Que levante la mano todo aquel que haya oído que hará mejor la digestión de una copiosa comida o cena si, al terminar, añade al menú una copa de alcohol, un chupito o un trago de algún que otro licor. No tenemos pruebas, pero tampoco dudas, de que muchos de vosotros habéis levantado, no solo uno, sino ambos brazos. Junto a esa caña de cerveza que supuestamente quita la resaca el día de después de una noche de jarana (cosa que no funcionará, por mucho que te empeñes), este es otro de los rumores más populares relacionados con el alcohol. Sentimos decepcionarte de nuevo, pero no: el alcohol no es un buen digestivo.
"Tradicionalmente estas bebidas se toman tras comidas en las que suele estar presente el alcohol en forma de vino o de cerveza. Si el alcohol fuese digestivo, ¿por qué un chupito de licor de hierbas debería tener más efecto al final de la comida, que el vino que has ido bebiendo durante toda ella?", plantea el dietista-nutricionista Daniel Ursúa. "Esta leyenda del licor digestivo viene del origen vegetal de muchos de estos licores y es la excusa perfecta para darle la puntilla a tu estómago", añade, antes de volver a dejar claro que el alcohol no tiene relación con este beneficio en la digestión.
En palabras de Eugenio Freire, cirujano general y digestivo del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas (CMED), que el alcohol sea digestivo "no es cierto". "El alcohol etílico es irritante para la mucosa gástrica, además de otros efectos perjudiciales para otros órganos y sistemas como el hígado o aparato cardiovascular. El efecto 'digestivo' es una falsa percepción", aclara a Maldita Ciencia.
Según Vicente Pascual Fuster, del Grupo de Trabajo de nutrición de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), consumir alcohol con este fin es "más un problema que una solución". "Es reseñable que, además de su elevado contenido alcohólico, estas bebidas en muchas ocasiones contienen otros azúcares añadidos, contribuyendo al incremento del contenido calórico de la ingesta sin aportar otros nutrientes", añade Pascual a Maldita Ciencia.
“No hay ningún dato científico que muestre que tomar bebidas con alcohol mejore la digestión”, indica a Maldita Ciencia Luis Bujanda, presidente de la Asociación Española de Gastroenterología (AEG). En palabras del experto, esto querría decir que el alcohol tiene efecto procinético (que facilitase el vaciamiento gástrico), cuando no es así. “Hay algunos fármacos que sí lo producen, pero no está demostrado que el alcohol lo haga”, añade Bujanda. De hecho, señala que el alcohol puede estimular la secreción ácida y que las repercursiones que puede tener en nuestro sistema digestivo son negativas: “Hay estudios que achacan que el consumo de alcohol favorece el reflujo, es decir, que la acidez sube hacia el esófago y puede causar molestias”.
Violeta Sastre, facultativa especialista del Área de Aparato Digestivo en el Hospital Universitario Santa Lucía, en Cartagena (Murcia), explica a Maldita Ciencia que es cierto que el alcohol tiene un efecto vasodilatador que al inicio de la digestión, puede favorecer la llegada de enzimas y acelerar de alguna forma el proceso. "Pero tanto si la comida ha sido copiosa o rica en grasa, como si la cantidad de alcohol ingerida ha sido elevada, el proceso de absorción y digestión de los alimentos se verá dificultado por un enlentecimiento del vaciado gástrico, aparición de reflujo gastroesofágico e incluso dolor abdominal o hinchazón", apunta la experta.
A corto plazo, esto podría desencadenar patologías inflamatorias agudas o crónicas como gastritis o favorecer la aparición de úlceras. A largo plazo, la evidencia científica actual apoya que el alcohol es una de las causas principales de diversos cánceres (laringe, orofaringe, esófago, hígado, colon, recto y mama).
El consejo de Sastre es evitar el consumo de alcohol, ya que sus efectos nocivos sobre la salud son ampliamente conocidos y engloban tanto enfermedades físicas como del ámbito de la salud mental. Por su parte, Freire coincide en que no es recomendable consumir alcohol: "Aparte de causar gastritis e inflamación al hígado es un factor de riesgo independiente para el desarrollo de cáncer del aparato digestivo en especial del colon y de infartos del corazón", apunta.
"El único consumo seguro de alcohol es 0. Debemos tener claro que no hay razones sanitarias que justifiquen su ingesta y, sobre todo, es importante que asumamos la contradicción que supone ser consciente de esto y, aún así, beber", concluye Ursúa.
Primera fecha de publicación de este artículo: 19/08/2020.
Primera fecha de publicación de este artículo: 19/08/2020