El pasado 20 de marzo, el tenista Rafael Nadal sufrió un malestar en el pecho durante la final del torneo Indian Wells y precisó asistencia médica durante el encuentro. En rueda de prensa tras el partido [minuto 01:25], el tenista señaló que había jugado con molestias: “Cuando respiro y cuando me muevo es como si tuviera una aguja dentro todo el tiempo. Me hace sentirme un poco mareado porque es doloroso. Es un tipo de dolor que me limita mucho. No es solo por el dolor: no me siento muy bien porque me afecta a mi respiración".
Ese mismo día se empezaron a difundir mensajes que relacionaban este malestar con la vacuna contra la COVID-19. “TROMBOLOTO de VacuNadal. Rafael Nadal pierde la final de Indian Wells por #repentinitis. Seguro que con la cuarta [vacuna] se le pasa, son seguras y eficaces. Recuerdos de Djokovic #YoNoMeVacuno”. Recordamos que “repentinitis” es un término utilizado por antivacunas para intentar relacionar muertes que han ocurrido "de repente" con la vacunación.
La realidad es que las pruebas médicas a las que se ha sometido el tenista dos días más tarde revelan que sufre una “fisura de estrés del tercer arco costal izquierdo”, una lesión que se produce por una fuerza repetitiva sobre el hueso, que no tiene ninguna relación con la vacuna contra la COVID-19 y que se originó, según el representante del tenista, “en el partido de semifinales del sábado en Indian Wells”. El tenista anunció en su cuenta de Twitter los resultados de sus pruebas médicas.
Una resonancia magnética y un TAC revelan que Rafael Nadal sufre una fisura en las costillas, según el representante del tenista
Según indicó a Maldita.es el representante de Rafael Nadal, las pruebas RMN (resonancia magnética nuclear) y TAC (tomografía computarizada) revelan que el tenista presenta “una fisura de estrés del tercer arco costal izquierdo”, una lesión que se produjo “en el partido de semifinales el sábado en Indian Wells”. El tiempo que se estima que el tenista estará de baja es “de cuatro a seis semanas”.
Las fisuras de estrés (también llamadas por sobrecarga o por fatiga) son pequeñas grietas y fracturas en un hueso que se producen por fuerza repetitiva o uso excesivo, como saltar repetidamente o correr largas distancias, según explica el portal médico de la Clínica Mayo. Por lo tanto, no guardan ninguna relación con la vacuna de la COVID-19.
Uno de los síntomas característicos de las fracturas costales, según indica el médico Thomas G. Weiser de la Facultad de Medicina de Stanford en el portal MSDManuals, es el dolor grave y que “se intensifica con la tos o al respirar hondo”. Precisamente, Nadal explicó en rueda de prensa que tenía problemas al respirar y al moverse, “como si tuviera una aguja dentro todo el tiempo”. Otros síntomas de las fracturas de costillas, según el centro de fisioterapia Fisiomed 2001, son dolor en la zona perjudicada, inflamación y falta de aire.