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¿Es cierto que las mujeres necesitan dormir más que los hombres? Esta es una pregunta que nos habéis hecho a través de La Dudoteca. La respuesta corta es que no hay estudios suficientes ni consenso científico sobre si las necesidades de sueño son diferentes entre ellas y ellos, pero sí que, de media, las mujeres duermen más tiempo que los hombres, aunque también se despiertan más veces durante el sueño.
Las mujeres duermen más pero se despiertan más a menudo que los hombres
Un estudio científico publicado el año 2020 en la revista científica Sleep analizó más de 11 millones de horas de sueño de 69.650 adultos trabajadores de 47 países. Sus resultados indicaron que, aunque los hombres suelen dormir menos tiempo que las mujeres a lo largo de la vida, los despertares nocturnos son más frecuentes en ellas. La mayor diferencia se da entre la “edad adulta temprana y media, una etapa de la vida asociada a la crianza de los hijos”, indica el trabajo científico.
Pero en realidad no consta que haya necesidades diferentes de sueño en hombres y mujeres. El estudio, en palabras del maldito David Espada García, neurobiólogo, en la Dudoteca, indica que “la necesidad real de dormir es equivalente en todas las personas, aunque algunos factores propicien el insomnio e interrupciones del descanso más en mujeres que en hombres”.
Los factores hormonales y psicosociales afectan de forma diferente al sueño de hombres y mujeres
“En general, la percepción del sueño en las mujeres es peor que en los hombres y las mujeres son más susceptibles a la necesidad de sueño tras horas despiertas”, señala a Maldita.es la neuróloga Ana Fernández-Arcos, coordinadora del Grupo de Estudio del Sueño de la Sociedad Española de Neurología. Además, ellas tienen necesidad de más minutos de sueño y de acostarse antes que los hombres. Por último, en general, las alteraciones hormonales también afectan negativamente la calidad de sueño percibida por las mujeres, añade Fernández-Arcos.
La neuróloga explica que estas diferencias se observan sobre todo en la transición a la menopausia, ya que, como consecuencia de los cambios hormonales, se producen más despertares y sudoraciones nocturnas. También influyen factores psicosociales relacionados con aspectos más frecuentes en la vida de las mujeres, y no tanto a causas biológicas, que producen un estado de hiperexcitabilidad que dificultan conciliar el sueño, como el cuidado de niños y personas dependientes, así como una mayor carga mental por necesidades sociales, laborales y familiares, señala la experta.
Más allá del género, existen otros factores psicosociales “que reducen nuestra oportunidad de establecer horarios y duración adecuada de sueño” como los turnos de trabajo con “horarios poco fisiológicos”, de noche o con cambios de horario frecuentes que afecten a la hora a la que nos acostamos, y las dificultades económicas y el estrés que, como concluye la neuróloga, también afectan a la capacidad para conciliar el sueño.
En este artículo ha colaborado con sus superpoderes el maldito David Espada, experto en neurobiología.
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