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¿Qué se ha logrado en la Cumbre del Clima de Madrid? Para los científicos es un acuerdo insuficiente y poco ambicioso

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Aunque estaba previsto que la Cumbre del Clima de Madrid (COP25) terminara el viernes 13 de diciembre, las dificultades para llegar a acuerdos entre los diferentes países la han alargado hasta este domingo, con negociaciones interminables por parte de los casi 200 países participantes. Ha sido la cumbre más larga de la historia, como recordaba en el plenario final su presidenta, la ministra chilena Carolina Schmidt, quien reconocía: “No estamos satisfechos”.

La cumbre ha concluido con la adopción de un acuerdo, denominado “Chile-Madrid Tiempo de Actuar”, que sienta las bases para que, en 2020, los países presenten compromisos de reducción de emisiones (NDC, por sus siglas en inglés) más ambiciosos para responder a la emergencia climática, informa el Ministerio de Transición Ecológica.

De esta forma, los países deberán presentar compromisos climáticos antes de la próxima Cumbre del Clima de Glasgow (Reino Unido), para que Naciones Unidas pueda elaborar un informe previo a la COP26 que indique dónde estamos respecto al objetivo del Acuerdo de París de mantener la temperatura del planeta por debajo de 1,5ºC.

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En cuanto a uno de los puntos que más fricción ha provocado, referido a los mercados de carbono que recoge el artículo 6 del Acuerdo de París, no ha sido posible llegar a un acuerdo entre los países participantes, por lo que tendrá que volver a debatirse el año que viene en Glasgow.

Los jóvenes, activistas ambientales y oenegés presentes como observadores en la cumbre han mostrado su decepción por el acuerdo de mínimos que se ha conseguido, calificándolo como "insuficiente" y "falto de ambición". También han recalcado la falta de conexión entre la evidencia científica, lo que pide la sociedad y lo acordado por los gobiernos.

En Maldita Ciencia hemos pedido a varios científicos y científicas expertos en la crisis climática que valoren lo conseguido tras dos semanas de negociaciones.

Fernando Valladares

Profesor de investigación del CSIC, director del grupo de Ecología y Cambio Global en el Museo Nacional de Ciencias Naturales y profesor asociado de la Universidad Rey Juan Carlos (Madrid). Explicó a Maldita Ciencia las expectativas antes de la COP25.

¿Qué avances se han conseguido en esta cumbre?

"Solo" se han sentado las bases para las negociaciones de las NDC (las contribuciones nacionales de gases con efecto invernadero) en 2020 y no se han logrado compromisos ambiciosos más que en 84 países que apenas suman el 35% de las emisiones totales. Los NDC actuales nos llevan a un horizonte de más de 3 ºC, lo cual está muy por encima de los objetivos de París y suponen dar la espalda a la evidencia científica y a la presión social internacional.

¿Qué asignaturas pendientes quedan?

El artículo 6 es sin duda la principal asignatura no resuelta que hay que abordar con urgencia y con mayor ambición. No se puede llegar a la COP26 en Glasgow sin unas negociaciones previas que despejen completamente el camino hacia unos acuerdos mucho más exigentes que los que se han mantenido en la COP25. La mención explícita de los océanos y los cambios de uso requieren también una formulación más detallada. Aunque ha sido un buen paso incluir estos dos últimos temas en el documento final, se encuentran sin apenas desarrollo.

UNClimateChange.

¿Qué valoración general haces de esta cumbre?

La COP25 ha cumplido con la función básica de servir de puente hacia las siguientes negociaciones y al reemplazo del protocolo de Kioto que vence en 2020. Dada la presión social que rodeaba a la cumbre y la evidencia científica que se ha acumulado y que se ha revisado una vez más estas dos semanas, la cumbre acaba con un acuerdo de mínimos que decepciona prácticamente a todos los países y a amplios sectores de la sociedad.

Los representantes que han acudido a Madrid han estado de espaldas a la urgencia y al grado de emergencia que se le confiere globalmente al cambio climático y a sus impactos. No obstante, en la cumbre sí se han conseguido compromisos y avances concretos en aspectos destacables como en la consideración del papel de los océanos en el clima del planeta y la necesidad de una igualdad de género que disminuya el mayor impacto que el cambio climático tiene en niñas y mujeres.

Marta Rivera

Directora de la cátedra de Agroecología y Sistemas Alimentarios de la Universitat de Vic y una de las expertas del Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de la ONU.

¿Qué valoración general haces de esta cumbre?

Mi valoración no es muy buena. Creo que los gobiernos no son conscientes del gran problema que tenemos encima, que la comunidad científica ya ha expuesto de manera sobrada y la sociedad civil está reclamando medidas valientes que no llegan.

Pablo Rodríguez Ros

Investigador del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC que ha asistido a la COP como observador dentro de la delegación de la Universidad de California (EEUU), donde actualmente está haciendo un proyecto de investigación.

¿Qué avances se han conseguido en esta cumbre?

Si que hay que destacar algo bueno, haber conseguido pedir a los países incrementar la ambición climática en las contribuciones nacionales para responder a la emergencia climatica sería lo más destacable. Así como la organización en tiempo récord por parte del Gobierno de España de la COP25. En mi caso, he asistido como observador acreditado por la ONU como integrante de la delegación de la Universidad de California (EEUU) y, en esta línea, mis compañeros se han mostrado sorprendidos de la capacidad de organizar algo así con tan poca antelación. Sin embargo, para mí lo más destacable son por desgracia las cosas negativas. La primera y más constatable es la brecha entre ciencia y política que cada vez es más grande. El Acuerdo de París no basta para limitar el aumento de la temperatura media global a 1,5ºC, esto es un hecho manifestado por el IPCC. Y que la temperatura aumente a 2ºC importa. 

Por poner un ejemplo cercano, la región mediterránea también sufrirá los impactos del cambio climático; de hecho constituye uno de los mejores ejemplos de alta vulnerabilidad al mismo. Principalmente estaríamos hablando del aumento de las sequías fruto de la disminución de las precipitaciones en un 17% si alcanzamos el aumento de temperatura media global de 2ºC, y en un 9% si lo limitamos a 1,5ºC. En algunas disciplinas científicas se habla de la Hipótesis de la Reina Roja, haciendo alusión a Alicia en el País de las Maravillas. Dicha hipótesis establece que hay que correr para quedarse en el mismo sitio, es decir, hay que correr para, al menos, no retroceder. En la lucha contra el cambio climático pasa algo aprecido y, por lo tanto, pararse implica dar pasos hacia atrás. Por ello, no seguir corriendo, es decir, tomando medidas, ni tampoco acelerando, es decir, tomando medidas más ambiciosas (ambición ha sido la palabra clave de esta COP) es retroceder más o menos rápido.

En conclusión, bajo mi punto de vista una COP es algo que inherentemente ha de suponer un avance en las medidas que se deriven de la misma. Y cuando se toman medidas tan débiles, pierde su sentido.

UNClimateChange.

¿Qué asignaturas pendientes quedan?

El aplazamiento del acuerdo del artículo 6 hasta el año que viene es el principal meollo de la cuestión. Debemos tener una cosa clara, haciendo un símil futbolístico, la COP25 ha sido el tiempo de descuento de la segunda parte de la prórroga. La COP26 que tendrá lugar el mes de noviembre de 2020 en Glasgow serán los penaltis. Y jugarse el futuro en los penaltis no es algo muy conveniente.

Otra de las asignaturas que quedan pendientes es que los distintos países se tomen en serio este tipo de negociaciones. Pese a que durante estas dos semanas hemos podido ver y constatar que prácticamente todos los países han enviado representantes del más alto nivel, como ministros, muchos presidentes/as o primeros/as ministros/as de países importantes no se han presentado. Mientras estos representantes no se pierdan una reunión del G8 o el G20, pero se ausenten en las distintas COP, podemos tener claro que no está en su lista de prioridades. Y, bueno, siguiendo con el símil, tal vez aparezcan para tirar los penaltis.

¿Qué valoración general haces de esta cumbre?

En mi caso, seguramente debido a mi corta edad, ha sido la primera vez que asistía a una COP. Por lo tanto, no tengo con qué comparar. Por otro lado, me gustaría recalcar que el cambio climático está intimamente relacionado con el consumo de recursos a nivel global y dichos recursos, concretamente la lucha por los mismos, suele ser el germen de conflictos políticos. Estamos viendo cómo en muchos lugares del mundo se viven momentos convulsos que tienen que ver con estos elementos, como por ejemplo en Bolivia. Bajo mi punto de vista, tenemos que empezar a aceptar que a nivel internacional cada vez será más dificil llegar a acuerdos y debemos actuar en consecuencia.

Existe una ola negacionista del cambio climático que ya domina en países tan relevantes como Brasil o EEUU. Cómo romper esa deriva acientífica e ideologizada de muchos ciudadanos y gobernantes es un reto no solo para la clase política, sino también para los científicos, que deben esforzarse para seguir haciendo la mejor ciencia posible. Sin embargo, la ciencia no es una varita mágica que pueda resolver el cambio climático de golpe. De hecho, por ejemplo, muchas de las tecnologías de captura de CO2 atmosférico aún no son suficientemente eficientes para constituir una alternativa real. Es decir, simple y llanamente tenemos que emitir menos y eso es una cuestión política.

Asimismo, actuar contra el cambio climático a nivel político tiene otros problemas añadidos. Por ejemplo, si le preguntas a la sociedad española creo haber visto hace poco una encuesta en la que el 93% consideraban urgente tomar medidas contra el cambio climático. Sin embargo, el cambio climático no está entre las prioridades a la hora de votar de ese 93% de ciudadanos. Y aquí está el problema político de la lucha contra el cambio climático, que no es más que plantearnos cómo hacer de lo urgente lo prioritario. Y en esto las COPs tienen mucho que luchar, porque si a nivel nacional ya es complicado, a nivel internacional supone una epopeya que seguramente sea recordada (si se consigue).

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