"En Nueva Zelanda se aprueba la eutanasia para personas que tengan una gripe llamada covid". Se están difundiendo comentarios como este en redes sociales y también se comparte el contenido en webs como The Gateway Pundit, conocida por difundir desinformación o Catholic Herald.
Pero en Nueva Zelanda no han aprobado una ley de eutanasia específica para pacientes con COVID-19, según aseguraron desde el Ministerio de Salud del país a Reuters. Para que una persona sea elegible para la muerte asistida debe cumplir una serie de requisitos, como tener una enfermedad terminal que probablemente acabe con su vida en 6 meses.
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La ley de la eutanasia de Nueva Zelanda, denominada 'Ley de Elección para el Final de la Vida', fue aprobada por el parlamento en 2019. En 2020, los neozelandeses votaron a su favor en un referéndum público. La ley ha entrado en vigor un año después de esa votación: desde el pasado 7 de noviembre de 2021, la muerte asistida es legal en el país. Pero en ningún caso se trata de una ley de eutanasia específica para pacientes de COVID-19.
El origen de los contenidos que se mueven es una publicación de DefendNZ, que es una plataforma que está en contra de la ley de eutanasia en Nueva Zelanda. Desde esta plataforma consultaron al Ministerio de Salud del país si un paciente "gravemente hospitalizado" por COVID-19 podría ser elegible para la eutanasia en virtud de la ley "si un profesional de la salud considera que su pronóstico es inferior a 6 meses".
Desde el ministerio afirmaron que existen una serie de criterios de elegibilidad para la muerte asistida, como que la persona sufra una enfermedad terminal que probablemente termine con su vida en 6 meses. "Una enfermedad terminal suele ser una enfermedad prolongada en la que el tratamiento no es eficaz", señalaron desde el ministerio e indicaron que, según la nueva ley, la elegibilidad la determinan los médicos y se estudia caso a caso.
"La elegibilidad se determina caso por caso; por lo tanto, el Ministerio no puede hacer declaraciones definitivas sobre quién es elegible. En algunas circunstancias, una persona con COVID-19 puede ser elegible para la muerte asistida", apuntaron.
En declaraciones a Reuters, agencia que forma parte de la International Fact-Checking Network (IFCN), Blair Cunningham, asesor principal del Ministerio de Salud, recalcó de nuevo que se estudia caso por caso y que los requisitos de elegibilidad "son claros". Los podemos encontrar en la web del ministerio: tener 18 años o más; ser ciudadano o residente del país; sufrir una enfermedad terminal que probablemente termine con la vida en 6 meses; estar en un estado avanzado de "disminución irreversible" de la capacidad física; experimentar un sufrimiento "insoportable que no se puede aliviar de una manera que la persona considere tolerable" y ser competente para tomar la decisión.
Tanto el médico que trata a la persona como un segundo médico independiente deben estar de acuerdo en que la persona es elegible para la muerte asistida. Si alguno de los dos médicos no está seguro de la competencia de la persona para tomar la decisión, el caso será evaluado también por un psiquiatra. Además, el paciente debe ser quien solicite la eutanasia, un sanitario no puede sugerirlo como opción.
Asimismo, una persona no puede recibir la muerte asistida "únicamente" porque sufre un trastorno o enfermedad mental, tiene una discapacidad o es de edad avanzada.
En cualquier caso, Cunningham asegura a Reuters que no es cierto que se haya introducido una ley de eutanasia específicamente para los pacientes con COVID-19.
Desde el Ministerio de Salud del país destacan a EFE, agencia que también forma parte de la IFCN, que la eutanasia "no reemplaza los cuidados paliativos ni los servicios de atención médica", sino que es "otra opción para personas con una enfermedad terminal en determinadas circunstancias".
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