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¿Es el azúcar una sustancia adictiva?

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En Maldita Ciencia ya hemos hablado en varias ocasiones de por qué el consumo de azúcares añadidos (el que se añade como parte de la elaboración de un producto, a diferencia del que se encuentra de forma natural en la fruta, por ejemplo) tiene efectos perjudiciales para la salud y por lo tanto debe ser moderado. En esta twitchería resolvimos un montón de dudas al respecto con ayuda de varios expertos. También hemos hablado de la supuesta relación que existe entre el azúcar y la hiperactividad en los niños

Hay otra duda muy común: ¿el azúcar causa adicción? La respuesta es que aunque el azúcar sí parece provocar algunos efectos similares a los de otras sustancias adictivas (lo que llamamos drogas), no hay suficientes evidencias al respecto en humanos como para considerarla capaz de causar adicción. "No se considera una sustancia adictiva porque no cumple los criterios para serlo", responde el dietista-nutricionista Daniel Ursúa a Maldita.es.

Pero empecemos por aclarar que, aunque no se considere adictivo, se ha demostrado que el consumo excesivo de azúcares añadidos está detrás de problemas de salud a corto, medio y largo plazo como obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y cáncer. Por este motivo, según las indicaciones de la Organización Mundial de la Salud, la ingesta calórica diaria que nos aporte el azúcar no debería superar el 10% del total, con beneficios adicionales si está por debajo del 5%. La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) es más restrictiva: azúcares libres, los menos posibles para una alimentación saludable.*

¿Por qué nos gusta tanto el azúcar?

Está claro que para la mayoría de la gente, el azúcar y su sabor son algo apetecible, tanto que tienen que ejercitar su autocontrol para no ingerir más de lo que es saludable. Para muchas personas esto resulta muy difícil o casi imposible, y siempre podrían comer un poco más.

Esto se debe en gran medida a su impacto sobre el sistema de recompensa de nuestro cerebro, explica Amy Reichelt, neurocientífica de la Universidad de Adelaida, Australia, en este artículo publicado por The Conversation. "Las neuronas de este sistema liberan un neurotransmisor llamado dopamina como respuesta a un comportamiento a recompensar".

El objetivo de este circuito químico del cerebro, continúa Reichelt, es fomentar comportamientos que son positivos para la supervivencia y continuidad del individuo y de la especie: las interacciones sociales, las relaciones sexuales y la ingesta de alimentos con alta densidad energética, entre otros. El azúcar actúa sobre ese sistema desencadenando una respuesta positiva, y las sustancias a las que llamamos drogas, también.

¿Quiere eso decir que el azúcar es también algo adictivo?

¿Qué se considera una sustancia adictiva?

Para responder a la pregunta de si el azúcar causa adicción o no, habría que definir primero qué es una sustancia adictiva. En el Quinto Manual Estadístico y de Diagnóstico de Trastornos Mentales, publicado por la Asociación Americana de Psiquiatría (APA por sus siglas en inglés), se recogen las condiciones que se cumplen cuando existe adicción a una sustancia, que incluyen un fuerte deseo por consumirla, un consumo continuado a pesar de que aparezcan consecuencias negativas, intento de dejar ese consumo sin éxito, tolerancia al consumo que lleva a aumentar la dosis consumida y síndrome de abstinencia al pasar un periodo de tiempo sin consumirla.

Muchos de esos efectos se deben a que las sustancias que generan la adicción provocan cambios en distintas áreas del cerebro, entre ellas el sistema de recompensa que ya hemos mencionado y también las relacionadas con la toma de decisiones, el aprendizaje, la memoria y el control del comportamiento, según han mostrado algunas investigaciones que incluían la toma de imágenes cerebrales. Según explica la APA en su web, "el uso repetido de algunas sustancias puede causar cambios en el funcionamiento del cerebro. Esos cambios pueden durar más allá de que los efectos inmediatos de la sustancia hayan desaparecido o, en otras palabras, tras el periodo de intoxicación".

Entonces, ¿es el azúcar una sustancia adictiva?

A día de hoy no hay suficientes evidencias de que el azúcar pueda causar adicción, pero sí las hay de que genera algunas reacciones similares a las de sustancias que sí consideramos adictivas.

Por ejemplo, se sabe que el consumo de azúcar y la exposición al sabor dulce en general hacen que desarrollemos tolerancia, es decir, que cada vez necesitamos más cantidad o intensidad de ese sabor para sentir la misma sensación de recompensa y satisfacción.

"La activación repetida del sistema de recompensa de la dopamina hace que el cerebro se adapte a esa estimulación frecuente", explica Reichelt, y lo hace reduciendo la respuesta de los receptores encargados de enviar la señal para la producción de dopamina. De esta forma, la próxima vez que comamos algo dulce ese efecto estará atenuado y necesitaremos mayor cantidad de azúcar para obtener la misma respuesta. "Esto es similar a la tolerancia que desarrollan las personas adictas a una sustancia, y provoca una escalada en el consumo".

Hay más indicadores de que el azúcar sí tiene un efecto similar al de la adicción en el organismo. Este estudio, por ejemplo, concluía que, en determinadas circunstancias, ratones alimentados con un exceso de azúcar desarrollaban cambios neurológicos y de comportamiento similares a los generados por el consumo de drogas. En esta otra revisión de estudios, los autores concluían que "el consumo de azúcar tiene efectos similares a los del consumo de cocaína, alterando el carácter posiblemente a través de su capacidad de generar una sensación de recompensa y placer, lo que lleva a la búsqueda de consumir más azúcar", escribían los autores en sus conclusiones.

Insuficientes evidencias en humanos y algunos efectos no se han estudiado

Sin embargo, como explicaba la dietista-nutricionista Beatriz Robles en este artículo publicado en Materia Ciencia, esto no es suficiente para defender que esa adicción exista.

Por un lado, explica Robles y sostiene también esta otra revisión sistemática de estudios, esos resultados existentes en ratones no se han podido replicar en humanos. Los resultados en ratones son importantes para iniciar una investigación sobre un tema biomédico, pero no son suficientes por sí solos para dar algo por demostrado. Hay que señalar que la adicción al azúcar tiene algunas dificultades a la hora de ser estudiada en humanos, para empezar porque normalmente no tomamos azúcar solo sino como parte de un alimento preparado con más ingredientes.

Algunos de esos estudios, además, solo mostraban comportamientos y efectos similares a los de una adicción en situaciones concretas, como por ejemplo cuando se restringía el consumo a algunos momentos y se eliminaba en otros, pero no si el acceso al azúcar era constante, lo cual podría señalar que esos efectos se debían más a ese acceso intermintente que al azúcar como tal, según concluían los autores de una revisión sobre este tipo de investigaciones.

Por otro, que las drogas y el azúcar (o los alimentos, en general) actúen sobre los mismos receptores neuronales no significa necesariamente que el azúcar sea adictivo como esas drogas. Como ya hemos dicho, el sistema de recompensa tiene una función sobre nuestra supervivencia y no todo aquello que lo activa es perjudicial o adictivo.

"Algunos aspectos clave de las adicciones a las drogas no se han evaluado en los modelos de estudio de la [supuesta] adicción al azúcar", explicaban los autores de dicha revisión, como el paso al consumo compulsivo o los efectos sobre la propia adicción dependiendo de la dosis consumida, y añadían que "existe una escasez de evidencias en humanos sobre estas áreas".

Además, Ursúa señala que a diferencia de otras sustancias que sí se consideran drogas aunque sean legales, como el alcohol o el tabaco, "sí hay un consumo seguro de azúcar, se puede dar un consumo de azúcar dentro de un estilo de vida saludable".

*Hemos actualizado esta pieza para incluir la recomendación de la EFSA respecto al consumo de azúcares libres.


Primera fecha de publicación de este artículo: 15/09/2021

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