que está dentro de la app y que tendrás a alguien con quien interactuar”.

El objetivo de la campaña, dice el experto, es competir contra el crecimiento de BeReal: “Las redes funcionan por ‘efecto parque’: la gente quiere estar en aquella en la que estén sus amigos, no necesariamente la que tenga las mejores prestaciones”. Por eso, al ofrecer dinero, señala, es una manera “absolutamente clara” de dar un valor que a lo mejor no se vería si ofrecieran algo más abstracto como descuentos.

Para De Córdoba, el impacto entre los adolescentes puede ser un “bombazo”: “Un bombazo carísimo, claro”. Aunque resalta que, si hay un momento idóneo para defenderse de una nueva marca es el lanzamiento: “Si llegas antes de que el nuevo sea demasiado grande, es posible hundirlo a base de copiarle lo que ya tiene. Instagram lo hizo con sus stories y consiguió paralizar el despegue de Snapchat en Europa”.

Y para acabar...

No somos técnicos o ingenieros pero contamos con mucha ayuda de personas que son expertas en su campo para resolver vuestras dudas. Tampoco podemos deciros qué servicio usar o dejar de usar, solo os informamos para que luego decidáis cuál queréis usar y cómo. Porque definitivamente, juntos y juntas es más difícil que nos la cuelen.

Si tenéis cualquier duda sobre esta información o cualquier otra relacionada con la manera de la que te relacionas con todo lo digital, háznosla llegar:

En este artículo ha colaborado con sus superpoderes el maldito Carmelo M. Garrido, piloto de naves no tripuladas.

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